miércoles, 29 de septiembre de 2010

Madera de escritor

Hoy que para muchos es un día movido con todo el tema de la huelga general os dejo una entrada amable para olvidarnos por unos segundos de todo lo demás. Se trata de un microrrelato de Julio Llamazares en el que, para variar, no aparecen hechos históricos, ni monumentos, ni muertes, ni leyendas,... Espero que os guste.

"Cuando él vio el bosque que habían talado para publicar sus libros, el escritor dejó de escribir. De repente, tuvo una visión: Madrid era un gran libro lleno de personajes y cada ventana de sus edificios era una página"

Julio Llamazares, escritor

lunes, 27 de septiembre de 2010

Los asesinatos del lobo feroz

El Lobo feroz, un asesino de prostitutas detenido hace veinte años, y Alfonso de Luciente, fraile de la Venerable Orden Tercera, coinciden en esta horrible historia acaecida en 1897 en la calle Lucientes. Para aquel que desee saber más sobre todos estos hechos os dejo un par de enlaces.

En el mesón del Lobo Feroz el dueño es el único que consume. Santiago apura su octava copa y decide que es momento de darle una alegría al cuerpo. Se acerca a la calle de la Cruz y a los quince minutos ya está de vuelta con Mariluz cogida del brazo. Ese será el último paseo de la muchacha, que hoy no ha tenido buen ojo: el alcohol, la misoginia y la impotencia son un cóctel demasiado fuerte para poder con él.

Meses después el ritual se repite y es ahora Teresa la que abandona para siempre la lucha diaria de las calles, su pecado ha sido el mismo que el de Mariluz, cruzarse con él. Al poco tiempo Araceli está a punto de pasar también a mejor vida pero ella tiene más suerte ya que en el cuchillo jamonero esta vez ha sido más lento de lo habitual.

A los pocos días Santiago decide devolver el mesón a su dueño e intenta iniciar otra vida de la que no podrá echar a todos sus fantasmas. Un año después los nuevos dueños deciden reformar el local y es cuando se descubre la verdad. Una momia en el hueco de la escalera y otra en el sótano es todo lo que queda de las ilusiones y los sueños de dos mujeres que una vez también tuvieron sus sueños con un príncipe azul.

P.D. Las dos fotos en blanco y negro están tomadas de "El País"

viernes, 24 de septiembre de 2010

Chismosos

"Si usted vive en Madrid y desea estar siempre perfectamente informado de lo que pasa en el barrio, no tendrá problemas si dispone de tres confidentes, a saber, un peluquero, un camarero y un empleado de fincas urbanas, es decir, un portero o portera. Todos ellos, además, le servirán para que se entere todo el mundo en unas horas de cualquier noticia verdadera o falsa que a usted le interese airear"

Ricardo Cantalapiedra, periodista y escritor

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Madrid en tus zapatos

Pese a que su nombre puede que no sea el más comercial del mundo, hoy en día decir que llevas puestos unos "manolos" indica bastante sobre el nivel económico en el que te mueves. Pues bien, desde hace unos días no sólo podrás decir que llevas unos manolos, sino que encima podrás contar a tus amistades que llevas unos manolos cuyo nombre es "Madrid".

Manolo Blahnik, uno de los más afamados diseñadores de zapatos femeninos del mundo, presentó el jueves pasado su particular homenaje a su país natal con un zapato en el que "los pompones son como pequeños madroños, los colores vivos se inspiran en la Feria de San Isidro y reflejan la alegría y la vivacidad de este país, las líneas elegantes reflejan el movimiento de un torero y hay cierto recuerdo goyesco en sus singulares detalles". Según los entendidos su tacón, de 11,5 cm de alto, dispone de una curvatura diseñada para equilibrar el peso y contribuir a una mayor comodidad.

Si tienes el dinero como castigo y te sobra como para darte un caprichito de éstos debes saber que este modelo se venderá exclusivamente en su boutique situada en el 58 de la calle Serrano. ¿El precio? Ni idea pero por lo que he estado viendo parece ser que los manolos van de 700 euros en adelante así que ya sabes.

P.D. En este caso la foto está sacada de Internet ya que el que aquí escribe no tiene el suficiente dinero, o las suficientes ganas, como para pasarse por Serrano a ver cómo andan los zapatos de precio.

lunes, 20 de septiembre de 2010

El huerto de las monjas

Después de haber pasado al lado de él cientos de veces y no haberme enterado de que existía hasta hace poco tiempo, la semana pasada al fin vi el llamado Huerto de las Monjas y puedo decir que, a pesar de lo pequeño que es, no me decepcionó.

Según he sabido este lugar se llama así porque aquí estaba el huerto que trabajaban las Hermanas Bernardas del convento del Sacramento. Cuando el convento se demolió, en 1972, se construyeron viviendas y edificios municipales que carece a los ojos del turista de cualquier interés y de ahí que a pesar de estar junto a la Plaza de la Villa, este pequeño jardín sea conocido por un porcentaje de madrileños muy escaso.

Si queréis llegar a él debéis tomar la calle Sacramento, y a la altura del número 7 pasar por una verja, que yo siempre he visto que está abierta, y bajar unas pocas escaleras. El jardín es pequeño, y algo sombrío, debido al gran número de árboles que le acompañan. Su encanto, además de por lo desconocido, lo da sobre todo una fuente en la que cuatro querubines se mojan y juegan con los chorros de agua.

Os aseguro que a pesar de estar en todo el centro la tranquilidad y la paz que allí se respira es altamente recomendable ya que allí sólo se escucha el sonido del agua. Este lugar nos demuestra que en Madrid sigue habiendo rincones repletos de encanto esperando ser disfrutados (aunque espero que tampoco demasiado ya que parte, o mucho, de su encanto se perdería).

sábado, 18 de septiembre de 2010

¿Dónde está la gracia?

Hoy, ordenando archivos en el ordenador, me ha aparecido esta foto que tenía casi olvidada. La hice en la Plaza del 2 de mayo hace un tiempo y nos demuestra una vez más la falta de neuronas de algunas personas.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Noche en blanco y mañanas negras

Para rematar la semana os dejo con esta carta, publicada en el 20 minutos de ayer jueves, en la que un lector nos ofrece otra visión de la famosa Noche en Blanco que se celebró la semana pasada en Madrid.

Eduardo F. González de la Torre
Como si los jóvenes necesitasen ser animados a trasnochar, el Ayuntamiento de Madrid se sacó de la manga hace unos años el invento de la Noche en Blanco, que pone la ciudad patas arriba. El barrio de las Letras, en el que vivo, se convirtió en una inmensa letrina, usada por aquellos que, al parecer, iban a disfrutar de cultura nocturna.

No, señor Gallardón, nuestros jóvenes no necesitan estímulos para pasarse la noche en blanco, pues es lo que suelen hacer los fines de semana. Lo que hay que promocionar es vivir la mañana. Y, aunque sea un día al año, enseñarles lo hermoso que es ver nacer el día en la Casa de Campo, el conceierto matinal de la Banda Municipal en el Parque del Retiro, un desayuno tempranero después de haber dormido ocho horas, las calles sin tráfico, el rocío del amanecer en el Jardín Botánico, un paseo por el Rastro...

Miles y miles de jóvenes se pasan la mañana del fin de semana durmiendo como ceporros, tratando de reponerse de la tralla de las noches en blanco. Son las mañanas y las tardes lo que hay que promocionar, señor alcalde, lo cual agradecerá mucho la salud física y mental de nuestra juventud.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Viva el circo

Hoy os dejo con una entrada que publiqué la semana pasada en mi otro blog. Es otra de esas historias contadas en sólo 99 palabras. Espero que os guste.

Nada más verla supe que era lo que siempre había buscado. Cuando apenada dijo que no me convenía porque su vida parecía un circo me dejó lleno de dudas. No podía ser trapecista por mi acrofobia, ni lanzador de cuchillos por mis tics, mi sobrepeso me impedía ser hombre bala, lo de payaso chocaba con mi carácter, para enano me sobraba un metro y lo de mujer barbuda no tenía sentido. Tras mucho discurrir le prometí aportar las luces, la melodía, la magia, la alegría y la ilusión a nuestra relación. Desde entonces vivimos en una eterna gira triunfal.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Madrid es un fraude

"El primer recuerdo que tengo de Madrid es un fraude. Cuando era niño y veraneaba en Coruña (ni A ni La) llegaban niños madrileños que me decían que el mar no estaba mal, pero que en el Retiro había un lago que era también enorme, con barcas. Cuando vi el estanque, con 12 años, pensé que en el mundo había gente para todo..."

Ramon Arangüena (periodista)

viernes, 10 de septiembre de 2010

La mujer que dio a luz un gato

Esta historia, contada por Ángel del Río, fue publicada en el periódico El Mundo hace unos cuantos años dentro de la sección "Misterios de la ciudad"


Se llegó a creer madre del felino. Vivía esta mujer, de salud muy quebradiza, en una calle del Rastro. Pasó dos días en estado de inconsciencia, hasta el punto de que sus vecinos la dieron por muerta. No hallando solución los médicos, se hicieron cargo del cuerpo de la mujer una serie de curanderos y parteras, que consiguieron devolverla a la vida. Según éstos, se hallaba embarazada y durante el tiempo que estuvo inconsciente, dio a luz un gato.La parturienta quedó convencida, hasta el punto de que empezó a tratar al felino como si fuera su hijo.

Lo cuidaba, mimaba, y confeccionaba sus ropas. Acudió a bautizar al animal y le puso por nombre Felipe. La mayoría del barrio creyó en tan sobrenatural parto, un misterio que nadie alcanzaba a desvelar. La madre hizo testamento a favor del gato, pero no resultaba válido, ya que ningún código de leyes admitía en aquellos tiempos que un animal fuera heredero de los bienes de un humano.

Al morir la mujer, se desata la polémica: es necesario cumplir su última voluntad y permitir que el felino se convierta en dueño de sus propiedades; otros pensaban lo contrario. En esas estaban, cuando un buen día el gato desapareció sin dejar rastro. Se acabó la polémica, pero no se aclaró el misterio, pues hubo quien afirmó que el felino había adquirido los mismos rasgos físicos de la mujer y que no había duda de que era carne de su carne.

jueves, 9 de septiembre de 2010

El hombre del cántaro

De nuevo hoy toca que os devanéis los sesos e intentéis situar esta estatua en la que aparece un hombre adorando un cántaro de agua (o al menos eso es lo que me parece a mí)

La pregunta es:
- ¿Dónde se encuentra situada esta estatua?

Espero vuestras respuestas. Saludos.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Neira

De héroe a villano, de condecorado a condenado. En sólo dos años los halagos, las palmaditas en la espalda y los codazos políticos por salir en la foto han sido sustituidos por insultos, la patada en el culo y si te he visto no me acuerdo.

Sus problemas con el etilómetro y su prepotencia han provocado su descenso a los infiernos, tan vertiginoso como su anterior ascenso del anonimato a paladín de las mujeres. Esto demuestra que nuestra sociedad trata a las personas como si fueran de usar y tirar, sin comprender que las personas son sólo eso, personas.


P.D. Hoy he publicado una nueva entrada en mi otro blog titulada "Balada amorosa". Si queréis echarle un vistazo, por allí os espero. Saludos.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Reivindicaciones estudiantiles

Hay gente que eso de que lleguen los exámenes no lo llevan muy bien, y cuando llega el agobio cualquier excusa para no estudiar es buena. Un ejemplo de esto es esta foto tomada en la calle de los Estudios, muy cerca de Puerta Cerrada.

Lejos quedan ya aquellos años en los que los estudiantes de institutos y universidades eran los primeros en manifestar sus inquietudes contra todo lo que se moviera.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Enamorado de mi banco

A continuación os dejo con "El Banco", un relato de Santiago Gil incluido en el libro “El Parque”. Quizás sea un poco largo, para aquellos que están acostumbrados a ir por los blogs casi de pasada, pero creo que merece la pena gastar unos minutos en leerlo.


Un banco, ese es mi banco, y es todo cuanto tengo en este mundo. Por el día me gusta estar cerca de él para que no le suceda nada. Me fijo bien en qué se sienta y en lo que hace la gente mientras está sentada. Por las noches ya estamos él y yo a solas, y en la confidencia de la oscuridad y el miedo, y un poco también por matar el frío o el calor, nos contamos lo que ha acontecido durante el día. Realmente hablo yo sólo, pero como si fuera dos. Soy capaz de darle al banco la voz que se merece, acogedora, algo solemne, sabia, y por supuesto cómplice y cercana. Me cuenta lo que hablan los viejos cuando están toda la tarde viendo pasar el tiempo antes de llegar a la muerte diaria de sus casas, también de lo que conversan los fumados de marihuana o los borrachos ocasionales, y a veces se pone cachondo y me pide que le acaricie las maderas y el espaldar cuando recuerda los arrumacos y las frases que se repiten los enamorados mientras se meten mano y apoyan las posaderas en sus tablas.

Sólo lo pierdo de vista cuando tengo que ir a buscar algo de comida a un restaurante cercando que me guarda los restos, y cuando me entran ganas de cagar o mear. El resto del tiempo estoy siempre al acecho, vigilante de lo que pase o deje de pasar en mi banco, que es como creo que ya he repetido, lo único que me queda en el mundo. Sí es verdad que cuando a veces me duermo por el día viene la policía y me levanta de malos modos, y también me dice que me vaya del Retiro, que no quieren volver a verme por aquí, pero yo hago como que me voy y luego vuelvo, y entonces lo vigilo más de lejos. Por las noches, en cambio, como mi banco está en medio de los árboles, nadie viene aquí a molestar y puedo dormir con él tan ricamente. Dormir y también hablar, que a él se conoce que le gusta que esté yo aquí sirviéndole de médium y dándole voz y carácter a su existencia.

Realmente, hoy por hoy, me preocupa más el futuro de mi banco que el mío propio, entre otras cosas porque del mío hace tiempo que ya está todo dicho, carne de cañón, borracho con problemas mentales, uno de los tantos mendigos miserables y hediondos que aparecerán muertos en los bancos de Madrid durante los próximos años. Él, sin embargo, mientras no haya una renovación del mobiliario del parque, está condenado a quedarse solo y otra vez en silencio para el resto de la eternidad, y encima aguantando el peso y las conversaciones de todos los que seguirán viniendo a ordenar su vida en estos bancos cada vez con más personas tristes o desequilibradas sobre ellos. A mí la vida me importa un pito, pero pensando en lo que va a ser de él sí me entra un reconcome que a veces no me deja ni dormir: yo se lo hago saber muchas veces, y él calla, y se queda como si no pasara nada, cuando yo sé que también está tan preocupado y tan acojonado como yo con la que se le puede venir encima. Cuando los días me vienen muy mal dados, y les puedo jurar que son casi todos los que el destino baraja en mi contra, me abrazo a mi banco y le digo entre sollozos de borracho llorón que no le dejaré nunca. Son, lo sé, las cosas que tiene la intemperie, pero yo las cuento por si acaso, a ver si cuando yo ya no esté alguien se puede hacer cargo de estas cuatro maderas que tanto y tanto me han querido todos estos años. Mi banco está, yendo en dirección a Vallecas, a unos quince metros a la derecha del camino que conduce del Paseo de Estanque a la estatua del Ángel Caído, en medio de un castaño y de un tilo enorme que sobrepasa al resto de los árboles que hay en esta parte del parque. Debajo de las maderas, si te agachas con cuidado, podrás ver que pone Ulises y una fecha de hace dos años. Ulises, no creo que haga falta aclararlo, soy yo, y ese banco es todo lo que me queda en el mundo. Si me muero, que lo haré a buen seguro un día de éstos, les pido que me lo protejan y que vengan a darle conversación y a acariciarle de vez en cuando. A lo mejor no consiguen que les hable, pero les aseguro que les quedará eternamente agradecidos. Y yo también.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Los Campos Elíseos de Madrid

El 18 de julio de 1864 se inauguraban los “Campos Elíseos”, el primer gran parque de atracciones madrileño, superior, según la propaganda de la época a los de otras capitales europeas. El proyecto fue iniciativa del empresario catalán José Casadesús, que adquirió para dicho parque un extenso terreno situado en la carretera de Aragón, entre las actuales Alcalá, Velázquez, Castelló y Goya.

Al ser un secarral se plantaron árboles y se trazaron jardines. Además se construyó una plaza de toros, un teatro cubierto llamado Rossini en honor al músico, espacio para fuegos artificiales, quiosco de música, cafés, salón de baile, casitas rústicas, gimnasio, billar, montaña rusa y una ría navegable para embarcaciones ligeras. Para trasladarse hasta este lugar se habilitaron unos ómnibus y el coste del trayecto era de veinticinco céntimos. Después la entrada costa dos reales si la adquirías hasta las cuatro de la tarde, mientras que si la adquirías a partir de entonces valía cuatro.

Este lugar fue frecuentado por la alta sociedad y fue un buen reflejo de lo que era el Madrid de aquella época. A partir de la década de los setenta este lugar fue perdiendo público, que empezó a decantarse por el Retiro, y finalmente desapareció en 1881 al construirse el barrio de Salamanca.