Unos 30 años, barba de 5 ó 6 días y menos carne que el espíritu de la golosina. En su cara se reflejan por igual los estragos causados por la viruela y por el devenir de la vida, de la mala vida. Vaqueros desgastados, camiseta de las de mercadillo, chaqueta de chandal y gorra de las de publicidad.
En la parada de Orcasitas irrumpe en el vagón por sorpresa: "Buenas noches, acabo de quedarme en el paro y no tengo para comer. Si alguien quiere ayudarme con unas monedas o un bocadillo se lo agradecería".
Otro más. Día sí y día también aparecen contando la misma cantinela. Ya no cuela. Levanto con indiferencia la mirada del libro y descubro con sorpresa que esta vez lleva una guitarra entre las manos. Esto promete.
Empieza a tocar y repitiendo machaconamente los mismos acordes anuncia: "Voy a ver si les puedo alegrar un poco el viaje con una canción. Espero no molestarles". El comienzo es desolador, de su boca sólo salen dos letras que repite con ahínco: "Pa pa pa pa pa pa pa...". Este hoy tampoco sale por la puerta grande.
Unos veinte segundos después empieza con la letra: "Tol mundo va del cuento de yo me lo pago, yo me lo invento
Recorre el vagón de lado a lado para que todos puedan escucharle: "Vino Papá Noel la noche de Noche Buena y me dejo un regalito junto a la candela. Y cuando yo lo ví enseguia lo abrí y ví que era una planta de yerbagüena". Indiferencia total, son casi las diez de la noche y a esas horas la gente ya está de vuelta de todo.
La verdad es que tiene menos voz que un grillo pero el tío le echa ganas y al menos acierta con la entonación; seguro que los Delinquentes no se lo tendrán en cuenta: "Tú solo quieres quererme cuando tú quieras, cuando hueles los naranjos y la sangre se te altera... ". La megafonía anuncia la siguiente estación, es hora de acabar: "Tú solo quieres quererme en primavera, pero yo no soy Pinocho que el corazon tiene de madera".
Aporrea unos segundos más la guitarra y se despide con estas palabras: "Y ahora viene lo mejor de la canción. Es cuando me quito la gorra a ver si cae alguna moneda, y si no queréis echar dinero por lo menos regalarme una sonrisa que de esas me caben muchas".
Mira conmigo el tío acertó. Hoy sí se lo ha ganado. Rebusco entre los bolsillos algo de calderilla y cuando llega a mi altura se las dejo en la gorra. "¡Gracias caballero!". Es posible que con esas monedas esté colaborando a que su fin esté más cerca, pero habrá que darle el beneficio de la duda.
Recorre de nuevo el vagón y comprueba que aún le falta mucho por mejorar, hoy tampoco la gente se rasca el bolsillo. Efectivamente la gorra es más grande de lo que debería: en ella quedan poco más de dos euros y sólo cuatro o cinco sonrisas. Se despide con un sonoro "Buenas noches señores", abre la puerta lateral que comunica los vagones y se marcha a dar el siguiente concierto.
Te he leído con atención y lo cierto es que me queda un sabor agridulce...se me ha encogido un poquito el corazón. ¿sabes lo que pasa? que las sonrisas no le dan de comer...y a pesar de ser gratis...pocos se la darán.
ResponderEliminar¡Qué duro!. Besos
Me encantaría poder ayudar a toda esa gente, pero no son tiempos fáciles para nadie y si le doy dinero a cada pobre que me lo pide se me iría el sueldo a mi. Además, no es nuestra obligación, es la obligación de las Administraciones Públicas que con nuestros impuestos deberían poder mantener a esa gente. Vivimos en un pais rico, no?? Tanto ayudar a otros paises pero aqui hay gente que también lo necesita.
ResponderEliminarYo a veces sí doy, me gustan o me han caido bien. ¡Debe ser muy duro subsistir así!
ResponderEliminar¡Un fuerte abrazo!
MIGUEL
Estou fazendo uma campanha de doações para criar um projeto com minibiblioteca comunitária e outras atividades para crianças e adolescentes carentes da minha comunidade aqui no Rio de Janeiro,aceito doações de 1,00 a 10,00,preciso da ajuda de todas as pessoas de bom coração.Doações no Banco do Brasil agencia 3082-1 conta 9.799-3 Que DEUS abençõe todos nos.Meu e-mail: asilvareis10@gmail.com
ResponderEliminarMe imagino que ese es el Madrid que uno no quiere ver, como sucede en Buenos Aires.
ResponderEliminarMe gustó mucho el texto, lo describís con mucha veracidad, y las fotos impecables como siempre.
Gracias por el comentario que me dejaste, siempre tan generoso.
BESOTES
Coño, el del museo del jamón.
ResponderEliminarLa peste. Mucho ruido y poco canto.
No se que pensar cuando veo a esta gente. Me suelo guiar como tú, por el instinto, aunque pocas veces me fío. Hemos llegado tarde a todo, y ellos ni siquiera han salido de donde vienen. Ojalá alguno consiga lo que busca.
ResponderEliminarCarpe Diem
felicidades por tu blog, me encanta! lo leo a diario, pero nunca te habia puesto nada,pero me parece fenomenal y me apasiona las entradas que pones de calles o historias de edificios
ResponderEliminartambien leo es Madrid no Madriz y tambien me gusta mucho,
gracias por tener un blog tan ameno
besos
Alba