En 1863 el relojero José Rodríguez Losada, que había construido cronómetros marinos de precisión para la Armada, decidió reunirse con las autoridades municipales de la época y se ofreció a donar gratuitamente un nuevo reloj más preciso que sustituyera al viejo reloj de Gobernación. Tres años después, un 6 de noviembre de 1866, se instaló en la actual sede de la Comunidad de Madrid un reloj gigante, predecesor del reloj que esta noche nos indicará la entrada del 2012. Días más tarde, el 19 de noviembre, se puso en marcha ante la gran expectación de los madrileños. Poco después el reloj comenzó a fallar y la expectación se convirtió en recochineo. Así, comenzaron a ser conocidas unas octavillas con el siguiente texto:
Este reló tan fatal
Que hay en la Puerta del Sol
-dijo un turco a un español-
¿Por qué funciona tan mal?
Y el turco con desparpajo
contestó cual perro viejo:
«Esté reló es el espejoEste reló tan fatal
Que hay en la Puerta del Sol
-dijo un turco a un español-
¿Por qué funciona tan mal?
Y el turco con desparpajo
contestó cual perro viejo:
del Gobierno que hay debajo».
Con el tiempo se corrigieron los desajustes y el reloj se ha convertido en la referencia para que la mayoría de los españoles celebran la entrada del nuevo año con sus campanadas y las doce uvas de la suerte. Esperemos que este año todo siga igual. FELIZ 2012 PARA TODOS.