miércoles, 24 de abril de 2013

La narradora del Retiro



"La narradora" es un microrrelato de Eduardo Galeano

Chiti Hernández–Martí se sentó en un banco, bajo la fronda del Parque del Retiro, y respiró hondo el aire verde. 
Cerró los ojos. 
Cuando los abrió, a su lado había un enano. 
El enano se presentó: era torero. Ella imaginó el tamaño del toro y se le frunció la cara. –
-Te ves muy triste –-dijo el enano. Y pidió, exigió: –
-Cuéntame. 
Ella negó con la cabeza, pero el enano insistió: –
-No seas desconfiada, Blanca Nieves. 
Y Chiti murmuró el primer nombre de hombre que se le pasó por la cabeza, mientras pensaba en lo dura que debía ser la vida de un enano torero. Y entonces, inventó: 
-–El muy golfo se ha aprovechado de mí. 
A medida que su cuento se iba convirtiendo en novela, este perdulario me golpea, me maltrata, me llama puta y pocacosa, Chiti sentía cada vez menos pena por el enano y más pena por ella, pena y lástima por ella que para entonces ya estaba embarazada de aquel embustero casado y con hijos, cómo pude hacerle eso a mi novio que es tan bueno, pobrecillo mi ángel que no se merecía esto, y ahora mi madre se ha enterado de todo y me ha echado de casa y he perdido el trabajo y no sé qué será de mi vida, no conozco esta ciudad, no tengo a nadie, me cierran las puertas... 
El enano callaba, abrumado, y se miraba los pies, que colgaban en el aire. Chiti temblaba de frío, aunque era pleno verano, mientras un arroyito de auténticas lágrimas se desprendía de sus ojos y atravesaba el parque, hacia el lago donde navegan los barcos de remo.


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