... el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro." Esta cita de Einstein resume perfectamente todos los hechos que se están sucediendo desde que comenzó el Cow Parade. No tenía pensado hacer ninguna entrada del evento porque con la que hice algún tiempo ya había quedado claro en qué consistia todo este tinglado, pero visto lo visto he cambiado de opinión.
El viernes, a las pocas horas de ser instaladas, el vandalismo ya hizo acto de aparición. Una de las primeras medidas de los "amigos de Einstein" fue tomar al asalto a las vacas y montar sobre ellas como si fueran toros mecánicos. La cosa no quedó ahí, ya que se empezaron a encontrar vacas a las que o bien les faltaba alguna pata, o habían sido apedreadas, o estaban embadurnadas con graffitis, o habían perdido algunos de los elementos decorativos que las acompañaban.
Es más, una de las que estaban en la plaza de Santa Ana fue trasladada hasta Huertas por algún "estratega" que pensaba que esa era su mejor ubicación. Para acabar de demostrar la teoría de Einstein, la madrugada del domingo la vaca Albertina Pinturina, situada en la plaza de Lavapiés, desapareció. Como no había podido largarse por propia iniciativa la explicación era clara, se la habían llevado. Ayer fue noticia la resolución del caso: seis "seguidores de Einstein" decidieron que la vaca quedaba mejor en el salón de su casa que en la calle, por lo que la desatorinillaron de su base y ni cortos ni perezosos se la llevaron a su domicilio en la c/Canarias, junto a la Glorieta de Sta María de la Cabeza, es decir, un trecho considerable.
Una vez allí recordaron que vivían en un quinto, y como el edificio no tenía ascensor, decidieron subirla por las escaleras, piso a piso. Por fortuna fueron descubiertos por un ciudadano que decidió dar parte a la Policía por lo que el mismo domingo se personaron en el domicilio de los graciosos, un responsable de la organización acompañado de la Policía, y felizmente devolvieron a Albertina Pinturina a su emplazamiento original junto a la vaca Mu.
Sistemáticamente nos quejamos de los abusivos precios del cine o el teatro, e incluso de que haya que pasar por caja si queremos visitar un museo, pero caundo nos acercan la cultura a la calle demostramos que muchas veces tenemos lo que nos merecemos. Y es que ya lo decía Marin Luther King. "Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda".
El viernes, a las pocas horas de ser instaladas, el vandalismo ya hizo acto de aparición. Una de las primeras medidas de los "amigos de Einstein" fue tomar al asalto a las vacas y montar sobre ellas como si fueran toros mecánicos. La cosa no quedó ahí, ya que se empezaron a encontrar vacas a las que o bien les faltaba alguna pata, o habían sido apedreadas, o estaban embadurnadas con graffitis, o habían perdido algunos de los elementos decorativos que las acompañaban.
Es más, una de las que estaban en la plaza de Santa Ana fue trasladada hasta Huertas por algún "estratega" que pensaba que esa era su mejor ubicación. Para acabar de demostrar la teoría de Einstein, la madrugada del domingo la vaca Albertina Pinturina, situada en la plaza de Lavapiés, desapareció. Como no había podido largarse por propia iniciativa la explicación era clara, se la habían llevado. Ayer fue noticia la resolución del caso: seis "seguidores de Einstein" decidieron que la vaca quedaba mejor en el salón de su casa que en la calle, por lo que la desatorinillaron de su base y ni cortos ni perezosos se la llevaron a su domicilio en la c/Canarias, junto a la Glorieta de Sta María de la Cabeza, es decir, un trecho considerable.
Una vez allí recordaron que vivían en un quinto, y como el edificio no tenía ascensor, decidieron subirla por las escaleras, piso a piso. Por fortuna fueron descubiertos por un ciudadano que decidió dar parte a la Policía por lo que el mismo domingo se personaron en el domicilio de los graciosos, un responsable de la organización acompañado de la Policía, y felizmente devolvieron a Albertina Pinturina a su emplazamiento original junto a la vaca Mu.
Sistemáticamente nos quejamos de los abusivos precios del cine o el teatro, e incluso de que haya que pasar por caja si queremos visitar un museo, pero caundo nos acercan la cultura a la calle demostramos que muchas veces tenemos lo que nos merecemos. Y es que ya lo decía Marin Luther King. "Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda".
La primera foto está hecha en la C/Arenal, y es el cierre de una tienda de gafas.
ResponderEliminarEn la segunda y tercera aparecen las vacas que pastan en la plaza de Santa Ana.
Las tres últimas fotos están sacadas en la Plaza de Lavapiés. En las tres aparece la vaca secuestrada.
Nos vemos
Miguel, estoy totalmente de acuerdo contigo. Cualquier iniciativa de arte en la calle es abordada por ciertos elementos y pisoteado. Me gustaría ver la cara de esos individuos. Seguro que refleja perfectamente su nivel intelectual. Un aplauso a tu post.
ResponderEliminarCuando me tocó ir a la mili, mi padre me dio un consejo:"Hijo, voluntario ni pa comer gratis". Un par de anécdotas corroboraron el consejo, pero con el tiempo, me he quedado con lo de "gratis". En mas de una ocasión he dicho: "¿Es gratis? No voy." Y es una pena.
ResponderEliminarCuando vi esta noticia por la tele me acorde de mis dos madriles jajaja sabia que esta noticia no pasaria de largo por tu blog un besazooooooooo MUAK....
ResponderEliminarQué barbaridad!!! Qué gente tan imbécil!!!
ResponderEliminarLas vacas están preciosas, sabía que las postearías.
Besines
Hace seis años quise colocar una vaca de poliestr en mi jardín. La vendían en Madrid por 900 euros. Me pareció algo excesivo el precio.
ResponderEliminarHabia oido campanas y no sabia dónde, me alegro de que les hayan pillado y hayan devuelto a la pobre vaca a su sitio, ya estaba preocupada de saber dónde andaría.
ResponderEliminarsaludos
Yo venía aquí a ver tus vaquitas, en la seguridad que tendrías muchas, pero veo que no te has extendido demasiado.
ResponderEliminarEs una pena el gamberrismo de estos vándalos, y no entiendo qué beneficio sacan haciendo mal por placer y diversión.
Yo también puse unas pocas en mi blog, no sólo va a ser la invasión en las calles, seguro que también en los blogs.
Un abrazo, Miguel.
Hablan de ti aquí
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Yo vi las de la Plaza de Manuel Becerra al día siguiente, y ya estaban pintadas por algun gracioso, que a buen seguro se creerá el más listo de todos. Hay mucho imbécil suelto, demasiado.
ResponderEliminarSaludos.
Es todo más de lo mismo, y lo que hemos hablado hace nada sobre el graffiti en varios blogs, falta de respeto hacia lo común e ignorancia.
ResponderEliminarA veces pienso que es una batalla perdida...
Hay gente que no merece vivir en sociedad. Yo los metía en un barco y los dejaba en una isla desierta y remota. Si no saben,vivir con los demás, que vivan solos y así no molestan.
ResponderEliminarun abarzo.
Pues si que tiene mala leche la vasca, en Vigo estuvieron y solo les llevaron alguna que otra placa del pie. Me encantaron.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si apedreaban a los patos del Manzanares que estaban vivos, que no harán los amigos de Einstein con estas vacas...
ResponderEliminarAlgo de vigilancia no estaría mal para proteger esta clase de eventos, que la estupidez anda siempre a la zaga de sobrepasar sus propios límites.
Mil besos!
La verdad es que era de esperar que pasara algo de esto. En esta ciudad no se respeta nada. Deberian haberlo previsto y haber inventado algun sitma para guardarlas por la noche.
ResponderEliminarQue pena ., cuanta gentuza por ahi sulta
he visto estas vacas por Cibeles y en Goya y me gustan, sobre todo una q están en goya esquina velázquez vestidas con un traje de lunares y un clavel...yo las ví en NY en el 2000 y ya me encantaron.besotes
ResponderEliminarMe pasa como a Titocarlos... hace ya unos años que procuro no ir nunca a un museo el día de entrada gratis... tener que acercarte a llamar la atención a alguien por estar raspando una columna en un teatro romano me parece excesivo... porque además me pongo de mala leche y ya no disfruto de la visita.
ResponderEliminar