Para empezar la semana os dejo con un microrrelato ya publicado en mi otro blog.
ENLACES
Esa mañana el jolgorio en la puerta del juzgado superaba al habitual. Los amigos de Ndiaye, ataviados con sus mejores galas, reían y cantaban esperando impacientes su llegada. No les importó que no acudiese ningún familiar de Carmen, ni tan siquiera les molestó la frialdad de la pareja al llegar al juzgado. Hoy era el día y había que celebrarlo. Finalizados los trámites la pareja salió a la calle agarrada de la mano, pero sólo un instante después se separaron. Fue la última vez que se vieron, desde entonces ella es algo menos pobre y él mucho más libre.
ENLACES
Esa mañana el jolgorio en la puerta del juzgado superaba al habitual. Los amigos de Ndiaye, ataviados con sus mejores galas, reían y cantaban esperando impacientes su llegada. No les importó que no acudiese ningún familiar de Carmen, ni tan siquiera les molestó la frialdad de la pareja al llegar al juzgado. Hoy era el día y había que celebrarlo. Finalizados los trámites la pareja salió a la calle agarrada de la mano, pero sólo un instante después se separaron. Fue la última vez que se vieron, desde entonces ella es algo menos pobre y él mucho más libre.