lunes, 21 de diciembre de 2009

Con azúcar está peor

Aunque con los años este dicho va perdiendo vigencia, y ya pocas personas lo usan, hasta hace poco tiempo fue bastante popular. Para conocer su origen hay que remontarse al siglo XIX, y en este caso sí se sabe quien fue su "creador", Juan Emilio Arrieta.

Arrieta fue un destacado compositor musical de dicho siglo, que destacó principalmente en el mundillo del teatro y la zarzuela. Profesor de música de Isabel II, ésta estaba tan encantada con el trabajo del compositor navarro que para representar sus óperas hizo construir en palacio un lujoso teatro.

Era un hombre socarrón e ingenioso, tanto es así que colaboró durante un tiempo en el periódico satírico "El Padre Cobos", y muchas de sus frases pasaron a ser modismos en las conversaciones de la época. A él se le atribuye la frase: "La música es una cosa tan buena, tan buena, que no hace daño ni a quienes no les gusta".

Se cuenta que Arrieta, entonces director del Conservatorio madrileño, se hospedaba en una lúgubre casa de huéspedes situada en la céntrica calle Jacometrezzo. Pequeña como una caja de cerillas, la pensión tenía el comedor situado junto al cuarto de baño. Parece ser que independientemente de la hora del día que fuera, del baño salía un olor nauseabundo que hacía que los guisos de doña Blasa, la dueña del tugurio, fueran de todo menos apetitosos.

El músico, al igual que los demás huéspedes, se quejaba reiteradamente ante doña Blasa de la situación pero el problema continuó hasta que un día, al llegar Arrieta a la casa ovservó que ese olor tan característico que les acompañaba había desaparecido. Parecería que todo estaba solucionado, y sin embargo nada más lejos de la realidad, ya que el antiguo olor había sido sustituido por otro que era aún más fétido e insoportable que el anterior.

Según cuentan, esta es la conversación que mantuvieron doña Blasa y Arrieta, y a partir de la cual surge el dicho:
-¡Pero, doña Blasa! ¿Qué ha hecho usted hoy, buena mujer?
-¿Que qué he hecho?- repuso ofendida la patrona. - ¿Es que todavía no está usted satisfecho, don Juan? Pues, sepa que me la pasé toda la mañana quemando azúcar para que todo estuviera de su gusto.
Ante esta afirmación el compositor respondió:
-¡Ay, doña Blasa! ¡Con azúcar está peor!

Esta ocurrencia con el azúcar quemado de doña Blasa, desodorizante de la época, fue celebrada por los demás huéspedes, y aireada por toda la ciudad hasta que formó parte del lenguaje coloquial: nos indica que ciertos remedios, a veces, dan resultados contraproducentes, de manera que en lugar de mejorar las cosas, las agravan e incluso empeoran.

7 comentarios:

  1. ¡Hola Miguel!

    :)

    ¡Encatador tu post, encantador!

    No sabía que el azúcar quemado sirviera para los menesteres que quería Doña Blasa.

    ¡Un abrazo!

    MIGUEL

    ResponderEliminar
  2. jaja Yo también desconocía lo del azucar

    ResponderEliminar
  3. Sin embargo a mi me viene a la cabeza la cancion de Mary Poppins, ¿te acuerda?..."Con un poco de azucar...esa pildora que os dan...satisfechos tomareis..."
    Felices fiestas y que esten llenas de todos tus buenos deseos y alguno mas de propina. Un fuerte abrazo y seguiremso hablando de amdrid.

    ResponderEliminar
  4. No sabia esta utilidad del azucar quemado.

    ResponderEliminar
  5. MIguel sé que tengo montón de entradas tuyas por leer, pero ahora solo me da tiempo a desearte FELICES FIESTAS!!! UN ABRAZO!!! Disfrutad y pasadlo bien! Bso!

    ResponderEliminar
  6. Realmente yo tampoco tenía ni idea de o del azúcar. Ha sido para mí toda una sorpresa el conocer este dato.

    Saludos a todos, y gracias por vuestros comentarios.

    Mamen no pasa nada, ven por aquí siempre que puedas. Ya sabes que eres bienvenida.

    ResponderEliminar
  7. No había oído nunca ese dicho, lo que sí es cierto es que a veces es peor el tratar de camuflar ciertos olores, puede ser terrible la mezcla de un olor pestilente con un perfume, por ejemplo.

    ¡Vaya foto!, unos músicos callejeros de categoría, ¿y la otra? parece ser que el mendigo se tomó su tiempo para el desayuno, como en otros trabajos. Estupendas y curiosas, como siempre.
    Besos, Miguel.

    ResponderEliminar

DIME QUE PIENSAS