Luis Candelas nació en la calle del Calvario en el año 1804. En esta ocasión la mala senda no le viene a Luis por sus penurias económicas, sino por gusto: era hijo de un carpintero al que le iba lo suficientemente bien el negocio como para no tener estrecheces económicas. Ya a muy corta edad el padre comprobó que Luis no seguiría sus pasos en el oficio ya que éste no le agradaba, y además en los estudios tampoco mostraba el menor interés.
Sus preocupaciones principales consistían en pasar las horas muertas en la calle y en soñar en una vida llena de lujos y de mujeres hermosas. Debido a su buena planta él sabe que en el tema de las mujeres no va a haber ningún problema por lo que sólo le falta arreglar el otro asunto; y aunque es consciente de que lo puedo conseguir por medio del trabajo, decide utilizar otras vías para llegar hasta él.
Ejerce distintos oficios pero pronto comprende que su vida será mucho mejor y menos trabajosa si se junta con sus amigos de la infancia: Mariano Balseiro, Paco el Sastre, los hermanos Cusó ... especialistas en "tomar prestado" todo lo ajeno. En el "modus operandi" de Luis Candelas había un denominador común: trabajos limpios sin utilizar la violencia. Sus golpes se hacen cada vez más osados siendo sus víctimas personajes adinerados que no eran del agrado del pueblo.
ayer el palacio real,
mañana quizá las joyas
de alguna casa ducal"
mañana quizá las joyas
de alguna casa ducal"
A pesar de que es detenido en alguna ocasión pronto se las ingenia para escapar y volver a la ociosa vida del robo. Llegó un momento en el que su osadía le permitió codearse con lo más granado de la sociedad de la época viviendo bajo el falso nombre de Luis Álvarez Cobos, y haciendo creer que era un buscavidas que había conseguido amasar una gran fortuna en las Américas. A partir de entonces comenzó una doble vida: indiano respetado de día y ladrón de noche.
Sus días de gloria terminan el 18 de julio de 1837 cuando es apresado en Valladolid, juzgado y condenado a morir por garrote vil. El día de su ajusticiamiento la expectación en las calles fue tremenda ya que Luis, para la mayor parte de la población madrileña, era un héroe. Sus andanzas pasaron a la historia ya que los "romances de ciegos" que de él se hiceron fueron recitados durante muchos años por todos los pueblos del país. Era un 6 de noviembre de 1837 cuando fue ajusticiado en las cercanías de la Puerta de Toledo. En el patíbulo sus últimas palabras fueron: "Sé feliz, patria mía"
Ay madre qué brutos con el garrote vil.....Gracias por tus historias Miguel. Besos
ResponderEliminarLos hijos de los carpinteros tienen tendencia a ser famosos. Y también mueren a manos de instrumentos realizados con madera. Debe ser el destino.
ResponderEliminarTodo un mito, hace años pensaba que ni tan solo había existido. Felicidades por la evocación.
ResponderEliminarlástima que lo mataran...pero bueno. Me ha encantado la historia que desconocía.
ResponderEliminarEl amigo Candelas... una buena pieza.
ResponderEliminarExquisita la historia, como siempre.
Carpe Diem
Winnie0 lo del garrote lo hemos tenido hasta hace dos días, aunque creo que igual de brutos es usar el garrote que la horca o la guillotina.
ResponderEliminarEfectivamente, ironías del destino Stultifer.
Júlia pues existio y la verdad es que dio bastante guerra.
Didac se llegó a pedir el indulto para él ya que no tenía delitos de sangre, pero al final lo desestimaron.
Cosechadel66 era toda una pieza, no cabe duda. Hay por ahí un montón de información sobre sus mejores golpes, te puedo asegurar que eran ingeniosos a más no poder.
Por cierto para el que no conozca Madrid las dos primeras fotos son del mesón de Luis Candelas, junto a la Plaza Mayor, y la última es de la puerta de Toledo.
Saludos y gracias por vuestros comentarios
Siempre me encantan tus relatos que ilustran nuestro Madrid.
ResponderEliminarProbablemente conocerás el libro Madrid Oculto de Peter y Marco Besas.
Si no, te lo recomiendo expresamente, pues está lleno de anécdotas como las que nos cuentas...
Un abrazo.
PD
Bonito relato, Miguel. Este personaje es de lo más curioso, ¡era un ladrón!, pero cae simpático porque robaba a lor ricos, y por sus andanzas. Su biografía es muy interesante, gracias por rescatarlo :-)
ResponderEliminarEl futuro bloguero sí conozco el libro, de hecho le compré en su momento. Creo que hace poco han sacado la segunda parte pero ésa no la tengo. De todas formas, gracias por la recomendación.
ResponderEliminarMercedes tienes razón, lo que ha quedado de él, con el paso del tiempo, es una imagen de personaje entrañable. Seguro que sus víctimas no pensarían lo mismo, pero es lo que hay.
Saludos, y gracias por vuestros comentarios.
No sabía bien la historia, a pesar de pasar mil veces por las cuevas ;)
ResponderEliminarSaludetes!
Entonces no se andaban con chorradas, pena de muerte casi para todo, salvo que fueras muy rico, noble o rey.
ResponderEliminarAntes o después tenía que pasar, por muy bien que lo hiciera, terminarían pillándolo.
¡Un abrazo!
MIGUEL
Buena historia ¿verdad? y mejor contada, heroes populares, de los nuestros, olvidados. Un abarzo.
ResponderEliminarEfectivamente, la han sacado. (Marco es intimo amigo mío)
ResponderEliminarAhora, prepara otro libro con José Antonio Pastor, sobre muertes en Madrid... (Eduardo Dato, etc...)
Saludos
El futuro bloguero, desde luego no creo que tenga ninguna queja tu amigo con la editorial que distribuye su libro, ya que siempre está bien a la vista en su sección correspondiente.
ResponderEliminarPor cierto, si necesita cualquier tipo de ayuda para alguna colaboración que sepa que existo, jaja.
Saludos.