viernes, 23 de julio de 2010

El cinéfilo

Pasaba horas y horas en aquel viejo cine. Daba igual si ese día tocaba estreno, sesión doble, continua o golfa, él amortizaba más que de sobra el dinero de la entrada. Los muchos años vividos allí habían conseguido que hasta la taquillera y el acomodador fueran ya para él como de la familia.

Podría haber sido el hombre más cinéfilo del mundo y sin embargo casi nunca había conseguido ver una película completa, es más había días que ni tan siquiera lograba sentarse en la butaca. De rodillas, y de espaldas a la pantalla, a tientas aliviaba necesidades urgentes.

4 comentarios:

  1. ¡Qué bueno Miguel! Corto pero esclarecedor...Besos y feliz finde

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  2. Felicidades, maestro!! Magnífico relato!!

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  3. Gracias por vuestros comentarios.

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    Saludos

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