Junto a las Vistillas, subiendo desde la calle Segovia hasta la calle de la Morería se encuentra este lugar conocido oficialmente como Cuesta de los Ciegos. A principios del siglo XX era conocido popularmente como la Cuesta de Arrastraculos, ya que por allí se lanzaban los niños cuesta abajo.
Este era un lugar en el que según Quevedo habitaba el mal, y así lo atestiguaba Mesonero Romanos en una se sus obras: “…en esta Cuesta de los Ciegos más de cuatro han visto en ella lo que no querían; y supuesto que a ella hemos llegado, y supuesto también que a la ocasión la pintan calva, vuesa merced, señor castellano, se servirá darme todo aquello que en su cinto le huela a moneda…”.
El nombre de Cuesta de los Ciegos procede una leyenda en la que el protagonista es San Francisco de Asís. El Santo, amigo de los pobres, solía pasar con frecuencia por allí, y siempre encontraba a unos ciegos que pedían limosna. Uno de los días que éstos le salieron al paso, el Santo ungió sus ojos con el aceite que llevaba en una vasija, y milagrosamente los ciegos recuperaron la vista. Según las "malas lenguas" los ciegos no lo eran realmente, y simplemente lo simulaban para conseguir que el santo sintiera lástima de ellos, y poderle sacar algo de dinero.
Días después se encontró con Abenares y Xifré dos moros que intentaban mofarse del Santo. Le salieron al paso haciéndose pasar por ciegos, y él les mojó los ojos con aceite, pero al instante los dos empezaron a chillar como condenados diciendo que habían perdido la vista. San Francisco les dijo que por haberse burlado de los que sufren ceguera, él les castigaba retirándoles ese preciado don, y si querían recuperarla debían ganarse el pan honradamente. Pasado el tiempo Abenares y Xifré lograron desempeñar trabajos honrosos, y se convirtieron a la fe católica por lo que recobraron la vista. ¡A la fuerza ahorcan!.
Como curiosidad decir que justo antes de comenzar la cuesta, junto a la Calle Segovia, hay una pequeña plaza con una fuente en la que se encuentra un escudo republicano de 1932, que también pasó inadvertido durante el franquismo. Además los 254 escalones zigzagueantes que ahora hay allí, sirvieron para rodar una de las secuencias de la película "Yo hice a Roque III" (1980), como se puede apreciar en este enlace.
Este era un lugar en el que según Quevedo habitaba el mal, y así lo atestiguaba Mesonero Romanos en una se sus obras: “…en esta Cuesta de los Ciegos más de cuatro han visto en ella lo que no querían; y supuesto que a ella hemos llegado, y supuesto también que a la ocasión la pintan calva, vuesa merced, señor castellano, se servirá darme todo aquello que en su cinto le huela a moneda…”.
El nombre de Cuesta de los Ciegos procede una leyenda en la que el protagonista es San Francisco de Asís. El Santo, amigo de los pobres, solía pasar con frecuencia por allí, y siempre encontraba a unos ciegos que pedían limosna. Uno de los días que éstos le salieron al paso, el Santo ungió sus ojos con el aceite que llevaba en una vasija, y milagrosamente los ciegos recuperaron la vista. Según las "malas lenguas" los ciegos no lo eran realmente, y simplemente lo simulaban para conseguir que el santo sintiera lástima de ellos, y poderle sacar algo de dinero.
Días después se encontró con Abenares y Xifré dos moros que intentaban mofarse del Santo. Le salieron al paso haciéndose pasar por ciegos, y él les mojó los ojos con aceite, pero al instante los dos empezaron a chillar como condenados diciendo que habían perdido la vista. San Francisco les dijo que por haberse burlado de los que sufren ceguera, él les castigaba retirándoles ese preciado don, y si querían recuperarla debían ganarse el pan honradamente. Pasado el tiempo Abenares y Xifré lograron desempeñar trabajos honrosos, y se convirtieron a la fe católica por lo que recobraron la vista. ¡A la fuerza ahorcan!.
Como curiosidad decir que justo antes de comenzar la cuesta, junto a la Calle Segovia, hay una pequeña plaza con una fuente en la que se encuentra un escudo republicano de 1932, que también pasó inadvertido durante el franquismo. Además los 254 escalones zigzagueantes que ahora hay allí, sirvieron para rodar una de las secuencias de la película "Yo hice a Roque III" (1980), como se puede apreciar en este enlace.
Desconocía completamente el nombre de la cuesta.
ResponderEliminarEn cuanto al escudo republicano de Madrid cabe la posibilidad de que lo vieran y no lo retiraran.
A mí esto de retirar símbolos de otras épocas me parece una sandez por más que representen dictaduras, democracias o reinados más o menos felices.
Saludos y gracias por los ánimos.
Fascinante. Te copio.
ResponderEliminarComo mola saber más cosas de Madrid. Bonita historia,
ResponderEliminarSaludos
Mira que no conocía el origen del nombre, ni lo de arrastra culos, eso sí una vez la subí, casi muero, pero...la subí, es que iba a seminario que anda por alli
ResponderEliminarMuy bellas imágenes las que mostrás de Madrid. Me encantó el nombre de arrastra culos.
ResponderEliminarte mando un beso.
Hay muchos más escudos republicanos en Madrid. En el blog de Gonlor los hemos ido repasando. Por ejemplo los hay en la entrada al Retiro de Alfonso XII enfrente de la calle Antonio Maura (ahora no recuerdo el nombre de la puerta); en el Parque de Bomberos de Santa Engracia; de España los hay en el Banco de España ,en el lateral del Paseo del Prado, y en el Ministerio de Fomento en la fachada que hace esquina a Alfonso XII y Claudio Moyano.
ResponderEliminarHasta dos farolas harto sospechosas hay en el aparcamiento de empleados del Palacio Real que hay entre la fachada norte del palacio y los jardines de Sabatini. Así que cámara fotográfica y a por ellos.
Gracias por visitarme, sos mmuy amable.
ResponderEliminarTe mando un abrazo.
No sabia yo lo de arrastraculos. Si, le viene al pelo.
ResponderEliminarUn saludo.
Arriba del todo, en las tardes de verano es un lugar donde se junta la gente para hacer botellón. Desde arriba se ven las vistas más impresionantes de la Catedral de la Almudena.
ResponderEliminarMuy buena la historia, me la conocía a medias.
Jajaja, me has quitado lo de Roque III de la boca. Siempre que paso me acuerdo.
ResponderEliminarMenos mal que lo has dicho tú, que si no lo habría tenido que decir yo. ;-) Y no sé qué me pasa hoy que no me puedo callar.