Aprovechando que ya ha acabado Madrid Fusión las dos entradas de hoy, ésta y la de mi otro blog tienen relación con la gastronomía. Espero que os gusten.
"A ti ya no te vale ni la bula de Meco" es una expresión cuyo origen se remonta a Roma, cuando un 16 de mayo de 1487 el papa Inocencio VIII, en recompensa por los servicios prestados por Íñigo López de Mendoza, segundo conde de Tendilla y señor de Meco, expidió una bula (documento pontificio qexpedido por la Cancillería Apostólica y autorizado por el sello de su nombre) por la que se otorgaban la concesión de una serie de privilegios para los habitantes de Meco, pueblo madrileño situado a 40 km de la capital, y para otros ocho pueblos vecinos.
Gracias a esa bula sus habitenates podían saltarse determinados preceptos del ayuno de los viernes y de algunos otros días, exceptuando la Cuaresma, pudiendo así tomar huevos y productos lácteos. Esto valía tanto si los vecinos estaban en sus pueblos como si estaban en otro lugar, siempre y cuando éste distara más de cien millas del mar.
La bula fue concedida a petición del conde de Tendilla que alegó que Meco y los otros pueblos, al estar en el centro de España, no podían abastecerse de pescado fresco y por ello no podían cumplir con el ayuno preceptivo. Después la expresión "no te vale ni la bula de Meco" se fue generalizando y se quedó para indicar que alguien en una situación extrema no encuentra ninguna salida posible.
NOTA.- Aunque los que visitías mi otro blog ya lo sabéis, aprovecho esta entrada para presentaros un nuevo blog: "Palabras preci(o)sas" En él encontrarás palabras hermosas, palabras justas para relatos concentrados. Os lo digo de buena tinta ya que su creadora es Sara NY, mi mujer.
"A ti ya no te vale ni la bula de Meco" es una expresión cuyo origen se remonta a Roma, cuando un 16 de mayo de 1487 el papa Inocencio VIII, en recompensa por los servicios prestados por Íñigo López de Mendoza, segundo conde de Tendilla y señor de Meco, expidió una bula (documento pontificio qexpedido por la Cancillería Apostólica y autorizado por el sello de su nombre) por la que se otorgaban la concesión de una serie de privilegios para los habitantes de Meco, pueblo madrileño situado a 40 km de la capital, y para otros ocho pueblos vecinos.
Gracias a esa bula sus habitenates podían saltarse determinados preceptos del ayuno de los viernes y de algunos otros días, exceptuando la Cuaresma, pudiendo así tomar huevos y productos lácteos. Esto valía tanto si los vecinos estaban en sus pueblos como si estaban en otro lugar, siempre y cuando éste distara más de cien millas del mar.
La bula fue concedida a petición del conde de Tendilla que alegó que Meco y los otros pueblos, al estar en el centro de España, no podían abastecerse de pescado fresco y por ello no podían cumplir con el ayuno preceptivo. Después la expresión "no te vale ni la bula de Meco" se fue generalizando y se quedó para indicar que alguien en una situación extrema no encuentra ninguna salida posible.
NOTA.- Aunque los que visitías mi otro blog ya lo sabéis, aprovecho esta entrada para presentaros un nuevo blog: "Palabras preci(o)sas" En él encontrarás palabras hermosas, palabras justas para relatos concentrados. Os lo digo de buena tinta ya que su creadora es Sara NY, mi mujer.