Después de estar unos días de fuera me encuentro con la noticia de que el pasado 9 de octubre el Ayuntamiento aprobó una ordenanza que regula tanto la publicidad lumínica de los negocios, como la publicidad que realizan los repartidores de octavillas o los hombres-anuncio entre otros.
A partir de 2009 todos esos personajes que circulan repartiendo publicidad o portando esos cartelones como si fueran un bocadillo desaparecerán de la capital ya que el Alcalde considera vejatorio y degradante que estas personas actúen como soporte publicitario:
"No lo prohibimos sólo por razones estéticas, sino porque el Ayuntamiento no debe promover esas conductas".
La filosofía de esta normativa es que el ejercicio de la actividad publicitaria no altere el paisaje urbano ni genere contaminación lumínica. A pesar de ello, los anunciantes se muestran tranquilos porque aseguran que esta medida ya fue anunciada en 2006, y nunca más se supo de ella. La preocupación es para los trabajadores, la mayoría inmigrantes, que ven como una de sus formas de sustento se acaba.
En lo de eliminar el reparto de octavillas estoy de acuerdo, ya que sigue habiendo mucha gente que sigue tirando el papel publicitario que le entegan en el primer sitio que encuentran, sin esperar a la papelera más cercana. En lo que se refiere a los hombres anuncio es un tema más complicado. Yo creo que el que se dedica a ello no lo hará por vocación, no conozco a nadie que de pequeño diga
"papá, cuando sea mayor quiero ser hombre-anuncio". Ellos realizan ese trabajo sin que nadie les obligue, lo hacen porque es una de las pocas formas que tienen de poder llevar dinero a casa de forma honrada.
Aunque suene demagógico, los hay que piensan que lo que realmente es indigno es el no tener trabajo, vivienda, o unos cuantos euros para alimentar a la familia, y realmente creo que esto es así. De hecho, el que afecte o no a su dignidad será cuestión que en todo caso deberán decidir ellos ya que se me ocurren unos cuantos trabajos que tienen bastante más de indigno que éste.
Después de estar unos días de fuera me encuentro con la noticia de que el pasado 9 de octubre el Ayuntamiento aprobó una ordenanza que regula tanto la publicidad lumínica de los negocios, como la publicidad que realizan los repartidores de octavillas o los hombres-anuncio entre otros.
A partir de 2009 todos esos personajes que circulan repartiendo publicidad o portando esos cartelones como si fueran un bocadillo desaparecerán de la capital ya que el Alcalde considera vejatorio y degradante que estas personas actúen como soporte publicitario: "No lo prohibimos sólo por razones estéticas, sino porque el Ayuntamiento no debe promover esas conductas".
La filosofía de esta normativa es que el ejercicio de la actividad publicitaria no altere el paisaje urbano ni genere contaminación lumínica. A pesar de ello, los anunciantes se muestran tranquilos porque aseguran que esta medida ya fue anunciada en 2006, y nunca más se supo de ella. La preocupación es para los trabajadores, la mayoría inmigrantes, que ven como una de sus formas de sustento se acaba.
En lo de eliminar el reparto de octavillas estoy de acuerdo, ya que sigue habiendo mucha gente que sigue tirando el papel publicitario que le entegan en el primer sitio que encuentran, sin esperar a la papelera más cercana. En lo que se refiere a los hombres anuncio es un tema más complicado. Yo creo que el que se dedica a ello no lo hará por vocación, no conozco a nadie que de pequeño diga "papá, cuando sea mayor quiero ser hombre-anuncio". Ellos realizan ese trabajo sin que nadie les obligue, lo hacen porque es una de las pocas formas que tienen de poder llevar dinero a casa de forma honrada.
Aunque suene demagógico, los hay que piensan que lo que realmente es indigno es el no tener trabajo, vivienda, o unos cuantos euros para alimentar a la familia, y realmente creo que esto es así. De hecho, el que afecte o no a su dignidad será cuestión que en todo caso deberán decidir ellos ya que se me ocurren unos cuantos trabajos que tienen bastante más de indigno que éste.
Lamento, en este caso, estar en desacuerdo con el Sr. Alcalde.
ResponderEliminarYo no considero que sea un trabajo indigno, es tan -o mucho más- digno como cualquier otro. Lo que sí veo un problema es que estos trabajadores no tienen contrato, están trabajando en negro y absolutamente desprotegidos (bueno, lo supongo)
Con respecto al reparto de publicidad, más de lo mismo; a lo que se agrega la falta de educación de la gente que tira los panfletos en la mismísima vía pública.
Un besito
Pues sí, habría muchas más cosas que arreglar primero que esta. No me atrevería tampoco a denominarlo indigno.
ResponderEliminarNo sé porque se considera en general que todo se soluciona simplemente con prohibirlo.
Muy bien, si se prohibe, darles otro trabajo a esas personas.
Un abrazo
Bueno.. creo que se echarán de menos en el paisaje urbano de Madrid.
ResponderEliminarMe uno a tus sentimientos... pues por mi mente también pasaron unos cuantos "trabajos" indignos y degradantes que no valen la pena mencionarlos, pero más denigrante es no tener seguridad social, robar o andar mendigando un plato de comida para la familia. Prohibido prohibir sino se tiene una verdadera solución al conflicto.
ResponderEliminarSaludos y un gran abrazo.
Bendiciones y como siempre excelentes fotos.
Van a prohibir que paseemos por la calle con bolsas del Corte Inglés, que coloquemos a los artistas favoritos en las carpetas del instituto, que tengamos camisetas Nike o que el cocodrilo tengamos que arrancarlo del Lacoste. Todo es un anuncio. El alcalde se pasa tres pueblos con esta decisión. Y la Botella... No hay palabras para la bruja.
ResponderEliminarAmen...
ResponderEliminarEfectivamente, ningun trabajo tiene nada de indigno, al menos no mas que la falta de ello, lo que es indigno, como apunta por ahi arriba flor, son las condiciones laborales de falta de proteccion que tiene esta gente... igual que la educacion del que tira la octavilla al suelo...
Me gustan los hombres anuncio, porque son parte integrante del medio, y porque son trabajadores honrados.
A mí tampoco me parece bien que lo prohiban. Hace tiempo leí que iban a prohibir a los músicos callejeros también. Lo que faltaba ya, qué ciudad más triste se nos va a quedar.
ResponderEliminarA ver si arreglan la GRAN OBRA del Manzanares de una vez y se dejan de pijerías de este tipo.
Bsos.
Si que me he enterado..yo opino que tienen que dejar que la gente se gane la vida como pueda..
ResponderEliminarbessetes
Miguel, me encanta tu blog sobre todo cuando no logro identificar bien de qué rincón o acera decides captar la imagen en tus gratos recorridos por la ciudad. ¿No se podría rotular las imágenes para mejor identificar cada paraje y vericueto que retratas?
ResponderEliminarGracias por tu obra de arte y de amor.
Saludos.
A mí lo que me parece penoso es que aún exista gente que se crea con el derecho a mirar por encima del hombro a los demás sólo por el trabajo que desempeñan.
ResponderEliminar¿Acaso les van a dar un trabajo digno a cambio? Me da que no...
Qué más quisieran ellos que estar todo el día sentados en la silla de su despacho.
¡Como no Juan!. Intentaré estar más atento la próxima vez.
ResponderEliminarJuan en este caso las fotos estan sacadas todos más o menos en el mismo sitio.
La primera es de una tienda que está al inicio de la calle Montera.
La segunda es de la calle Arenal, más o menos a la altura de la Plaza Celenque.
La tercera es de la Puerta del Sol, justo al inicio de la calle Arenal
La cuarta también es de la Puerta del Sol, si no recuerdo mal justo entre la calle Preciados y la calle del Carmen
La quinta también es la Puerta del Sol, justo delante de la Mallorquina.
La sexta, para variar, es también de la Puerta del Sol, justo al inicio de la calle Preciados.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Un saludo.
Gracias Miguel, lo que no podía ubicar era la foto de la plazuela Celenque, tan céntrica y donosa como ninguna otra…si que jode. Ja, ja.
ResponderEliminarSaludos
Completamente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarLo de las octavillas me parece bien que lo quiten porque la gente es un poco de aquella manera y lo coge por coger y luego como tú muy bien dices sin esperar a la papelera te lo planta en mitad de la calle. Y así ahorraríamos un poquito más en papel = árboles. Que no estaría nada mal.
Y respecto a los hombres anuncio conincido como muchos de los aquí firmantes, de trabajo indigno nada de nada, por desgracia los hay mucho peores. Además Sol no sería lo mismo sin estos hombres anuncio jiji.
Muchísimas gracias por mostrarnos una vez más Madrid en todas sus facetas.
Saluditos.
me imagino que Gallardón pagará los sueldos de estos empleados despedidos. Vaya tipo!!!!
ResponderEliminarun abrazo.
La verdas y, esto puede que sea discordante con los demás comentarios que aún no los he leído, muy bonito no hacen estos hombre-anuncios. Es como todo, un hombre-anuncio puede resultar gracioso o, publicitariamente hablando que es de lo que se trata, puede resultar eficaz. pero la verdad es que si hubiera muchos, pues queda como cutre y, si proliferan, dificl de andar por esas calles donde se ponen que son peatonales.
ResponderEliminarEs verdad que la dignidad de cada uno acaba donde empieza el pan, claro. Lo que no debería de haber nadie que necesitara estar por ahi con un anuncio encima. Pq aunque tienen razón que la dignidad la pone uno mismo, no me digais que es digno esos que en otros paises llevan pasajeros tirando de un carrito? No se.
El caso es que el Ayt. de Madrid tiene un comportamiento errático en estas cuestios. Hace poco mandaron quitar los letreos luminosos de la zona centro, y aunque me consta que pocos le hicieron caso (algunos si, pq conozco un caso) ahora los permiten. Claro, será tal vez por los cartelones luminosos que ha puesto la TELEFONICA en su sede central?
En fin, bzos que me enrrollo.
en este caso, creo que el alcalde "lacagao".
ResponderEliminarUn saludo.
En mi opinión, hay otras muchas cosas más vejatorias que ser hombre-anuncio, si yo me quedase en paro, no me importaría pasearme por la ciudad con esos carteles, mejor que otras cosas, en cuanto a las octavillas, los que tendríamos que estar educados, desde niños, somos los ciudadanos, a veces las calles parecen verdaderos basureros, y no sólo de estas propagandas, en fin, nunca llueve a gusto de todos.
ResponderEliminarUn abrazo, Miguel.
yo también pienso que hay trabajos más indignos y que ellos deciden, es decir, que aunque cobren poquísimo, ahora no cobrarán nada. Además era típico de sol.
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