Se limpian los calamares, se cortan en aros y se les echa sal. Después se pasan por harina, huevo y de nuevo harina. Se echan en una sartén generosa en aceite bien caliente. Se fríen y para acabar, toma un buen trozo de pan y colócale dentro los calamares. Listos para comer.
Esta sencillísima receta es la que más tirón tiene estos días navideños en las inmediaciones de la Plaza Mayor. Y es que además de darte una vuelta por los puestos de la Plaza, otra de las tradiciones a seguir consiste en comerte allí un bocata de calamares.
El olor característico de esta fritura invade algunas de las calles aledañas a la Plaza. Así, por 2.30 euros podrás comerte un bocadillo rebosante de calamares en uno de los muchos bares de la zona, y si encima lo acompañas de una caña de cerveza tendrás la pareja perfecta.
Haciendo caso a la gente, de todas las edades, que se agolpa a sus puertas, los bares más recomendados para cumplir con la tradición son la Campana y la Ideal situados en la calle Botoneras (puerta con puerta), así como Casa Rúa situada en la calle Ciudad Rodrigo.
Los tres son locales más bien pequeños por lo que es posible que cuando pases por allí tengas que comerte el bocata de pie en la calle o sentado en los soportales de la Plaza. No importa si es así, incluso mejor tomarlo fuera. El único pero que se puede poner está en el pan, ya que muchas veces o bien se trata de pan de ayer o bien se ha dado unas buenas vacaciones en el congelador.
Ajena a la "cocina molecular" que nos ofrecen gurús de los fogones como Arzak o Adriá, esta comida rapida y barata hace su particular agosto estos días de frío decembrino. Desconozco quien tuvo la idea de poner los calamares dentro del pan, y ni tan siquiera sé el porqué de su éxito en estos días, pero es algo que sobrevive a todas las modas, y espero que continúe durante muchos años.
Esta sencillísima receta es la que más tirón tiene estos días navideños en las inmediaciones de la Plaza Mayor. Y es que además de darte una vuelta por los puestos de la Plaza, otra de las tradiciones a seguir consiste en comerte allí un bocata de calamares.
El olor característico de esta fritura invade algunas de las calles aledañas a la Plaza. Así, por 2.30 euros podrás comerte un bocadillo rebosante de calamares en uno de los muchos bares de la zona, y si encima lo acompañas de una caña de cerveza tendrás la pareja perfecta.
Haciendo caso a la gente, de todas las edades, que se agolpa a sus puertas, los bares más recomendados para cumplir con la tradición son la Campana y la Ideal situados en la calle Botoneras (puerta con puerta), así como Casa Rúa situada en la calle Ciudad Rodrigo.
Los tres son locales más bien pequeños por lo que es posible que cuando pases por allí tengas que comerte el bocata de pie en la calle o sentado en los soportales de la Plaza. No importa si es así, incluso mejor tomarlo fuera. El único pero que se puede poner está en el pan, ya que muchas veces o bien se trata de pan de ayer o bien se ha dado unas buenas vacaciones en el congelador.
Ajena a la "cocina molecular" que nos ofrecen gurús de los fogones como Arzak o Adriá, esta comida rapida y barata hace su particular agosto estos días de frío decembrino. Desconozco quien tuvo la idea de poner los calamares dentro del pan, y ni tan siquiera sé el porqué de su éxito en estos días, pero es algo que sobrevive a todas las modas, y espero que continúe durante muchos años.
Feliz Navidad !! Muy ricos los calamares !!
ResponderEliminarUn beso!!
Qué ricos estos sencillos bocadillos... pero que llevan el aliño de lo antiguo, de la celebración y lo festivo de un día de paseo por la Plaza Mayor y ese aliño, está rico rico.
ResponderEliminarTe deseo muy felices fiestas que acabes el año muy bien y lo empieces mucho mejor. Aunque últimamente no comento, sigo por aquí disfrutando de tus fotos y los interesantes textos que siempre me hacen descubrir algo nuevo.
GRACIAS
La verdad es que casi es una tradición comer "esos" calamares.
ResponderEliminarFeliz Navidad.
Están riquísimos. Primero un bocata y luego dos napolitanas de la Mallorquina.
ResponderEliminarDicen que se usa mezcla harina de garbanzos para la fritura y por eso tienen ese sabor tan especial...
Saludos, Ignacio
Pues yo no los he probado nunca. Espero tener oportunidad.
ResponderEliminarUn besote y Felices Fiestas!!
y bien ricos que estan, aunq por estas fechas prefiero no pasar cerca, que hay mucha gente..
ResponderEliminarel otro dia pase por la calle de la cabeza y la del sombrerete con un amigo al que le conte las leyendas, gracias a ti quede como conocedora de lugares insólitos de madrid jaja
gracias y felices fiestas
En todos y cada uno de ellos, este menda lerenda, se ha tomado antes o después un bocata calamares.
ResponderEliminar¡MARCHANDO UNA DE CALAMARES!
Un saludo.
Yo he probado esos calamares :)
ResponderEliminarPor cierto, estoy en Madrid de visita a la familia, y ayer, al ver a las loteras, me acordé de tu blog! xD
Un besito!
La de bocatas de calamares que me habré comido en El Brillante...
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola de nuevo. Nada, es que me acaban de enviar una presentación con fotos de Madrid de hace muuuchos años. Yo me las voy a quedar como idea para el blog para poner (intentar) alguna foto del antes y el ahora y he pensado que lo mismo te gustaría ver esas fotos antiguas que te vengan incluso bien para tu blog. No he visto mail de contacto. En mi perfil está mi mail, si quieres la presentación escríbeme y te la paso, si no nada, ja ja, claro!
ResponderEliminarsaludos!!!
...En una de esas tabernas me enrollé con el que luego fue mi marido...
ResponderEliminarFeliz Navidad, niño.
Un beso
Merece la pena comerse uno más caro en la zona que uno barato, no tiene ni pizca de comparación. La verdad es que pasas por alli y aunque no tengas ganas del olor te tienes q comer uno.
ResponderEliminarRecuerdo estos calamares con verdadero placer, no sé por qué ahora no los saboreo, pensé incluso que ya no se hacían, esto va por costumbres, o porque transito poco por esas zonas.
ResponderEliminarMe entraron ganas, hace ya mucho que cené, pero es tarde para salir ahora, otro día será.
Un beso, Miguel.
Llevo más de un año sin meterme uno de estos bocatas míticos de calamares entre pecho y espalda. Es una de mis tareas urgentes y pendientes, dedicarles una entradita en mi blog.. Jejeje, interesante la teoría de la harina de garbanzos que comentan más arriba. Lo dicho, si el frío da una pequeña tregua o encuentro mesita dentro, no tardaré en ponerme manos a la obra.
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