A principios del siglo XX el comercio callejero seguía a pleno rendimiento, a pesar de que el desarrollo de la ciudad y el de sus mercados iba provocando que estos puestos que trabajaban a la intemperie empezaran a no tener mucho sentido. Sin, embargo en el año 1925, un grupo de libreros y escritores deseosos de seguir con ese tipo de ventas, se dirigió al Ayuntamiento para solicitar un sitio donde instalar una feria fija del libro. Se accedió a la petición, y se decidió que 30 casetas de libros se instalaran en la llamada Cuesta de Moyano durante todo el año.
Desde entonces los libreros siguen ubicados allí, excepto en alguna ocasión en la que han tenido que trasladarse por un tiempo como sucedió en 2004, cuando tras el incendio de una subestación eléctrica tuvieron que recoger los bártulos y trasladarse junto a la verja del Jardín Botánico, a pocos metros del enclave original.
Aprovechando este último traslado, se realizó una gran remodelación de la Cuesta, y se consiguió que quedará sin tráfico, para uso y disfrute de los peatones. El 19 de abril de 2007 se reabrió la zona, y además de la peatonalización, y de la reforma de las casetas, otra de las novedades fue la presencia en la Cuesta de un monumento a Pío Baroja, que junto a a Azorín, fue uno de los mayores impulsores de este sitio.
Lo que no ha cambiado allí es la posibilidad de poder encontrar esos libros usados, desde un euro hasta precios más "normales", que por un motivo u otro no te apetece comprar en los comercios tradicionales. Estos libreros se conocen de toda la vida, ya que la mayoría han heredado el negocio que iniciaron sus padres o abuelos, y aún algunos siguen con sus blusones azules como antaño.
Para el negocio uno de los problemas que se les plantea es el de la climatología; de hecho alguno comenta que son como agricultores, ya que siempre están mirando al cielo. Si la lluvia o la noche llega es hora de ir a casa.
Sin embago el problema mayor es el de la feroz competencia que les realizan los centros comerciales. Afirman que las ventas han sufrido un parón considerable en sus ventas ya que las grandes casas, además de comprar los restos editoriales a precios más bajos, compiten en la apertura dominical.
Yo, mientras siga teniendo un rato libre, seguiré dándome una vuelta allí para rebuscar entre las muchas ofertas que encuentras porque lo que puedes disfrutar allí no te lo puede dar ningún otro sitio por mucho nombre que tenga.
Desde entonces los libreros siguen ubicados allí, excepto en alguna ocasión en la que han tenido que trasladarse por un tiempo como sucedió en 2004, cuando tras el incendio de una subestación eléctrica tuvieron que recoger los bártulos y trasladarse junto a la verja del Jardín Botánico, a pocos metros del enclave original.
Aprovechando este último traslado, se realizó una gran remodelación de la Cuesta, y se consiguió que quedará sin tráfico, para uso y disfrute de los peatones. El 19 de abril de 2007 se reabrió la zona, y además de la peatonalización, y de la reforma de las casetas, otra de las novedades fue la presencia en la Cuesta de un monumento a Pío Baroja, que junto a a Azorín, fue uno de los mayores impulsores de este sitio.
Lo que no ha cambiado allí es la posibilidad de poder encontrar esos libros usados, desde un euro hasta precios más "normales", que por un motivo u otro no te apetece comprar en los comercios tradicionales. Estos libreros se conocen de toda la vida, ya que la mayoría han heredado el negocio que iniciaron sus padres o abuelos, y aún algunos siguen con sus blusones azules como antaño.
Para el negocio uno de los problemas que se les plantea es el de la climatología; de hecho alguno comenta que son como agricultores, ya que siempre están mirando al cielo. Si la lluvia o la noche llega es hora de ir a casa.
Sin embago el problema mayor es el de la feroz competencia que les realizan los centros comerciales. Afirman que las ventas han sufrido un parón considerable en sus ventas ya que las grandes casas, además de comprar los restos editoriales a precios más bajos, compiten en la apertura dominical.
Yo, mientras siga teniendo un rato libre, seguiré dándome una vuelta allí para rebuscar entre las muchas ofertas que encuentras porque lo que puedes disfrutar allí no te lo puede dar ningún otro sitio por mucho nombre que tenga.
A parte de lo que puedas encontrar, siempre tiene su encanto el rebuscar en esta especie de rastrillo...
ResponderEliminarEl mismo día que fui a ver las esculturas de Mitoraj, subí por La Cuesta de Moyano, sólo ver los puestos es agradable y casi siempre hay algún libro que deseas comprar. Ahora no estoy en Madrid, pasando por La Estación de Atocha, llegué a Jerez. Haré alguna foto, pero seguro me deprimiré, no serán tan bonitas como todas las tuyas, soy mala, malísima.
ResponderEliminarUn abrazo.
Otro rincón encantador, la cuesta de Moyano.
ResponderEliminarAllí te pierdes entre libros y recuerdos de algunas citas de juventud temprana.
Gracias por el paseo.
Recuerdo la primera vez que pasé por allí. Me sentía abducida. Los centros comerciales nunca tendrán ese encanto por mucho que se lo propongan. La última foto es encantadora. Con tu permiso, me confecciono un planning con todos tus rincones para mi próxima visita a la capital. Gracias una vez más por mostrarnos así tu ciudad. Besissss
ResponderEliminarSinceramente debo decirte que tienes una muy buena visión para mostrar lo hermosa que es tu ciudad.
ResponderEliminarNo se si ya dije que Madrid es una de mis asignaturas pendientes, pero al ver tus fotos, siento como que el día que vaya, voy a sentirme como si estuviera en casa.
Un abrazo.
Junto con el Rastro y el Retiro, la cuesta Moyano, es uno de esos lugares donde me gusta perderme algunas mañanas…igual hasta hemos coincidido por allí sin saberlo.
ResponderEliminarUn saludo.
Y asi y todo y a pesar de la competencia, sigue siendo un lujo del que podeis disfrutar los de la ''capi''
ResponderEliminarUn abrazo
Con lo que me gustan los libros, de seguro hay disfrutaría muchisimo.
ResponderEliminarMira por donde voy a tener una cita pendiente con Madrid.
Gracias por descubrirnos este rincon.
En cuanto a lo de los momentos de dolor y escribir o componer... Si, es cierto. Porque los sentimientos te embriagan con una fuerza que necesitas expresar. Y si no... fijate en todos lo autores que encontrarás en la cuesta de Moyano.
Un besito y hasta pronto
Deslicé, una y mil veces, mis dedos entre las páginas de los libros acariciados por el hálito de Atocha :P
ResponderEliminarA veces, cuando faltaba a clase, cruzaba el Retiro para bajar por la Cuesta de Moyano...
ResponderEliminarAhora también me acerco alguna vez entre semana, cuando por algún motivo no tengo que ir a la oficina: los domingos está demasiado llena de gente y pierde esa atmósfera intemporal que me seduce.
¿Cuántas veces nos habremos cruzado por la Cuesta?
ResponderEliminarMe encanta pasar el rato, cuesta arriba, cuesta abajo, aprendiendo, encontrando pequeñas joyas y recuperando ilusiones de tesoros perdidos.
Además son verdaderos profesionales que te pueden ayudar en la búsqueda de ejemplares imposibles. Te refrescan la memoria y te aconsejan en tus investigaciones.
No dejéis de preguntar a Castrillo cuando queráis algo, está por arriba.
Saludos y gracias por tu fotos. Ignacio
La cuesta!!!
ResponderEliminarcómo me cuesta ver estas fotos,
allí he pasado horas..... y quisiera pasar muchas más.
Tienes razón, allí hay algo maravilloso que no se encuentra en ningúna librería por grande y famosa
Gracias por el paseillo
Un descubrimiento, este blog tuyo sobre Madrid. Muy buenas las fotos, muy bien escogidos los temas. Con tu permiso, lo enlazo en mi apartado "Blogs sobre Madrid"
ResponderEliminarGracias y Bienvenido
Cuando tengas un ratito pásate por mi blog, hablé de La Cuesta del Moyano, pero... de otra forma.
ResponderEliminarHe escrito de Las pajilleras de La Cuesta.
www.tuertopiron.blogspot.com
Es un lugar mágico donde no hay que buscar. El libro sale a tu encuentro. Hazme caso y veras
ResponderEliminar