El pasado 15 de mayo se ha celebrado en Madrid la festividad en honor a San Isidro Labrador, un santo que, paradójicamente, a pesar de ser el patrón de todos los madrileños no tiene erigido en la capital ningún monumento importante que le recuerde. Las Fiestas van del 14 al 18 , y comienzan con el Pregón, al que le siguen durante esos días actuaciones musicales y culturales. De todos los actos quizás el más castizo de todos es la romería que se celebra en torno a la ermita situada en la Pradera de San Isidro junto al río Manzanares.
Allí los más castizos y castizas, con sus trajes de chulapos o sus vestidos goyescos, cumplen con sus "obligaciones": beber de la fuente de donde brota el agua milagrosa, solicitar las correspondientes peticiones al santo, asistir a la misa que oficia el cardenal de Madrid, comerse unas rosquillas "listas" (recubiertas de azúcar) o "tontas" (sin azúcar), y bailar un chotis. Otros nos conformamos con pasear por la zona, y cumplir sólo con algunas de estas tradiciones.
En la pradera se disponen infinidad de puestos en los que se pueden degustar berenjenas churros, gallinejas y entresijos, rosquillas o si lo prefieres paella, pollo asado o cualquier plato típico. Otros ya se llevan la comida ya preparada de casa y así poder disfrutar en la hierba de una tortilla de patata, unos filetes empanados o unos pimientos fritos.
Estas romerías se remontan a 1575, y fueron recogidas por Goya en su obra "La pradera de San Isidro" (1788) donde muestra una vista de Madrid desde la ermita el día de la romería. Desde antes de 1622, fecha en la que el labrador Isidro ascendió a la categoría de Santo, se le veneraba acercándose la Pradera junto al río Manzanares.
San Isidro nació en Madrid en 1082 y murió en 1172. La tradición cuenta que mientras el santo oraba, dos ángeles manejaban el arado labrándole la tierra. En una ocasión, cuando construía un pozo, su hijo cayó a él pero, por su intercesión se elevó el nivel del agua y quedó el niño flotando. También se dice que hizo brotar milagrosamente una fuente al golpear el suelo mientras araba. Sobre ese lugar, se levantó una ermita dedicada al santo en 1528 por mandato de la emperatriz doña Isabel, después de que el príncipe don Felipe hubiera recobrado la salud al beber agua de la fuente.
La iglesia que hoy existe fue reedificada en 1725 sobre las ruinas de la anterior ermita. Detrás de ella se asentó en 1811 el Cementerio Sacramental de San Isidro, y fue en las tapias de este lugar donde se produjeron numerosos fusilamientos durante la guerra Civil lo que provocó que durante años postreros esta celebración se realizara en la Casa de Campo.
Allí los más castizos y castizas, con sus trajes de chulapos o sus vestidos goyescos, cumplen con sus "obligaciones": beber de la fuente de donde brota el agua milagrosa, solicitar las correspondientes peticiones al santo, asistir a la misa que oficia el cardenal de Madrid, comerse unas rosquillas "listas" (recubiertas de azúcar) o "tontas" (sin azúcar), y bailar un chotis. Otros nos conformamos con pasear por la zona, y cumplir sólo con algunas de estas tradiciones.
En la pradera se disponen infinidad de puestos en los que se pueden degustar berenjenas churros, gallinejas y entresijos, rosquillas o si lo prefieres paella, pollo asado o cualquier plato típico. Otros ya se llevan la comida ya preparada de casa y así poder disfrutar en la hierba de una tortilla de patata, unos filetes empanados o unos pimientos fritos.
Estas romerías se remontan a 1575, y fueron recogidas por Goya en su obra "La pradera de San Isidro" (1788) donde muestra una vista de Madrid desde la ermita el día de la romería. Desde antes de 1622, fecha en la que el labrador Isidro ascendió a la categoría de Santo, se le veneraba acercándose la Pradera junto al río Manzanares.
San Isidro nació en Madrid en 1082 y murió en 1172. La tradición cuenta que mientras el santo oraba, dos ángeles manejaban el arado labrándole la tierra. En una ocasión, cuando construía un pozo, su hijo cayó a él pero, por su intercesión se elevó el nivel del agua y quedó el niño flotando. También se dice que hizo brotar milagrosamente una fuente al golpear el suelo mientras araba. Sobre ese lugar, se levantó una ermita dedicada al santo en 1528 por mandato de la emperatriz doña Isabel, después de que el príncipe don Felipe hubiera recobrado la salud al beber agua de la fuente.
La iglesia que hoy existe fue reedificada en 1725 sobre las ruinas de la anterior ermita. Detrás de ella se asentó en 1811 el Cementerio Sacramental de San Isidro, y fue en las tapias de este lugar donde se produjeron numerosos fusilamientos durante la guerra Civil lo que provocó que durante años postreros esta celebración se realizara en la Casa de Campo.
Si señor! los chulapones vestidos de pichi o de goyescos sin mas :)
ResponderEliminarBesicos
Bellezas por doquier, un cronista sin par y una serie de fotos antológicas.
ResponderEliminarFeliz San Isidro.
San Isidro no tiene monumento en Madrid, un dato a recordar! Muy buenas fotos!
ResponderEliminarMe quedo con la foto de los culos: es total.
ResponderEliminarPor cierto: a San Isidro también se le considera (extraoficialmente) el patrón de los vagos, porque mientras él rezaba los ángeles le hacían su trabajo.
Conozco estas fiestas, como para no, que ultimamente me duermo con los ruidos de la feria de fondo.
ResponderEliminarbessos
Extrañé esta entrada el pasado jueves, 15 de mayo. Pero finalmente llegó. Esperaba saber algo más sobre esta fiesta madrileña tan popular.
ResponderEliminarGracias.
San Isidro labrador...muerto lo llevan en un serón...
ResponderEliminarY su mujer que si no me equivoco era Santa-Maria de la Cabeza, tiene en Madrid una extensa calle, en la que por cierto he vivido muchos años, mis hijas van a un cole muy cerca de esa calle, y además se han vestido de chulapas.
En fin, pero ya no es como antes se pierden tradiciones.
Muy bien, como siempre tu post.
Bss.
Más datos sobre las rosquillas:
ResponderEliminarLas rosquillas de San Isidro pueden ser tontas o listas, también las hay llamadas francesas y de Santa Clara. Todas están hechas sobre la misma base. Vamos a explicar las diferencias: Las tontas no llevan nada, ningún baño. Las listas llevan una capa de azúcar fondant que puede ser de varios colores. Las francesas van recubiertas con almendras machacadas. Las de Santa Clara van cubiertas de merengue endurecido, para mi las más ricas.
Gracias por tu comentario en mi blog, un abrazo,
Miguel, juraría que en el Puente de Toledo he visto una estatua de San Isidro, y enfrente una de su mujer, Santa María de la Cabeza. Te podrías dar una vueltecilla por allí para complementar el post ;-).
ResponderEliminarAparte de ésto, a mí me gusta mucho Sabina también. ¿Sabías que la canción que has colgado en tu blog tuvo después otro final?:
"Cuando la muerte venga a visitarme, no me despiertes, déjame dormir. Aquí he vivido, aquí quiero quedarme, pongamos que hablo de Madrid".
Yo despotricaba de Madrid, tan saturado últimamente, tan deshumanizado. Pero leyendo tu blog estoy recuperando un poco la ilusión en mi ciudad porque lo presentas tan bonito...
Besos!
Tienes razón Mamen en lo del Puente de Toledo, se me pasó.
ResponderEliminarCon esto tengo para otra entrada en la que aparezca este Puente con todo lo que lo rodea.
Lo del final de la canción de Sabina sí lo sabía. Puse esta letra por ser la primera que se compuso.
Gracias por todo.
Aunque este año no he estado en los madriles en San Isidro, y hace años que no vamos a la Pradera, no dejo de aplaudir esos bocadillos de gallinejas y entresijos (pelín grasientos, pero güeno)...jejeje...
ResponderEliminarFelices Fiestas con retraso.
Besos.
¡¡Qué bonitos son los trajes!! ¿¿Tú te vestiste de chulapo?? Me ha encantado lo de las rosquillas tontas xDDDD Besisss
ResponderEliminarEste año estuve en la pradera por primera vez en mi vida. Y también, por primera vez en mi vida, deje mis remilgos de lado para probar los entresijos y las gallinejas.
ResponderEliminarSiguen provocándome cierto rechazo, aunque debo admitirque estaban buenos.
¿Es mi impresión o cada año veo a menos chulapos?
El caso es que he disfrutado como una enana. ¡Hasta jugué en la tómbola y me tocó una vaca de peluche! jajaja como una niña pequeña, vaya.
Que buena entrada. Hay que ver cómo te lo curras.
Ha que fotos las lindas y como se me han antojado las donas...mmmm..
ResponderEliminarQue bueno que andas por todos lados y nos acercas a festividades tan lindas.
Un abrazo
La Reggis
Qué ambientazo, qué colorido, una pena habérmelo perdido un año más. Para ser sincera, creo que sólo he ido (me han llevado) de pequeña, ¡qué vergüenza!, una madrileña y no haber ido durante tantiiiiísimos años.
ResponderEliminarIntentaré ir el próximo año a cumplir algunas de las "obligaciones", como bailar un chotis y comer unos churritos y esas rosquillas que tienen una pinta buenísima.
Qué morro San Isidro, los ángeles le hacían el trabajo.
Muy bonitas fotos, como siempre.
Besos.
Me encantaron las fotos, espero que se mantengan estas tradiciones, que no se pierdan en el futuro incierto.
ResponderEliminarUn abrazo
Si, yo al igual que mamen, creo que en el Puente de Toledo hay una estatua de San Isidro y otra de Santa Maria de la Cabeza.Bonita entrada. La cantidad de gallinejas y entresijos que me he tomado yo por la zona, al principio de General Ricardos, en la plazoleta.
ResponderEliminarPasaba por aqui.
Qué guapos de chulapos :D
ResponderEliminarYo soy de un pueblo de badajoz. Y tambien es muy tradicional festejar san Isidro. Disfrutan a lo grande. Aunque supongo que no se puede comparar.
ResponderEliminarUn beso
Ojalá se recuperase el vestirse de chulapo! Además no hace falta ser madrileño para sentirse chulapo. Yo me visto todos los años y soy de Barcelona! ¿Pr qué en Sevilla locales y visitantes visten el traje regional y en otras ciudades, no? Animaros a llenar la pradera de chulapos y chulapas!
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