viernes, 31 de julio de 2009

Madrid, el territorio de los sueños

Un 5 de marzo del año pasado (mes y medio después de que todo esto empezara) me dio por poner en el blog un contador de esos que te indican el número de personas que te visitan. Casi diecisiete meses después la cuenta ha alcanzado la cifra de 100.000 y por ello me apetece hoy darle las gracias a todos los que han pasado por este rincón ya que si esto sigo en marcha mucha culpa es vuestra.

Los que habitualmente entraís por aquí ya sabéis que siento especial debilidad por Joaquín Sabina, de hecho en más de una entrada algunas de sus canciones o poemas han aparecido aquí publicadas. Hoy, para celebrar ese 100.000, me apetece traer hasta aquí el discurso que dio, el pasado 15 de mayo, tras recibir de manos de Ruiz Gallardón la Medalla de Madrid.

En su presentación, el alcalde comentó que esta medalla se le entregaba al cantautor porque "se trata de un hombre de mil máscaras, que continúa la tradición de la bohemia y que ha sabido simbolizar en una canción como 'Pongamos que hablo de Madrid' su amor a la capital de España".

Cuando yo empezaba a corretear por Madrid, lo suyo, lo que de verdad se llevaba, era despreciar las medallas. Quedaba muy bien, pero era mentira. En realidad, eran las medallas las que nos despreciaban a nosotros.


Por una medalla de Madrid uno hasta madruga. Por darse un paseo por este Madrid isidril, tan primaveral, y tan hermoso, y tan faldicorto, al que le llamó Galdós una vez poblachón manchego. Pero también Galdós dijo -y yo lo dije un día en la plaza de toros de Las Ventas, no toreando, sino cantando-: “Yo nací en Madrid a los 30 años”. Luego, el Nobel Cela dijo que Madrid estaba entre Navalcarnero y Kansas City.

Para el niño de provincias que yo fui, Madrid era el sitio donde iban todos los trenes, y sobre todo era el mapa del deseo, el territorio de los sueños, estaba entre Babilonia y el paraíso terrenal. Lo malo de los sueños es que algunas veces acaban cumpliéndose.
Yo siempre digo que los que habéis nacido en Madrid, como mis dos hijas, guapísimas, que son madrileñas, gatas de pro, se han perdido el modo de paladearla de alguien que viene de fuera y se baja en la estación de Atocha con su maleta de cartón y con su boina en el alma. Como era el niño de provincias que yo fui, que soñaba con conquistar una ciudad que es tan fácil de conquistar porque te deja empezar a ser madrileño en el mismo segundo en que te bajas en Atocha y te quedas en Madrid.

Quiero darle las gracias a Pancho y Antonio, mis músicos maravillosos, mis hermanos maravillosos que tienen tres cuartas partes de esa medalla.
Decirle a Joan Manuel Serrat, que él tiene la de Barcelona, que es la única que tenía que no tenía yo, y ahora tengo la de Madrid y que no se la cambio. Con todos mis respetos a Barcelona. Madrid es la ciudad más hospitalaria, más callejera, más amable y más abierta del mundo, una ciudad donde es inconcebible imaginar a los madrileños desfilando detrás de un himno o con una bandera de Madrid. Y eso es estupendo. Una ciudad que además de ser Villa y Corte, ahora es una ciudad modernísima y maravillosa.

Este patio parece que lo estrenamos hoy y, aunque a mí me gustaba más la plaza de la Villa, me parece una delicia de lugar para acoger a toda la gente que admiro y a toda la gente que quiero.
Quiero mandarle un beso a la madre de mis hijas y a mi novia Jimena, que es peruana. Es decir, madrileña, porque vive en la calle de Relatores.
Es muy emocionante. Estoy muy agradecido y abrumado. Y con alzhéimer. Muchas gracias.


miércoles, 29 de julio de 2009

A Madrid le falta silencio

Este miércoles le toca responder a Mario las diez preguntas sobre Madrid. Esta es la segunda vez que Mario colabora en este blog ya que hace unos meses publiqué aquí su poema titulado Concepción Jerónima que si alguno no leyó en su momento le recomiendo que lo haga ahora. De todas formas os invito a que visitéis su blog Pensamientos en el que podréis apreciar mucho mejor todos sus escritos, o por su otro blog Memorias de Africa, en el que nos muestra la triste realidad del continente africano.


1. ¿Qué te seduce y qué te hastía de Madrid?
Me seduce la grandeza y por consiguiente el anonimato.
Me hastía lo deprisa que se vive.

2. ¿Qué le falta y qué le sobra a Madrid?
Quizás muchos dirán que le falta el mar. También le falta silencio.
Le sobra luz. Ésta no nos deja ver las estrellas.

3. ¿Qué edificio, monumento, escultura es el que más te gusta de Madrid? ¿Hay alguno al que le tengas especial antipatía?
Supongo que por famosos, la Cibeles y el Palacio Real me gustan mucho. Siempre que voy y paso a su lado, no pueden mis ojos privarse de mirar…
No tengo antipatía a ninguno.

4. ¿Qué medio de transporte utilizas para moverte por Madrid?
El metro. Siempre el metro. Lo considero rápido y adecuado para viajar de un lado a otro de la ciudad.

5. ¿Cómo definirías el cielo de Madrid?
Si hubiera que definirlo con una sola palabra, quizás utilizaría TRISTE.

6. ¿Cuál es la canción que para ti describe mejor esta ciudad?
Desde luego, “Pongamos que hablo de Madrid”, de Joaquín Sabina. Aparte, esta canción forma parte de mi adolescencia.

7. ¿Madrid, Atleti o ninguno de los dos?
Por familia, Atleti. Mi sobrino me hace repetírselo cada vez que me ve.

8. ¿Gallardón, Aguirre o ninguno de los dos?
Por dios, ninguno de los dos… ¿Hasta cuando Aguirre, madrileños?

9. ¿Cuál es tu zona favorita para ir de cañas o vinos? ¿Cuál es tu restaurante favorito?
Casa Salamanca, en la Cava Baja.

10. ¿Cuál es tu barrio favorito de Madrid?
Ninguno en concreto. Aquel que me permita pasear sin molestias.

lunes, 27 de julio de 2009

El himno de Madrid

Ayer, cuando en el Tour hacían acto de entrega a los ganadores de sus respectivos premios y fue a sonar el himno de España en honor a Contador, los franceses "hicieron la gracia" de poner el himno de Dinamarca. Sólo después de que éste hubiera acabao tuvieron la "amabilidad" de poner el de España, eso sí, a una velocidad de vértigo. Quizás, si en vez de haber sido el de España, hubiera sido el de la Comunidad de Madrid, nadie (o muy pocos) se habría dado cuenta. ¿Conoces tu el himno de la Comunidad?

Este no es:
Yo me voy al Manzanares,
al estadio Vicente Calderón,
donde acuden a millares,
los que gustan del fútbol de emoción ...

Y a pesar de lo que muchos deseen, tampoco es éste:
De las glorias deportivas
que campean por España
va el Madrid con su bandera
limpia y blanca que no empaña...

No, el himno de la Comunidad de Madrid es otro bien distinto. En él, lejos de hablarnos de fútbol, se nos cuenta la relación de Madrid con sus provincias vecinas: "Yo estaba en el medio, Giraban las otras en corro, Y yo era el centro". Desconocido por la mayoría de los madrileños nuestro himno, soso donde los haya, es obra del lingüista Agustín García Calvo.

Su historia es bastante reciente y se remonta al 25 de febrero de 1983, fecha en la que formalmente se constituyó la Comunidad Autónoma de Madrid, "un triángulo roto en el mapa", y por primera vez se separó a Madrid de las dos Castillas con las que históricamente siempre había ido de la mano.

Y es que Madrid nunca fue autónoma, ya que desde que Alfonso VI tomara Madrid a los musulmanes en el 1085, quedó integrada como una más dentro de lo que entonces era la Corona de Castilla. Desde entonces vivió los avatares políticos de España como una más, sin ninguna distinción del resto.

De hecho, muchos años después, en 1822, cuando se realiza la primera gran reforma territorial, y se crea Castilla La Nueva formada por Madrid, Toledo, Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara. Su separación reciente de la actual Castilla-La Mancha se debió a motivos políticos ya que por el gran crecimiento económico de Madrid respecto a las otras provincias, se pensó que era mejor diferenciarla y crear una comunidad autónoma independiente: "¡Madrid, Metrópoli, ideal Del Dios del Progreso!".

Con el decreto ley del 23 de diciembre de 1983 se completa esta autonomía con la promulgación oficial del escudo, bandera e himno de la Comunidad de Madrid, y se declara el 2 de mayo como día de su festividad. Por ello, deprisa y corriendo hubo que sacarse de la manga unos símbolos propios para contrastar definitivamente su separación del resto.

Yo estaba en el medio:
Giraban las otras en corro,
Y yo era el centro.
Ya el corro se rompe,
Ya se hacen Estado los pueblos,
Y aquí de vacío girando
Sola me quedo.
Cada cual quiere ser cada una:
No voy a ser menos:
¡Madrid, uno, libre, redondo,
Autónomo, entero!
Mire el sujeto
Las vueltas que da el mundo
Para estarse quieto.

Yo tengo mi cuerpo:
Un triángulo roto en el mapa
Por ley o decreto
Entre Ávila y Guadalajara,
Segovia y Toledo:
Provincia de toda provincia,
Flor del desierto.
Somosierra me guarda del Norte y
Guadarrama con Gredos;
Jarama y Henares al Tajo
Se llevan el resto.
Y a costa de esto,
Yo soy el Ente Autónomo último,
El puro y sincero.
Viva mi dueño,
Que, sólo por ser algo,
Soy madrileño!

Y en medio del medio,
Capital de la esencia y potencia,
Garajes, museos,
Estadios, semáforos, bancos,
Y vivan los muertos:
¡Madrid, Metrópoli, ideal
Del Dios del Progreso!
Lo que pasa por ahí, todo pasa
En mí, y por eso
Funcionarios en mí y proletarios
Y números, almas y masas
Caen por su peso;
Y yo soy todos y nadie,
Político ensueño.
Y ése es mi anhelo,
Que por algo se dice:
De Madrid, al cielo.

domingo, 26 de julio de 2009

Burrada baturra

Esta foto está tomada en la calle de los Estudios.
"No sé si será burrada, una burrada baturra, pero a la legua se ve que yo soy burro y no burra"

viernes, 24 de julio de 2009

El oxígeno de las palabras

Aprovechando la entrada anterior sobre el maltrato animal, hoy os traigo un cuento en el que de nuevo los protagonistas son ellos, los animales. Su autor es Carlos, coordinador de la Asociación de cooperación y educación Un Mundo Amigo, organización castellano-manchega que mediante iniciativas educativas, trata de potenciar un espíritu solidario y de compromiso social, sobre todo entre los menores.


El zoo de Madrid, siempre fue un sitio muy familiar para mi, podríamos decir que mi segundo hogar. Justo, mi abuelo, era el vigilante nocturno y mi madre y sus hermanos habían nacido y crecido dentro de él. Mis padres nos llevaban prácticamente todos los fines de semanas a ver a mis abuelos y yo aprovechaba aquellas visitas para ver a “mis amigos”.

Era como pasear por una selva o bosque animado, los animales parecían reconocerme y se comunicaban conmigo con gestos y peculiares sonidos que gracias a mi pueril imaginación logre descifrar en poco tiempo, e incluso responder con mi gran habilidad onomatopéyica. Hoy ya he olvidado el lenguaje de los animales, tan solo consigo reconocer el acento de alguno de ellos como los elefantes y los felinos. Lo que no he olvidado ni olvidaré es a Tobías, el chimpancé. Fue uno de mis mejores compañeros de la infancia. Él vivía en su pequeña habitación, una pequeña jaula con una caseta de madera y con un columpio consistente en una cuerda y un viejo neumático. Era Tobías, quien mejor me conocía, y sabia entender mis emociones cuando estaba triste o alegre. Pero lo que mas nos unió fue el hecho de que yo le contase historias.

Cuando con cinco años estaba aprendiendo a leer, descubrí al usar a Tobías como oyente de las torpes lecturas de mis cuentos, que le encantaba escucharlos, pues se quedaba inmóvil y atento mientras duraba la recitación de los mismos. Según fui mejorando mi vocalización y entonación, el efecto de las historias que le contaba, evolucionaron a emociones cuasi humanas como carcajadas en momentos cómicos del relato o ojos llorosos en las partes o finales dramáticos.

Y esta pasión o habito duró muchos años, en las que Tobías y yo compartimos la literatura que me mandaban en el colegio y otros libros que conseguía en la biblioteca de mi barrio. Pero como tantas relaciones, un día terminó. Con la adolescencia empecé a dejar de visitar el zoo, pues prefería salir con mis amigos y mis primeros amores me alejaron de Tobías. Una mañana me llamó mi abuelo, Tobías había muerto. Me contó que llevaba meses sumergido en una profunda melancolía, que ni siquiera la compañía de los niños y niñas que le visitaban le consolaban. Que había perdido el apetito y finalmente aquella noche dejo de respirar.

Fui al Zoo, vi la jaula de Tobías vacía, la puerta estaba abierta y entré en ella. Mire el otro lado del mundo a través de las barras, y entonces comprendí. Comprendí porque Tobías había enfermado, marchitando como una planta que dejas de regar, encerrado en su jaula, las historias que yo le leía le daban la oportunidad de conocer sitios, saber cosas y sentir emociones que jamás estarían a su alcance. Las palabras de los relatos eran el oxigeno para este inocente recluso que nunca cometió delito alguno. Me di cuenta que nadie ni espíritu alguno puede aguantar, sin que le alimenten con esos sentimientos que necesita, que van más allá de plátanos gigantes y una jaula de oro.

Hoy, ha pasado mucho tiempo, y creó que todo era parte de mi fantasía. Pero extrañamente, cuando leo cuentos a mis hijos, pienso que cuando sean mayores alguien les tendrá que seguir contando historias, no importa quien o como, ya sea un libro olvidado, una película de vidas ajenas o cualquier vehiculo que elijan las palabras para que sigamos respirando……

jueves, 23 de julio de 2009

El nunca lo haría

Hace unos días ha sido noticia el desalojo de unos cincuenta perros de una vivienda de San Sebastián de los Reyes (Madrid). Según parece, el propietario padecía el llamado Síndrome de Noé, un trastorno que hace que los que los que los sujetos que lo padecen tiendan a acumular en su domicilio un número desmesurado de animales. Esto llega hasta el punto de que su casa parece más un zoo (de los de antes) que cualquier otra cosa.

Esta enfermedad puede considerarse como una variante del síndrome de Diógenes, con la diferencia de que en vez de basura lo que se acumula son animales. El problema es que estos animales se encuentran en un total abandono ya que carecen de agua, alimentación, higiene ni tienen atención veterinaria de ningún tipo.

Estos enfermos nunca reconocen su problema y creen que realmente están salvando la vida de los animales, cuando en realidad es todo lo contrario. Supongo que muchos de esos animales ,que estas personas recogen, están abandonados y ahí es donde surge en mi opinión el mayor de los problemas. Todos los años, al llegar las fechas veraniegas, miles de animales son abandonados por sus dueños, como si fueran un juguete, al no tener un sitio donde dejarlos (según ellos) y no poder llevárselos en sus vacaciones (¿?).

Me parece de un salvajismo atroz y mucho más grave que los enfermos anteriores, ya que se supone que los que dejan tirados en la cuneta a sus mascotas son personas en su sano juicio (sólo se supone). No sé quien fue el responsable del famoso lema "El no lo haría", pero para mi es de una contundencia apabullante.

Yo, como no soy muy amigo de tener animales en casa, prefiero disfrutar de ellos en el Zoo, que aunque es cierto que tampoco es el lugar ideal para ellos, al menos se supone que están en unas condiciones de vida aceptables (aunque por desgracia quizás esto es mucho suponer).

miércoles, 22 de julio de 2009

Abrazos gatunos

Hoy responde Javier Yanes a las diez preguntas sobre Madrid. El es el autor del blog Las fotos de Javi que como bien indica es su rincón particular en el que podemos disfrutar de todos esos instantes irrepetibles que él va captando con su cámara en el día a día.

1. ¿Qué te seduce y qué te hastía de Madrid?
Los Gatos. La oferta de todo tipo que nos ofrece.
Me hastía el ruido y la contaminación.


2. ¿Qué le falta y qué le sobra a Madrid?
Carril Bici YA!
Le sobran ciudadanos
.

3. ¿Qué edificio, monumento, escultura es el que más te gusta de Madrid? ¿Hay alguno al que le tengas especial antipatía?

En cuanto al edificio me quedó con Metrópolis, y el Angel Caído como escultura.
Pa'echarlo abajo sin duda la Torre de Valencia.


4. ¿Qué medio de transporte utilizas para moverte por Madrid?
Los días laborables me muevo en el coche. El resto de los días uso tanto el coche de San Fernando (un ratito a pie ...), como la bicicleta y el Metro.

5. ¿Cómo definirías el cielo de Madrid?
Es sucio y sin estrellas. Es lo que hay.

6. ¿Cuál es la canción que para ti describe mejor esta ciudad?
"Pongamos que hablo de Madrid" en versión de Antonio Flores.

7. ¿Madrid, Atleti o ninguno de los dos?
Antes era del Madrid, hasta que lo jodieron los galácticos. Ahora del Geta y hasta del Atlético.

8. ¿Gallardón, Aguirre o ninguno de los dos?
A LA HOGUERA CON ELLOS!

9. ¿Cuál es tu zona favorita para ir de cañas o vinos?. ¿Cuál es tu restaurante favorito?
Para las cañas me quedo con La Latina y Huertas. Malasaña por la mañana.
En cuanto a los restaurantes están Bodega Rossell (Gral. Lacy), Matritum (Cava Alta) y La Almadraba (Plaza del Perú).


10. ¿Cuál es tu barrio favorito de Madrid?
Se coge el coche de San Fernando en el Retiro y te mueves hacia Recoletos, calle de Huertas, Plaza Mayor, Cascorro, Plaza de La Paja, calle del Nuncio, Plaza de La Villa, calle Sacramento, ...
UN ABRAZO GATUNO!