Era tan tímido que con 31 años nunca había besado a una chica. Al llegar Internet, y gracias al anonimato que le proporcionaba, conoció y se enamoró de la mujer que le cambiaría la vida. Su peinado y su vestimenta mejoraron, le hizo un experto en música clásica y cine independiente, le asoció al equipo antes odiado y le indicó á quién votar en las elecciones. Hoy es más guapo, moderno y culto, los suyos nunca pierden ni en fútbol ni en política y trabaja en una boutique. En el escaparate luce como nadie los modelos nuevos de temporada.
Eso es encontrar la veta... Al fin de cuentas, mucho no costaría con esa voluntad apagada con un matafuego.
ResponderEliminarMe encantó, Miguel! Saludos van