Para que aquellos que no tengan puente pasen mejor el lunes hoy os dejo con una entrada que ya he publicado en mi otro blog. Una vez más está contada En 99 palabras.
Al finalizar sus estudios los proyectos e ideas se agolpaban en su cabeza. Tenía claro los pasos a seguir y se volcó en darse a conocer a todas aquellas empresas que podían estar interesadas en sus servicios. Pese a su ímpetu el tiempo iba corriendo y los sueños acabaron siendo pesadillas.
Portazos en la cara, cartas sin respuesta y discusiones familiares eran su pan de cada día. En pocos años comprobó cómo sus esfuerzos para sacarse aquel título de especialista en Control de Calidad ahora sólo le servían para ser el mejor rebuscador entre los desperdicios de aquel contenedor.
Al finalizar sus estudios los proyectos e ideas se agolpaban en su cabeza. Tenía claro los pasos a seguir y se volcó en darse a conocer a todas aquellas empresas que podían estar interesadas en sus servicios. Pese a su ímpetu el tiempo iba corriendo y los sueños acabaron siendo pesadillas.
Portazos en la cara, cartas sin respuesta y discusiones familiares eran su pan de cada día. En pocos años comprobó cómo sus esfuerzos para sacarse aquel título de especialista en Control de Calidad ahora sólo le servían para ser el mejor rebuscador entre los desperdicios de aquel contenedor.
Tremenda realidad....Besos
ResponderEliminarSin palabras.
ResponderEliminarMiguel
Es una triste realidad, asi nos va, asi estamos y lo que tiene que venir...yo lo reconozco estoy asustado el camino que llevamos, hacia abajo por supuesto.
ResponderEliminarun abrazo.
Creo que en vuestros comentarios lo habéis dejado claro: realidad. Aunque en otra situación hubiéramos dicho que estos era un micro un tanto exagerado, tal y como vamos lo vemos perfectamente posible.
ResponderEliminarSaludos
Ya lo había leído, pero es cierto, después de estar años estudiando, a esos pobres chicos no les vale para nada, una pena, que se hagan fontaneros, o cerrajeros... hace poco me cobraron más de 200€ por abrirme una puerta, sólo por romper la cerradura, luego yo compré la nueva y la puse.
ResponderEliminar¡Vivir para ver!
Un beso, Miguel.
Un poco de todos: ¡Vivir para ver!, tremenda realidad, sin palabras, etc. Y lo peor es que esto no mejora.
ResponderEliminarSaludos