Víctor Delgado
Ahora que tengo coche me he dado cuenta de la mafia que abunda en la calle. Debajo de tu casa, donde antes aparcabas sin problemas, ahora te encuentras con un individuo de dudosa reputación que te anima a darle la voluntad por haberte indicado un sitio que ya habías visto antes, bajo el ‘consejo’ de que tu coche no sufra ningún incidente. Y ante esto, ¿qué podemos hacer? Yo probé a llamar a la Policía, de la que tan sólo obtuve un "no tiene por qué pagarle, si ve que le hace algo a su coche, nos avisa". Puedes encontrarles en cualquier ciudad, mejor vestidos incluso que tú, con su mp4, horario propio y sin impuestos, tan conectados entre ellos que hasta se avisan por walkie. La picaresca española no tiene límites.
Ahora que tengo coche me he dado cuenta de la mafia que abunda en la calle. Debajo de tu casa, donde antes aparcabas sin problemas, ahora te encuentras con un individuo de dudosa reputación que te anima a darle la voluntad por haberte indicado un sitio que ya habías visto antes, bajo el ‘consejo’ de que tu coche no sufra ningún incidente. Y ante esto, ¿qué podemos hacer? Yo probé a llamar a la Policía, de la que tan sólo obtuve un "no tiene por qué pagarle, si ve que le hace algo a su coche, nos avisa". Puedes encontrarles en cualquier ciudad, mejor vestidos incluso que tú, con su mp4, horario propio y sin impuestos, tan conectados entre ellos que hasta se avisan por walkie. La picaresca española no tiene límites.