Como ya dije en la entrada de Sombrerete, estos relojes ideados para medir el tiempo según la evolución de la luz solar existen desde tiempos remotos. Tienen una superficie plana orientada al sur, en cuyo centro se clava un gnomon, varilla rectilínea de metal, que al recibir la luz solar proyecta una sombra sobre la superficie.
En la Comunidad de Madrid hay más de doscientos relojes de sol, pero uno de los más grandes está en la Puerta de Toledo. En él se incluyen nueve relojes, siete de sol y dos lunares, con un gnomon de acero de nueve metros. Inaugurado hace 20 años, el diseño escultórico corrió a cargo de Alberto Corazón, con cálculos de Juan José Caurcel según se indica en el gráfico adjunto.
Con el paso del tiempo el reloj fue deteriorándose, teniendo parte de culpa los grafiteros que camparon aquí a sus anchas. Así, en el año 2005, el Ayuntamiento rehabilitó el conjunto, resaltando la graduación y la numeración, y aplicó un tratamiento para facilitar la eliminación de futuras pintadas. Pese a ello hoy, tres años después, las pintadas poco a poco van haciendo acto de aparición. Además, estos relojes han encontrado nuevos inquilinos, se trata de un grupo de personas sin hogar que han decidido acampar allí, "adornar" con sus pertenencias todo aquello y haciendo honor al lugar que ocupan, dejar que el tiempo siga su camino, sin importarles nada más.
En la Comunidad de Madrid hay más de doscientos relojes de sol, pero uno de los más grandes está en la Puerta de Toledo. En él se incluyen nueve relojes, siete de sol y dos lunares, con un gnomon de acero de nueve metros. Inaugurado hace 20 años, el diseño escultórico corrió a cargo de Alberto Corazón, con cálculos de Juan José Caurcel según se indica en el gráfico adjunto.
Con el paso del tiempo el reloj fue deteriorándose, teniendo parte de culpa los grafiteros que camparon aquí a sus anchas. Así, en el año 2005, el Ayuntamiento rehabilitó el conjunto, resaltando la graduación y la numeración, y aplicó un tratamiento para facilitar la eliminación de futuras pintadas. Pese a ello hoy, tres años después, las pintadas poco a poco van haciendo acto de aparición. Además, estos relojes han encontrado nuevos inquilinos, se trata de un grupo de personas sin hogar que han decidido acampar allí, "adornar" con sus pertenencias todo aquello y haciendo honor al lugar que ocupan, dejar que el tiempo siga su camino, sin importarles nada más.
Hola, me gusta descubrir y disfrutar los rincones de Madrid, por eso descubrir tu blog ha sido una alegría. ¡Y muy informativo!
ResponderEliminarLlevo solamente unos meses en Madrid donde llegue por trabajo sin imaginarme la cantidad de rincones preciosos q encierra. Me ha encantado tu blog.
ResponderEliminarEl diseño industrial es un arte híbrido, utilitario y depurado, pero no puro.
ResponderEliminarEl arte puro se desentiende de toda concesión a la llamada ‘cultura de consumo’ y del mercado. Y sin embargo, el tio es un talentazo, solo hay que ver algunas de sus pinturas para convencerse de que se trata de un creador excepcional. Tu blog todo lo pone en su justo sitio, en lo que respecta a nuestra ciudad.
A propósito, más vale un desamparado que cien monumentos públicos.
Saludos.
Dale con el tecleo y las verificaciones...
ResponderEliminarSaludos,
Juan.
En la próxima campaña anuncio mi intención de presentarme con el lema: Ni un mendigo sin su reloj de sol.
ResponderEliminarUn placer, como siempre...
Me sigue encantando tu blog, quizá vaya a Madrid este otoño aunque sea pocos días, tu blog es la mejor guía turística que existe sobre la ciudad, por ahora. Felicidades.
ResponderEliminaryo soy una inutil para leer los relojes estos, no aprendere en la vida
ResponderEliminarsaludoss
pd: te debo un post, siq hay una escultura del diablo en aachen pero no esta en la catedral, pondré la leyenda que tiene tambien
¿Será posible?, o estoy tonta, que será lo más fácil, o no recuerdo este reloj, y a la Puerta de Toledo he ido varias veces, aunque hace tiempo, pero por lo que veo el reloj lleva 20 años, y tanto no hace.
ResponderEliminarCogeré una agenda y anotaré los lugares, el primero será el jardín de El Capricho, no sé si se llama asi, el día que iba a ir, estaba mal con la escayola y me fui a urgencias, ¡vaya cambio!
Otro día sigo bajando, ahora tengo que irme.
Un beso.