viernes, 29 de agosto de 2008

La Fuente de Apolo

Medio escondida por los jardines del Paseo del Prado está la fuente de Apolo, también llamada de las Cuatro Estaciones. Junto a las más conocidas fuentes de Cibeles y Neptuno, forma parte de los tres grupos escultóricos diseñados por Ventura Rodríguez, aunque ésta por suerte se ha quedado sin ser invadida por los seguidores del fútbol.

La fuente se empieza a construir por deseo real en 1780, siendo Manuel Álvarez, el Griego, el elegido. Desgraciadamente el artista muere antes de acabar la obra por lo que es Alfonso Giraldo Bergaz el que la termina. Carlos IV y su esposa aceleraron la ejecución de la obra porque deseaban inaugurar el monumento con motivo de la boda del futuro Fernando VII, con María Antonia de Nápoles. Así, la fuente se concluyó en 1802 y se inauguró un año más tarde.

En ella se muestra a Apolo semidesnudo, portando una lira y acompañado de cuatro figuras representando a las cuatro estaciones. Apolo, dios de la belleza, de las artes, de la música, de la poesía, de la medicina y de la purificación fue expulsado dos veces del Olimpo por conspirar contra Zeus. Se le atribuyen infinidad de romances, algunos no correspondidos, como el de Castalia, ninfa de Delfos. Castalia que había hecho voto de castidad, al ser objeto del deseo de Apolo, prefirió suicidarse antes que romper su promesa. Por ello decidió arrojarse a un manantial con forma de espejo, y quedó transformada en fuente.

Viendo ahora a Apolo, me da por pensar que quizás ésta haya sido la mejor forma que han tenido los dos de poder estar juntos hasta la eternidad. De todas formas, como de quereres mitológicos ando justito, despido la entrada con amores menos románticos, pero más terrenales, como los que describe Joaquín Sabina en este poema titulado "Tornillos flojos".

Estaban en un parking comiéndose la boca,
Apolo y Afrodita rodeados de mierda,
una playa afterhours, otra raya de coca,
iguales que nosotros hace un siglo, ¿te acuerdas?

Menudo par de idiotas felices, qué derroche
de hormonas en conserva, de semen con saliva,
mañana todos calvos –dijo la medianoche–
quitándose las medias de marca a la deriva.

En las gasolineras donde el sol nace muerto
se pican tinta en vena los pájaros del frío,
con los besos de Judas en la oración del huerto
hasta Cristo sospecha que el cielo está vacío.

La esencia del ya mismo sabe a un luego que apesta,
dicho a contra querencia: mi mamá no me mima,
casi siempre Cupido se carga el fin de fiesta,
casi nunca el olvido se equivoca de rima.

Parecían tan grandes los amores pequeños
a la luz del candil añil de la memoria,
aterran los abismos que ponen en los sueños,
el culo es el espejo del alma de la historia.

Anestesia el otoño la pasión y la ira,
por no hablar de las rancias costumbres de los ojos,
la ignorancia envejece peor que la mentira,
soy un como se llame con los tornillos flojos.

lunes, 25 de agosto de 2008

El Rastro

Si te hace falta alguna cosa, estás harto de buscar en todos los sitios convencionales y sigues sin dar con ella, no desesperes aún no está todo perdido. Entre la Calle de Toledo, la Calle de Embajadores y la Ronda de Toledo puedes hacer una visita al Rastro, el mercadillo callejero más conocido de Madrid, e incluso diría que de toda España. Allí todos los domingos podrás bucear entre los numerosos puestos y podrás encontrar los objetos más inverosímiles que puedas imaginar.

El nombre de este legendario mercadillo, recomendado en todas las guías de turismo, se debe al rastro de sangre que dejaban las reses cuando eran arrastradas de un lugar a otro del matadero. Y es que en este lugar se abrió en 1497 el primer matadero muncipal, y en su entorno se encontraban las tenerías donde se aprovechaban las pieles para su curtido, de ahí el nombre de la calle de la Ribera de Curtidores, que junto a la Plaza de Cascorro es de los lugares más emblemáticos del Rastro.

A mediados del siglo XVII, aquí se mezclaban los negocios de la carnicería y curtidos de pieles con los de venta de zapatos, correajes o monturas. Un siglo después llegaron los vendedores de comestibles y herramientas. Ya en el XIX aparecen entre otros, los vendedores de libros antiguos, anticuarios, chamarileros y hasta objetos robados. Desde entonces la variedad de productos fue creciendo, hasta que a partir de 1984 el Ayuntamiento decidió iniciar una profunda regulación de este lugar.

Así, se prohibieron puestos en algunas calles, se eliminaron otros, y se decidió cobrar a los vendedores una contribución anual. Después de todo este proceso quedaron menos de 2000 vendedores, cada uno con su puesto asignado por el Ayuntamiento. La única traba que se les pone es que no pueden vender comestibles o animales, a no ser que se trate de sitios autorizados.

Paseando por el Rastro podrás ver a la venta todo tipo de objetos, modernos y antiguos, incluso hay calles especializadas en determinados productos. Podrás encontrar zonas en las que se venden pinturas, en otras antigüedades, e incluso otra en la que podrás completar esa colección de cromos que nunca pudiste acabar. Además podrás cruzarte con todo tipo de personas, desde los Hare Krishna hasta el gitano con la cabra, sin olvidar a los amigos de lo ajeno, siempre dispuestos a actuar sobre tu bolso o cartera en cuanto tengas el menor descuido.

jueves, 21 de agosto de 2008

Trampantojo en la Carrera de San Francisco

A pocos metros del que ya vimos en la plaza de los Carros se encuentra este otro trampantojo situado en la Carrera de San Francisco. En este caso el dibujo se encuentra en la fachada del patio del colegio Nuestra Señora de la Paloma. El autor, Alberto Pirrongelli dibuja dos fachadas de viviendas en la que no pueden faltar los ienvitables "Pacos", y la calle que hay entre ellas. En esa calle se celebra una verbena en la que se pueden apreciar varios chulapos y chulapas, un vendedor de globos o una noria. Además, se divisan a lo lejos varios edificios y monumentos de Madrid entre los que se encuentran el Pirulí, San Francisco el Grande o la Almudena.

De nuevo se trata de otro trampantojo de Alberto Pirrongelli, que en este caso ha quedado a salvo del ataque de los grafiteros. Pirrongelli es un pintor extremeño que se ha caracterizado principalmente por ser el autor de los carteles pintados que antiguamente exponían la programación en los cines de la Gran Vía. Como esto, por desgracia, ha quedado ya en desuso, ha tenido que diversificar su trabajo, y ahora mismo es uno de los mayores exponentes de la técnica del trampantojo.

Que encaje perfectamente en el entorno. Si queda raro o no va con el estilo de la estancia, sería un trabajo mal hecho.En principio sí, pero la pregunta que debemos hacernos antes de ponernos manos a la obra es si va a aportar algo nuevo a la estancia. ,

domingo, 17 de agosto de 2008

Estatuas humanas (III): El Hombre del Viento

Revisando entradas antiguas me topé con las dos que puse sobre las estatuas humanas (I y II). Al verlas me dí cuenta de que me dejé unas cuantas sin mostrar, y como ahora con tanto calor apetece menos salir a hacer fotos, he decidido rescatar a una de ellas. Se trata de "el hombre del viento", personaje querido por unos y odiado por otros.

Situado normalmente en la calle Preciados, esta estatua viviente que lleva por las calles de Madrid cerca de diez años, representa a un ejecutivo paseando en pleno huracán. Su personaje cuenta con una peluca negra peinada hacia atrás, la corbata tiesa a la altura del hombro, su maletín, y un abrigo marrón y un paraguas hinchados.

Su pose es siempre la misma, haciendo ademán de estar andando, permanece inmóvil hasta que algún transeúnte se anima a echarle una moneda. Entonces cambia la posición y empieza de nuevo. Parece algo sencillo, pero según pude leer en una entrevista este actor argentino ha tenido bastantes lesiones musculares debido al tiempo que permanece con las piernas flexionadas.

Según parece la estatua está basada en un personaje de una de las películas del director de cine Akira Kurosawa. Buscando algo de información sobre ese personaje encontré estas letras de Dylan Thomas, poeta galés fallecido hace 55 años y que se caracterizó por la calidad de sus poemas, y su afición a empinar el codo.

" Y la muerte no tendrá señorío.
Desnudos los muertos se habrán confundido

con el hombre del viento y la luna poniente;

cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios,

tendrán estrellas a sus codos y a sus pies;

aunque se vuelvan locos serán cuerdos,

aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo,
aunque los amantes se pierdan quedará el amor;
y la muerte no tendrá señorío."

miércoles, 13 de agosto de 2008

La Casa de la Vieja

Entre los muchos "caprichos" que la duquesa de Osuna fue diseminando por su finca para sorprender a sus visitantes mientras éstos exploraban el jardín, se encuentra la Casa de la Vieja. La función de esta casa, construida entre 1792 y 1795, era intentar recrear una casa de labranza, algo que los distinguidos visitantes desconocían por completo al no tener contacto alguno con sus siervos.

Para intentar que la casa tuviera más verosimilitud, se dice que en ella la duquesa había "alojado" a tres autómatas de dimensiones reales que intentaban recrear una familia labriega de la época. Además cada una de las estancias, desde la cocina hasta las habitaciones o el baño, estaban adornada hasta el más mínimo detalle para intentar recrear lo más fielmente posible la vida rural.
La idea recuerda al Hameau de la Reine, una aldea construida en los bosques de Versalles, por encargo de María Antonieta. Esta aldea estaba compuesta por una docena de edificios rústicos, y en ella la familia real y los nobles jugaban a ser campesinos.

A pesar de lo que puedan decir yo creo que en el caso de la Casa de la Vieja, más que un capricho se trataba de una excentricidad motivada por el aburrimiento de gente completamente retirada de lo que era la vida real del pueblo llano.

sábado, 9 de agosto de 2008

200 días

Hoy, 9 de agosto, este blog cumple 200 días. Por ello, para celebrarlo me permito cambiar el registro habitual del blog para rescatar el Pregón que en el San Isidro del 2005, Joaquín Sabina pronunció en el balcón de la Casa de la Villa ya que refleja muchas de las cosas que he ido trayendo aquí, y otras que están por venir.

Madrileños, madrileñas,
señoras y caballeros,
gigantes y cabezudos,
Isidros y forasteros,
ciudadanas, ciudadanos,
gatas, gatos corraleros,
mantoncitos de manila,
chulapos, organilleros,
maripepas, hilariones,
merengues y colchoneros,
(sin olvidar al Getafe
ni al Rayo que va subiendo):
escuchad lo que un farsante,
andaluz y madrileño,
viene a deciros con aire
de cuplé más que de verso.

Hoy pregono en esta villa
que fue corte y sigue siendo
a pesar de los pesares
cuna de un rubio heredero.

Aquí nacieron mis hijas,
aquí, en mitad de un concierto,
comprendí que no era un bulo
aquel "de Madrid al cielo".

Rumanitas mal casadas,
balseritos caribeños,
candombe subsahariano,
polkita telón de acero,
mulatita ultramarina,
indios, moros, chinos, negros,
quiero decir, bienvenidos
a este Madrid tan moderno,
a este Madrid tan antiguo
con pasaporte europeo.

A la hora de la farra,
de corazón os deseo
que brindéis por san Isidro,
santito de los ateos
que camelando angelitos
se escaqueó del currelo.

Desde este balcón os pido
que paséis por un momento
del baranda y el marido,
del desamor y el dinero,
de Ubriques y de Pantojos,
de Rajoy, de Zapatero,
de los buenos y los malos,
del talante y del pateo,
(sin mentar a doña Espe
que conspira entre pañuelos
de seda con Gallardón
por ver quién levanta el vuelo).

Compañeritos de brega:
perdonad mi atrevimiento
de exigir buenas maneras
a oposición y gobierno.

Aunque nos den olimpíadas
y robóticos recreos
y parezca Babilonia
el foro siempre fue un pueblo
con glorietas, bulevares,
con tabernas y museos,
con niños en cada calle
y en cada balcón un tiesto
y en cada verbena un schotis
y en cada zaguán un beso.

Sin olvidar santa Eugenia
ni el Pozo ni Atocha, el vello
del alma sigue de punta,
cuando estallan en mis sueños
los trenes de cercanías,
las vías del desconsuelo.

Coleguitas de la peña,
andaluces y extremeños,
gallegos, vascos, murcianos,
asturianos y manchegos,
cuando se acabe la fiesta
mejor que nos coja en cueros
jugando con la parienta
al más dulce de los juegos.

Bebed, bailad, disfrutad,
aplaudid a los toreros,
marcaos en las vistillas
el chispún de los abuelos,
subid a los coches locos
atropellando el invierno,
que corra el vino y la risa,
la amistad y el cachondeo,
enrollaos y pasaos,
por unos días al menos,
no sea que vuelva el tío Paco
con las rebajas de enero.

Huyan todas las tristezas,
las envidias y los celos,
colocaos, como dijo
aquel alcalde tan tierno,
trasnochad y no dejéis
de mover el esqueleto
con las Supremas de Móstoles,
con Revólver, con Rosendo,
con el Womad, con zarzuelas,
que la música es, pal cuerpo,
el licor más exquisito,
el más sabroso alimento.

Madrileños de aluvión,
a gozar que ya habrá tiempo
de volver a la oficina,
a la hipoteca, al barbecho,
a la fábrica, a la lluvia,
a la familia, al colegio.

Y, puestos a desear,
quiero deciros que quiero
para vosotros un mundo
más cómplice y más fraterno,
más solidario y feliz,
tabernario y nocherniego,
cachondo y despreocupado
de prejuicios y complejos
y una vida que sea vida
a la medida del pueblo.

Y me despido que es hora
de bailes y no de versos,
madrileños, madrileñas,
de tan cerca y de tan lejos,
enanos, grandes, medianos,
calvos con chupa de cuero,
punkis, raperos, castizos,
carrozas, pijos, roqueros,
acompañadme en el grito
que se me escapa del pecho

¡Viva la gente del foro!
¡Vivan las fiestas del pueblo!

martes, 5 de agosto de 2008

La Sirena Varada

Inaugurado en 1970 el paso elevado que une Juan Bravo con Eduardo Dato, surge la idea de crear un museo de escultura moderna en la zona inferior. El acercar al público el arte abstracto, poco conocido entonces, es visto con buenos ojos por el Ayuntamiento, y más si las obras son donadas por los autores.

Una de las obras que a exponer es Lugar de encuentros III, primer trabajo de hormigón armado realizado por Chillida, concebido y creado para ocupar, suspendido del puente, el espacio central del Museo. Sin embargo en 1973, un año después de ser instalada, la obra se retira por "problemas de seguridad" ya que las autoridades determinan que el puente no puede soportar las ocho toneladas que pesa la obra.

Lo que queda para la historia es que la obra fue retirada por problemas políticos, al ser el escultor contrario al régimen de Franco. Se dice que el nombre de Sirena Varada, por el que popularmente se conoce la obra, hace alusión a los cables de acero que mantienen la obra suspendida del puente, pero quizás tenga más que ver con la situación de estancamiento en la que permaneció la escultura hasta su definitiva instalación.

Tres políticos pasaron por la alcaldía de Madrid sin solucionar el problema, hasta que en 1978, el nuevo alcalde, José Luis Alvarez aprueba su instalación en el lugar original, donde sigue desde hace tres décadas sin haber dado ningún problema, y es que según se dijo en su momento «se ha contado con que puedan subirse 20 personas y salten sobre ella».

Situada a 70 cm del suelo, Chillida intentó en esta obra rebelarse contra la gravedad y contra la obligación de estar amarrado al suelo. Fallecido en 2002 para este escultor, uno de los más influyentes del siglo XX, la escultura era una gran aventura repleta de incógnitas.

viernes, 1 de agosto de 2008

La alpargateria Hernanz

Al principio de la calle de Toledo, junto a la Plaza Mayor hay un pequeño local que en principio no llama la atención. Se trata de un negocio familiar fundado en 1840 que siempre ha sido regentado por la misma familia, y que despacha pares de alpargatas diariamente como si fueran rosquillas. Este calzado cuya aparición se remonta a muchos siglos atrás, era usado hasta hace relativamente poco por los trabajadores del campo y las personas con menos recursos ya que no todo el mundo podía permitirse unos zapatos. Sin embargo hoy es usado sobre todo en los meses de verano por todo aquel que necesita un calzado resulte fresco y económico.

Gran parte de la culpa de que se extendiera a todas las capas de la sociedad fue Yves Saint Laurent, que hace cuarenta años decidió convertir las pobres alpargatas en un artículo para ser disfrutado también por los personajes más destacados del momento. Por ello cuando el calor aprieta, turistas y madrileños se agolpan a la puerta de este establecimiento buscando lo que el local ofrece, unos precios ajustados precios y un prestigio ganado día a día.

Esta tienda que sigue haciendo a mano este calzado de lona y esparto, dispone de una clientela que viene de cualquier punto imaginable, y más desde que en 2005 el mismísimo New York Times sacara una noticia hablando sobre esta tienda. Así que si alguno quiere disfrutar de un local con historia, encanto y calidad, puede darse una vuelta por aquí donde podrá elegir entre miles de alpargatas de distintos materiales, colores y tallas. Además podrá presumir de que calza igual que cualquier artista de Hollywood o sin irnos tan lejos, cualquier persona de la familia real.