Cuando aterrizó en España su rostro se iluminó: su cóctel ansiado “sexandsun” estaba más cerca. Inmediatamente fue a la playa buscando que su piel blanquecina y sus tatuajes se aclimatasen al sol de julio. Ocho horas después regresó al hotel y decidió dejar lo del sexo para mañana. Su segundo día fue calcado al anterior. Y el tercero, y el cuarto,…
Al finalizar sus vacaciones no pagó la cuenta del hotel: había desaparecido. Cuentan que desde que se esfumó, un cangrejo no autóctono, de extrañas manchas negras, recorre las playas desabrochando con sus pinzas los bikinis de las turistas.
ja ja Genial! Un abrazo
ResponderEliminarJajaja, creo que este ya lo he leído.
ResponderEliminarBesitos