martes, 4 de noviembre de 2008

Los titiriteros

Las verdaderas raíces del teatro de títeres no están muy claras, ya que países como Grecia, India y China se disputan su paternidad exponiendo distintas pruebas. En sus orígenes se trataba de un espectáculo altamente considerado, tanto es así que la gente que se dedicaba a esta profesión tenía tanto reconocimiento como los actores de teatro clásico. Desgraciadamente con el tiempo, los momentos de esplendor quedaron atrás y poco a poco fue perdiendo prestigio hasta que quedó convertido en un arte de los llamados menores.

Ese declive provocó que este teatro saliera de los circuitos convencionales y quedara como un arte de "segunda categoría". Así, hoy día los actores que se dedican a ello no gozan de la fama de los que se dedican a otras disciplinas, y por supuesto no consiguen los mismos ingresos económicos. Sin embargo sí disponen de algo que ni la fama ni el dinero pueden conseguir. Con un simple muñeco de gomaespuma son capaces de hacer reír y disfrutar a los niños (y a los no tan niños), y además logran que los más pequeños den rienda suelta a su imaginación.

Para ellos el títere representa una gran oportunidad para poder participar activamente en una representación. Así, acostumbrados a ser simples observadores cuando están frente a la televisión, van al cine o al teatro clasíco, aquí logran despertar su ilusión con un espectáculo en el que son los principales protagonistas ya que pueden interactuar.

Joan Manuel Serrat recogió en una de sus canciones la esencia de estos artistas, acostumbrados a viajar de pueblo con sus títeres buscando lo que no todo el mundo puede conseguir, la complicidad y la diversión de los niños. Aquel que quiera volver a su niñez tiene la opción de acudir al Retiro. Allí los sábados y domingos podrá rememorar su infancia.

De aldea en aldea
el viento lo lleva
siguiendo el sendero,
su patria es el mundo,
como un vagabundo
va el titiritero.

Viene de muy lejos,
cruzando los viejos
caminos de piedra.
Es de aquella raza
que de plaza en plaza,
nos canta su pena.

¡Allez hop!
¡Titiritero, allez hop!
de feria en feria.
Siempre risueño,
canta sus sueños
y sus miserias.

Vacía su alforja
de sueños que forja
en su andar tan largo.
Nos baja una estrella
que borra la huella
de un recuerdo amargo.

Canta su romanza
al son de una danza
híbrida y extraña,
para que el aldeano
le llene la mano
con lo poco que haya.

Y al caer la noche
en el viejo coche
guardará los chismes,
y tal como vino
sigue su camino
solitario y triste.

Y quizá mañana,
por esa ventana
que muestra el sendero
nos llegue su queja
mientras que se aleja
el titiritero.

11 comentarios:

  1. Si miras las caras de los niños se asemejan mucho a las que ponen los mayores.

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  2. Además del discurso social, moral o filosófico que representa o recrea a través del espectáculo es cierto, el verdadero valor del arte del titiritero es ofrecer al espectador una oportunidad para poder participar activamente en la obra y de ahí su especial encanto para niñ@s, y no tan nniñ@s. Muy bonitas fotos. Lo de Serrat no tiene paralelo, lo mejor de lo mejor.

    Saludos

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  3. Esta actividad se debería difundir mucho más. Así, los niños saldrían de su casa y dejarían las consolas y los ordenadores. Un abrazo.

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  4. Debe ser muy gratificante tener a toda una prole de enanos con los ojos clavados en el pequeño escenario. Debe de serlo, porque por dinero no creo que lo hagan.

    Para mí es gratificante saber que sigue habiendo personas que se esconden tras esas cortinas para satisfacer una vocación tan antigua como desprestigiada.

    Cuantas cosas bellas nos hemos cargado por el camino...

    Las fotos, encantadoras.

    Un beso

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  5. Para niños y mayores. Son un espectáculo genial.

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  6. ¡Qué recuerdos!, y no lo digo por mi infancia, ni me acuerdo si alguna vez vi a los titiriteros, o tal vez lo confunda con las veces que fui con mi hijo al Retiro, hace tanto tiempo de las dos cosas que mezclo los recuerdos, pero sí me acuerdo de la emoción de los niños y los gritos que daban para avisar que venía la bruja o el ogro, era muy tierno.
    Es tardísimo, estoy espectante con las elecciones americanas, no sé que pasará, espero que gane Obama, pero aún no está claro.
    Besos, Miguel.

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  7. Que gran entrada, me encantan los títeres a pesar de tener los 24 bien cumplidos ya. Es más, forma una parte muy importante de mi trabajo.

    Has hecho que mi mente se inundara de recuerdos.

    Un abrazo.

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  8. Jo, en Madrid teneis de todo. Hace años que no veo titiriteros en Valladolid porque sí, fuera de algún festival o acontecimiento especial. Es todo un espectaculo ver las caras d e los niños (y mayores, todo hay que decirlo) cuando ven una representación.

    Un saludo,

    Pedro.

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  9. que casualidad haber dado con tu blog justo cuando pones este post XD. Tendria que haber mas titiriteros para sacar mas sonrisas tanto a adultos como a niños. ¡viva los titiriteros!

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  10. PUes desde luego que un arte tan antiguo, se debería potenciar mucho más... Gracias de nuevo por recordarnos ciertas cosas. Besos

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  11. Es una profesión bonita. Me recuerda a los circenses. Nómadas, de lugar en lugar. Tiene su encanto.

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