La semana pasada andando por la zona de Malasaña, descubrí que entre la infinidad de graffitis, firmas, y demás, se encontraban desperdigadas por la calle de la Palma unas cuantas frases, escritas en rojo, que me llamaron la atención: "Me mancho y no doy asco", "Visibilizar la regla" o "No estoy mala".
Leyéndolas ya me podía imaginar de qué iba el asunto, pero desconocía el porqué estaban allí. Nada más llegar a casa busqué por Internet y descubrí que hay todo un movimiento femenino pro-menstruación, que desconocía por completo, que incluso ha publicado un manifiesto por la visibilidad de la regla.
La imagen que acompaña a ese manifiesto, y que he descargado de la red, creo que no deja lugar a dudas. Os dejo dicho manifiesto para que le echéis un vistazo, y después ya me contaréis.
MANIFIESTO POR LA VISIBILIDAD DE LA REGLA
A los que nos habéis adoctrinado en el pensamiento de usar y tirar. A todos aquellos que esperabais que rechazáramos indefinidamente nuestro propio cuerpo.
Este es el zumo de mis entrañas del que no huyo, una mancha sin límites, un rezumar que no podéis parar. Mi cuerpo se desparrama, mi pensamiento también.
Con estas bragas manchadas de sangre como bandera contra la doctrina del Poder, contra las estructuras establecidas, os hago saber que:
- En mi cuerpo decido yo y así, cada mes, me deshago del endometrio reafirmándome en mi decisión de controlar la capacidad de reproducción de mi cuerpo. En mi carne mando yo.
- Lo conseguisteis en algún momento pero, ya no me avergüenza mancharme e, incluso, decido voluntariamente hacerlo exhibiéndolo de forma pública.
- Me mancho y no me da asco. Me mancho y no me doy asco. No rechazo mi cuerpo, esta es mi naturaleza.
- Tampoco estoy enferma cuando tengo la regla, no estoy mala. Exactamente lo contrario, me reciclo con cada periodo.
- No es una maldición ni un castigo divino. Es actividad hormonal.
- Estamos hartas de los prejuicios menstruales, de la invisibilidad.
- Visibilizar la regla para visibilizar el cuerpo como espacio político.
Ya nos hemos cansado de pedir compresas entre susurros y miradas cómplices. Con este manifiesto pongo fin a la tiranía en la que me habéis educado. No hay más permisividad por mi parte, Mi regla es mía.
Valencia, marzo 2009