jueves, 16 de abril de 2009

En el Cementerio de la Almudena

Siguiendo con el monográfico de la Almudena, hoy llega una historia del Jardinero de las Nubes, autor del blog con el mismo nombre. En su perfil podemos leer: "Amo a Dios sobre todas las cosas. Amo a mi gente, la literatura y a mi pueblo, Aldea del Rey (Ciudad Real). Soy amado por la soledad". "Debido a una promesa que hice en mi juventud, me leo la Biblia completa, de una sentada, cada tres años. Un año para el Padre, otro para el Hijo y otro para el Espíritu Santo... Este año me toca volver a leerla. Suelo tardar unas siete semanas".


Un viernes de marzo, ya muy atrás en el pasado, me levanté con la comezón de hacer algo que llevaba mucho tiempo rondándome la cabeza: ir al cementerio de la Almudena para buscar la tumba de un amigo que quise mucho y que entonces llevaba ocho años en el reposo de Dios; falleció en extrañas circunstancias.

Llovía a cantaros pero no me eché atrás en mi decisión: siempre me he sentido más a gusto bajo la lluvia que bajo el sol justiciero. Cogí el metro hasta Ventas y allí un autobús que me condujo avenida de Daroca arriba.


Iba atento a las paradas y me bajé donde supuestamente estaba la entrada de la necrópolis. Pero yo no la vislumbraba. Le pregunté a un hombre bajito que tenía unos mostachos de color trigo. Debí inspirarle algo de lástima (un muchacho tan joven haciéndole esa pregunta), pues sus ojos azules brillaron con una cierta humedad de emoción. Me preguntó si iba al cementerio civil, y le respondí que no, que iba al religioso. Me orientó adecuadamente.

Una vez allí me di cuenta que debía preguntar, a pesar de mi timidez, la ubicación de la tumba, pues sabía que de otro modo sería como buscar una aguja en un pajar, y más con el chubasco que estaba cayendo. En las oficinas me dieron un papel con el cuartel y el número de la tumba de mi amigo, el cual no me sirvió para nada. Un vigilante tuvo la gentileza de prestarme un plano y allá que me encaminé. Soplaba un vigoroso vendaval y la lluvia avibaba frescas fragancias en las ramas de los árboles con sus hojas a estreno.

Llegué a mi meta, no sin antes haber leído cientos de inscripciones. En ese momento se abrió en las nubes un hombro de sol. Una tumba de piedra, un corazón sufriente. Un árbol en cuya copa estaba refugiado un gorrión que dejaba oír su aterido canto. Yo no sabía si eran lágrimas o gotas de lluvia las que rodaban por mis mejillas; para mí eran la misma cosa. El hombro de sol trazó el arco iris en las alturas, y mi pecho se estremeció de emoción.

Entonces no lo sabía, y ahora que lo intento contar tampoco sabría explicarlo. Era una emoción sin más, era un deseo de intercambiar papeles en el drama de la existencia.

El hombro de sol se cerró. La lluvia recrudeció. Poco a poco el follaje de los jardines circundantes fue agrupándose en tupidos mechones de gris opaco. Había llegado el momento de marcharme. Mi mano se posó sobre la lápida, y sentí que mi corazón no quería alejarse de allí. Pero lo hice. Subí unas escaleras, y, desde la altura de una colina, abarqué la extensión del camposanto, cuya superficie aventaja en mucho a la del casco urbano de nuestra Aldea.

Cuando le devolví al vigilante su plano, éste me atrapó la mano impulsivamente y sentí la misma emoción que cuando la puse sobre la lápida de mi amigo.

Otras historias del Cementerio de la Almudena
- El enterrador del cementerio
- La llamada del pasado
- Paseando entre tumbas y flores

15 comentarios:

  1. No me gusta mucho visitar cementerios, cuando voy por allí, voy al mercadillo, perdón por la vulgaridad. Hace tiempo estuve en el cementerio civil, y me gustó, son muy curiosas algunas de sus tumbas.

    La última vez que te visité, Miguel, tuve problemas con los comentarios, así que me daré otra vueltecita, espero tener más suerte, no sé si será mi ordenata o mi conexión, pero están un poco revoltosos y lentos.
    Besos, Miguel.

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  2. Me ha encantado al historia. es lo mejor que se puede hacer por un amigo. Visitar a alguien en el cementerio es el acto mas desinteresado que podemos hacer porque lo haces sabiendo que no vas a recibir nada a cambio.
    ¿Hay más de cementerios Miguel? Un saludo

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  3. El Civil tiene mucho encanto Irene. Más pequeño y más interesante que el religioso. Al menos para mí.

    Sí Dani queda una entrada más de la Almudena.

    Lo de los demás cementerios (tengo ya fotos de unos cuantos) queda para más adelante porque tampoco hay que pasarse.

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  4. Amigo, no visito los cementerios siempre he tratado de llevarlos vivos en mi corazón, y así es como los recuerdo, pero respeto a quien hace esto con humildad y devoción, muy linda historia la de hoy felicitaciones.

    Besos

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  5. ¡Bellísimo el relato!
    Miguel yo el cementerio que más frecuento es donde están mis padres...en el de la carretera de Colmenar..el cementerio de la Paz...es tipo americano y en las verdes praderas están las lápidas. A mi me dá paz.
    Besos y que tengas un feliz viernes.

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  6. preciosa la historia, a mi no me gusta ir a visitar a cierto amigo alli, no serviría de nada y me sentiría peor, lo que si iré al de la almudena con el buen tiempo que con las fotos que pones me han entrado ganas :-)

    un abrazo

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  7. Un bello relato. A todos hay veces que las emociones nos atrapan, y es necesario aprovechar esos momentos para sentirse humano.

    Carpe Diem

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  8. Me ha encantado el relato. A mi me paso algo parecido, hace unos 17 años. Fui a visitar la lapida de un compañero del colegio, y voy desde entonces cada año... y curiosamente sin saber exactamente donde esta el cementerio de la almudena,,, solo con el nombre de la calle avd.Daroka...no se como lo hago pero voy en coche,,y siempre llego por distintos camino,,unas veces por vicalvaro, otras moratalad, otras vallecas, la ultima arturo soria,,,muy curioso, pero es como si mi coche fuese solo...

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  9. Anónimo pues si te animas mándame la historia y aquí te la publico.

    Saludos

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  10. Hola, decirte que me encanta tu blog. Lo que yo busco,(ya que me encuentro fuera de Madrid) es la ubicación específica de la tumba de LOLA FLORES,sé que es muy popular pero al ser un cementerio gigante pues alguien que haya ido podrá tener alguna idea, por mas que busco no encuentro nada en internet de su ubicación. Espero tu respuesta o la de algún amigo que haya escrito en comentarios. Gracias, un saludo!!!

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  11. Luzil en otra de las entradas tengo una foto de la tumba que dices, pero ahora mismo no podría darte la dirección exacta ya que la foto la tomé hace unos años.

    Si te das un paseo por allí no tardarás en encontrarla, juraría que esta al poco de entrar. De todas formas siempre puedes preguntar a los guardas que hay allí, seguro que te lo dirán.

    Espero que tengas suerte con la búsqueda

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  12. una preguntita, como haces las fotos en los cementerios de madrid si supuestamente esta prohibido? has tenido alguna vez algun problema? siempre me he cortado de hacer fotos por esta prohibicion

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  13. ¿Qué guardas? Yo fui ayer y solo había viejecitos que me animaron, diciendome que si era la 1ª vez, que no me desanimara que a la 1ª no se encuentran las tumbas en este cementerio tan grande. Lo de grande no importa lo que importa es que no existe señalización, o yo no la ví despues de 3 horas. ¿De que sirve un mapa en colores si por ninguna parte aparecen placas con el color o con los numeros de los cuarteles que buscas?

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  14. Este escrito es de una belleza un poco mas que otros, quizá por el adorno de estas Bonita's fotos me encantó. Tus escritos son joyas, cada uno de ellos, una hace un recorrido de lujo con tu narración tan bien y bellamente hecha como viajar y very lo que gas narrando. Un beso desde el otro lado Del Atlantico.....................................

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  15. Perdona los errores, el iPad se confunde y me cambió las letras.

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