lunes, 16 de marzo de 2009

Un Madrid en guerra

La entrada de hoy hay que agradecérsela a Mamen, creadora del blog Mi azul de mar, mujer que se define como perfeccionista, e interesada en aprender todo lo posible de la vida y de la gente. Según sus propias palabras su blog: "simboliza mi esencia y mi interior. El mar es lo que más me satisface observar, lo que más me libera la mente. Quizá este blog tenga el mismo fin. Es éste un blog que protesta y que piensa".

Espero que disfrutéis con la historia, basada en las vivencias de sus familiares durante la cruenta Guerra Civil.

Su propio sollozo la despertó en la noche. A su mente volvían a acudir imágenes de un Madrid en guerra.

Corría el año 1936 cuando tuvo que abandonar la casa en la que vivía con su familia para refugiarse en un sitio seguro.


Siempre contó a sus nietos que ella había salvado la vida dos veces. En una ocasión un obús cayó en la misma pantalla del cine donde habían acudido a ver una película en un intento de continuar con su vida normal. En otra, cayó en la azotea de su casa. Ninguno explotó. Así pues lo mejor era refugiarse en otro lugar. Lo encontraron en los bajos de una bodega abandonada en la Calle Huertas número catorce.


Un barrio que tenía tanta historia, y que había sido habitado por escritores tan ilustres como Lope de Vega o Cervantes, ahora les daba cobijo a ellos. ¿Qué escribirían si levantasen la cabeza y viesen un Madrid tan desolado?

Allí se desplazó con su familia y los enseres que pudo acarrear. Y allí mismo nació su primer hijo en 1937, en plena guerra, contando ella tan sólo veintiún años. Escondida y sin ningún tipo de atención médica.

Su marido por aquel entonces estaba preso acusado de luchar contra las tropas franquistas que querían dominar Madrid. Ni siquiera había visto nacer a su primer hijo.

Su único hermano varón había desaparecido. Un día yendo a trabajar con su tartera le reclutaron para luchar. Nunca más le vieron. Ella siempre pensó que ésta era una guerra maldita. Aproximadamente cuarenta años después su nombre apareció en una lista entre los fallecidos en Barcelona.

Cuando la guerra terminó volvieron a su antigua casa, no estaba habitable. Sólo los muros en ruinas quedaban como únicos testigos de una lucha indiscriminada entre hermanos, amigos o vecinos. Lo que es siempre una guerra civil.


La maldita guerra, como ella la llamaba la estaba quitando todo lo que amaba.

La casa de su madre en la Calle Sallaberry, típico barrio madrileño de Carabanchel, estaba en pie. Toda la familia decidió meterse allí: padres, hijos, nueras, yernos, nietos. Eran más de doce, pero estaban todos juntos. La posguerra fue dura para todos pues a veces sólo tenían un trozo de pan que llevarse a la boca en todo el día.

Ya en 1939, mientras un Madrid herido de muerte intentaba recuperarse, nacía de su vientre su única niña. Madre de la que escribe hoy este relato y a la que dos años después seguiría otro hermano.


Todo este pesar se agolpaba en su cabeza mientras soñaba. Reía, lloraba y gritaba a la vez. Una cabeza ya incapaz de controlarse debido a su avanzada edad daba rienda suelta a todo el sufrimiento acumulado durante años. Muchas veces a media noche, dormida, murmuraba con lágrimas en los ojos: “La ví caer en la calle, delante de mí, ¡yo no quiero que me maten!”.

¿Qué terroríficos recuerdos tiene que tener una persona que ha vivido las dos guerras mundiales y una guerra civil en su propia carne?

Espero no saber nunca si sería tan fuerte como ella.

"Esta historia está dedicada a mi abuela que aún vive, y que me deja entrever toda esta triste etapa que vivió en la ciudad que la vio nacer cuando los recuerdos acuden a su cabeza. Pena que ya no me pueda hablar de una forma racional, pero aún así puedo adivinar las horrendas experiencias a las que se enfrentó. También es una protesta por todas las guerras que acontecen en el mundo en el día a día. Son todas horribles y jamás tendrían que existir".

16 comentarios:

  1. Las dos fotos en blanco y negro han sido idea de Mamen, y las tomó de la red.

    La primera y última foto se corresponden con la calle Huertas. La primera es de Huertas 14, donde se puede ver que la bodega abandonada ha sido sustituida por un pub (Rainbow).

    Mil gracias a Mamen por su colaboración.

    ResponderEliminar
  2. Madrid ha pasado lo suyo a lo largo de la historia, y desde luego esta fue de las peores épocas que le tocó vicir. Pero salió adelante, y dió un ejemplo de bastantes cosas, aunque luego todo eso fue acallado. Ahora es el momento de reivindicar esa parte de nuestro tiempo.

    ResponderEliminar
  3. Lo que se vive en una guerra espero no saberlo nunca...¡el horror no se debe olvidar nunca! Pero si tuviera que vivirla...me gustaría tener a mi lado alguien que como tú supiera plasmar en fotos...la historia, o lo que es lo mismo..la vida...Besos

    ResponderEliminar
  4. Aunque soy mayor, afortunadamente no tanto como para haber vivido esa guerra, debe ser terrible vivir una cosa así, en primer lugar porque eso no es vivir, siempre con miedos, con desesperanzas, con familiares desaparecidos, me parecen estúpidas las guerras, una aberración, un sinsentido.
    Voy a echar un vistazo a tus fotos, hace mucho que no venía por aquí.
    Besos, Miguel.

    ResponderEliminar
  5. Estas son historias muy tristes, pero tambien muy necesarias de ser contadas...

    Un saludo

    ResponderEliminar
  6. Gracias Miguel por dejarme participar en tu blog. Y gracias a todos los comentaristas.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Vivieron toda la vida con el ruido de las bombas en sus oídos, con el dolor de la gente que perdieron... A algunos, además, no les dejaron añorar a sus muertos ni manifestar su pesar.
    Al menos alguien ha prestado oídos a esas personas.

    ResponderEliminar
  8. Una vez tuve una extraña discusión sobre Madrid y Barcelona durante la Guerra Civil, un ignorante me asegurava que no habían destruído tanto Madrid como Barcelona, todavía hay mucho desconocimiento sobre lo que pasó la capital.

    Recuerdo una película de mi infancia que pasaba en Madrid, no me acuerdo del título, ni siquiera del argumento, salían Pepe Isbert y Julita Martínez, no se hablaba de la guerra pero salían extraños paisajes, casas a las que faltaban muros, una especie de miseria ambiental extraña. Esas películas valen más hoy por lo que muestran que por lo que cuentan.

    Cuanto más mayor me hago más cerca veo aquella horrible Guerra Civil que en mi infancia me parecía un cuento o una aventura de los mayores, no sé si algún día la superaremos del todo y se podrá hablar de la cuestión sin maniqueismos, mitos ni lugares comunes.

    ResponderEliminar
  9. Debio de ser terrible.
    Y luego vinieron las represalias.

    Que la memoria de las gentes de la ciudad no olvide nunca esa parte de nuestra historia para que no vuelva a suceder nunca mas.

    ResponderEliminar
  10. Pues sí, viendo y sabiendo las cosas y experiencias terribles que han tenido nuestros antecesores, no está de más pensar un poco la suerte que tenemos.

    Muchas gracias a todos.

    ResponderEliminar
  11. Creo que es bueno recordar todas estas historias para tenerlas presentes y así intentar que no se vuelva a llegar a estas situaciones.

    En muchos lugares de España aún quedan rencillas que vienen de la guerra y de los años posteriores, y supongo que hasta que no fallezcan todos aquellos que vivieron aquellos años no se cerrará del todo la herida abierta.

    ResponderEliminar
  12. Miguel,

    Te tengo que felicitar por tu sensibilidad y por compartir con todos esas letras que describen un horror atroz, injusto y baldío, ganar algo a base de matar otros seres humanos no es ganar nada, es descender a los infiernos.

    Tengo familiares que pasaron la Guerra Civil en Madrid, las pasaron putas durante la guerra y en la postguerra.

    Un abrazo.

    MIGUEL

    ResponderEliminar
  13. Jo que duro, no soy capaz de imaginarme un Madrid así

    un abrazo

    ResponderEliminar
  14. Hay una película "Canciones para después de una guerra", que en principio pasó la censura y, cuando se dieron cuenta, la prohibieron... al principio salen imágenes de la Cibeles tapada por sacos para evitar su destrucción en los bombardeos o las colas de madrileños haciendo cola para que les den un poco de sopa para comer... las mismas imágenes que nos ponen hoy en día de las guerras que hay lejos...

    ResponderEliminar
  15. ME GUSTAN MUCHO LAS FOTOS ANTIGUAS Y LAS DE LA GUERRA ME PARECEN MUY APROPIADAS PARA AQUELLOS COMO YO QUE NO LA VIVIERON Y QUEREMOS SABER COMO CUANDO Y PORQUE DE ESA GUERRA TAN HORRIBLE

    ResponderEliminar
  16. imo pues en este caso no tienes sólo las fotos sino también una historia real de lo que fueron aquellos años.

    Saludos

    ResponderEliminar

DIME QUE PIENSAS