viernes, 16 de julio de 2010

Sin

El mendigo sin brazos que agita el vaso de plástico pidiendo para comer; el inmigrante sin papeles que patea la ciudad buscándose la vida; el matrimonio sin suerte ni liquidez que acaba desahuciado bajo un puente; el parado sin familia a la que acudir cuando su mujer se largó con sus hijos y aquel supuesto amigo; el muchacho sin nadie a quien contar las penas salvo al cartón de Don Simón. Todos ellos sin futuro, compartiendo cama bajo el cielo estrellado, objetivo de una pandilla de muchachos sin escrúpulos y sin corazón que disfrutan sintiéndose los jueces del mundo.

4 comentarios:

  1. ¡Da miedo Miguel....Mejor dicho paor....en qué se están convirtiendo!!! besos y buen finde

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  2. Por desgracia están ahí, ocultos entre la multitud, intentado aprovecharse siempre de los más débiles.

    Saludos Winnie0 y gracias por tus comentarios.

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  3. Se me parte el corazón al ver a todas esas personas que sufren. No entiendo cómo puede haber seres tan crueles como esos jóvenes.
    Un beso, Miguel.

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  4. Irene yo tampoco. ¿Qué habremos hecho para crear monstruos así?

    Saludos

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