lunes, 19 de enero de 2009

La ReaI Iglesia de San Ginés

Edificada en honor de San Ginés, mártir de Arlés, esta iglesia situada en la calle Arenal es una de las más antiguas de la capital. Desde que fue consagrada en el 1106 sobre la ribera del arroyo Arenal sus muros han sido testigos de todo tipo de peripecias: saqueos, guerras, incendios, derrumbes, ...

El Códice de Juan el Diácono (siglo XIII) ya la cita como una de las que visitaba San Isidro en su periplo por las iglesias de Madrid, y años después, en 1358 el Papa Inocencio VI con motivo de un saqueo cometido en la sacristía por los moros y los judíos, remite una Bula a la Parroquia de San Ginés concediendo indulgencias a cuantos colaborasen en el desagravio.

En 1642 un incendio asoló la vieja iglesia por lo que se derribó lo que de ella quedaba, y tres años después se inauguró el nuevo templo que vió como en el siglo XVIII sufrió una gran transformación en su interior adoptando el clima neoclásico que luce hoy día.,En ella hay una importante colección de obras de arte de pintores y escultores de gran renombre, aunque otras se perdieron en un gran incendio que la asoló en 1824.

En su amplísimo Archivo Parroquial destacan la partida de bautismo de Quevedo, la de matrimonio de Lope de Vega o la de defunción de Tomás Luis de Victoria. En 1982 fue declarada Monumento HistóricoArtístico Nacional y en 2003 le fue concedida el título de Real.

A este templo asistía a Misa el Tribunal de la Inquisición el día que la bula se publicaba. Las leyendas aseguran que entre sus paredes moran multitud de espíritus de todos aquellos que fueron ejecutados por orden de Pedro I el Cruel o por el mismo Santo Oficio.

Hay numerosas leyendas que acompañan a este templo, una de ellas afirma que en 1353 la iglesia fue saqueada y los ladrones cortaron la cabeza a un anciano que allí rezaba. Su cuerpo fue hallado pero no su cabeza, y poco tiempo después un hombre sin cabeza se aparecía por las noches en la puerta de la iglesia. Esto terminó el día que la cabeza del anciano se encontró oculta detrás de una capilla.

Hasta hace pocos años hubo un cocodrilo, hoy en restauración, a los pies de la Virgen de los Remedios. La explicación hay que buscarla en una leyenda que protagoniza Alonso de Montalbán, comisionado de los Reyes Católicos en América. En una de las paradas que realizó Alonso a su vuelta de América se vió sorprendido por un cocodrilo, que decidió que aquel hombre era un buen bocado para ese día.

Cuando Alonso ya iba a caer en las fauces del cocodrilo un gran tronco cayó sobre el animal y lo dejó seco en el acto. Al romperse el tronco éste dejó al descubierto la imagen de una Virgen por lo que cogió la talla y mandó disecar al cocodrilo, colocándolos ambos en la iglesia como muestra de agradecimiento.

8 comentarios:

  1. Sí, en efecto, la churrería quizás tenga más devotos...

    Se te saluda, Ignacio

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  2. En efecto el público que tienen uno y otro lugar no tienen ni punto de comparación, pero aún así esta Iglesia también tiene su encanto.

    Enlace a la entrada de la churrería:

    http://madridfotoafoto.blogspot.com/2008/01/el-pasadizo-de-san-gins.html

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  3. Excelente post. Cuantas historias ocultas tiene nuestro Madrid. El día que Hollywood se entere...

    Saludos

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  4. La de veces que he pasado por la puerta y no he entrado dentro...hay vacas en sol y en la plaza de santa ana, pero en este último lugar han robado una, te lo digo por si acaso pero seguro que ya las has fotografiado :-)

    salu2

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  5. es cierto...la igelsia de los churoooss jajaja...genial el post y las fotos

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  6. Pérez Reverte la hizo famosa con Alatriste y sus duelos en el callejón de atrás, pero a mí me sigue dando mal rollo. No sé chico. Viví una época en la calle Arenal y te juro que era el edificio que menos me gustaba de la calle. Y eso que no sabía lo que cuentas de la Inquisición, ni lo del tío sin cabeza.

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  7. Nada más leer el título pensé lo mismo, si oigo San Ginés, inevitablemente pienso en los churros.
    Fuero de bromas, hay que reconocer que la iglesia es una joya, llena de joyas, lástima ñas que se perdieron en el incendio de 1824.
    Con toda justicia fue declarada Monumento Histórico Artístico.
    Un abrazo, Miguel.

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