Situada a pocos pasos de la Plaza Mayor y la Puerta del Sol se encuentra esta plaza, una de las más concurridas del centro de Madrid. Su origen es la antigua Plaza de la Aduana Vieja, que unida a las obras de ensanche realizadas al final de la calle Carretas, y la demolición de una manzana entera de edificios finalizada la guerra civil le dio a la plaza su aspecto actual.
En ella destacan la Casa de los Cinco Gremios (primera sede del Banco de España), el teatro Calderón (hoy horriblemente llamado Häagen Dazs), la estatua en homenaje a los barrenderos de Madrid y la cruz recordando a los peregrinos que realizan el camino de Santiago junto al Centro Gallego. Sin embargo todo esto queda para futuras entradas porque hoy me interesa mostrar la vida de esta plaza, ya que se trata de un lugar de encuentro para todo tipo de gente.
Aquí se juntan gente de paso, ciudadanos ociosos sin nada mejor que hacer que dejar pasar el tiempo allí sentados, indigentes con ganas de echar una cabezada, emigrantes latinos provistos de sus correspondientes latas de cerveza, prostitutas bien entradas en años (algunas hace tiempo que cumplieron los cincuenta), decrépitos clientes deseosos de ver "limpios" sus bajos instintos por estas trabajadoras y todo tipo de personajes que te puedas imaginar.
Siempre que pasó por allí me acuerdo de la letra de una canción de Serrat "La aristocracia del barrio" que aunque no está inspirada en este lugar, creo que refleja de una forma bastante fiel el espíritu de vida que aquí se palpa.
Entre el bar y la bolera
rondan por la acera
rondan por la acera
salpicando betún y brillantina.
En el índice una alhaja.
El pelo a navaja.
Controlando al barrio desde una esquina.
Óyeles silbar...
Parecen estar
esperándote vecino
para jugar
un mano a mano a los chinos.
Son la aristocracia del barrio.
Lo mejor de cada casa
tomando el sol en la plaza.
Tienen a su madre anciana,
virgen a la hermana
y en las Ramblas a una que es del asunto.
Un padre que murió un día
y la filosofía
del tapete, el compañero y el punto.
Míralo jugar...
Sin pestañear...
Nació chulo y sin remedio.
Pide con seis
y se planta en dos y medio.
Son la aristocracia del barrio.
Tahúres, supersticiosos,
charlatanes y orgullosos.
Trafican en transistores,
en encendedores,
en cosméticos y en bisutería
hasta que el cante de un socio
les cierre el negocio
como poco por seis meses y un día.
Igual que se van
reaparecerán
hechos un figurín, pero
con el color y el perfume del talego.
Son la aristocracia del barrio.
Tránsfugas independientes
mejorando a los presentes.
Si les sigue usted los pasos
verá más de un caso
que en la puerta de un Juzgado de Guardia,
por la hembra y el retaco
deja hasta el tabaco
y hurga en las demandas de La Vanguardia.
Envejecerán
horneando pan.
Cada quien muere a su modo.
Qué se va a hacer.
Ha de haber gente pa' todo.
Y la aristocracia del barrio
sentimentales y buenos
en el bar, le echan de menos.
En el índice una alhaja.
El pelo a navaja.
Controlando al barrio desde una esquina.
Óyeles silbar...
Parecen estar
esperándote vecino
para jugar
un mano a mano a los chinos.
Son la aristocracia del barrio.
Lo mejor de cada casa
tomando el sol en la plaza.
Tienen a su madre anciana,
virgen a la hermana
y en las Ramblas a una que es del asunto.
Un padre que murió un día
y la filosofía
del tapete, el compañero y el punto.
Míralo jugar...
Sin pestañear...
Nació chulo y sin remedio.
Pide con seis
y se planta en dos y medio.
Son la aristocracia del barrio.
Tahúres, supersticiosos,
charlatanes y orgullosos.
Trafican en transistores,
en encendedores,
en cosméticos y en bisutería
hasta que el cante de un socio
les cierre el negocio
como poco por seis meses y un día.
Igual que se van
reaparecerán
hechos un figurín, pero
con el color y el perfume del talego.
Son la aristocracia del barrio.
Tránsfugas independientes
mejorando a los presentes.
Si les sigue usted los pasos
verá más de un caso
que en la puerta de un Juzgado de Guardia,
por la hembra y el retaco
deja hasta el tabaco
y hurga en las demandas de La Vanguardia.
Envejecerán
horneando pan.
Cada quien muere a su modo.
Qué se va a hacer.
Ha de haber gente pa' todo.
Y la aristocracia del barrio
sentimentales y buenos
en el bar, le echan de menos.
Vaya. colocan un monumento al barrendero y dejan toda la porquería sin recoger. Será una performance.
ResponderEliminarCarai!!!
ResponderEliminarMis amigas y yo le tenemos un cariño especial a este barrendero. Una de las primeras veces que visitamos la ciudad nos alejamos en el hotel Cortezo muy cerquita de esta estatua, y cada noche cuando nos íbamos a dormir le contávamos al monumento que tal lo habíamos pasado... de más está decir que íbamos pasaditas de copas.
Me encanta Madridddddddddddddddddddd
Petonets
Veïna
Hola Miguel,
ResponderEliminartengo una foto al lado del barrendero hace menos de un mes en que estuve de paseo por Madrid. Me llamó la atención a pesar que había mucha gente y movimiento en ese momento del medio día.
Descubrir tu blog me está haciendo recorrer mentalmente los lugares por donde estuve...y el frío por el que pasan brrrrrr nunca experimente 3 grados :)
Saludos
El Barrio de las letras siempre me ha parecido tan atrayente...
ResponderEliminarBesicos
No sabia que a la gente le gusta pasar su tiempo ahi, yo soy más de la plaza de santa ana
ResponderEliminarbessetes
Cuando llego alli desde huertas, siempre pienso: "Vale, es hora de dar la vuelta", porque si sigo para alante la noche puede acabar muy mal...:P
ResponderEliminar(mañana tienes gala?!?)
No, no iré a la gala AccentLess. Tengo un horario de trabajo criminal.
ResponderEliminarNos vemos
Qué buena entrada. Lo has reflejado perfectamente. Y la canción también lo refleja muy bien.
ResponderEliminarPaso por allí muchas veces, y sí, la verdad que hay una "fauna" (con perdón) variada.
Bsos!
Adoro a ese barrendero...
ResponderEliminar(El teatro con nombre de helado...tienes razón...un horror...)
Un abrazo, Miguel
Un placer seguir conociendo esos rincones......
ResponderEliminarsaludos!!!
Cerca de allí, más cerca de la Puerta del Sol, hay otra plaza, pequeñita, que no hay mucha gente, donde me gusta ir en otoño a sentarme con un libro mientras me da el solcito en la cara...
ResponderEliminarLa Plaza de J. Benavente solo la recuerdo por los cines en V.O. que hay allí, todo un milagro tener eso en España.
Me gustaría ver alguna foto de la plaza en los años 50
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