sábado, 23 de julio de 2011

El hijo de la lavandera

Dos fotos para comprobar cómo cambia la vida, por suerte en la mayoría de los casos para bien. Acompañan a estas dos fotos del río Manzanares un microrrelato de Ana María Matute.


El hijo de la lavandera
"Al hijo de la lavandera le tiraban piedras los niños del administrador porque iba siempre cargado con un balde lleno de ropa, detrás de la gorda que era su madre, camino de los lavaderos. los niños del administrador silbaba cuando pasaba, y se reían mucho viendo sus piernas, que parecían dos estaquitas secas, de esas que se parten con el calor, dando un chasquido. Al niño de la lavandera daban ganas de abrirle la cabeza pelada, como un melón-cepillo, a pedradas; la cabeza alargada y gris, con costurones, la cabeza idiota, que daba tanta rabia. Al niño de la lavandera un día le bañó su madre en el barreño, y le puso jabón en la cabeza rapada, cabeza-sandía, cabeza-pedrusco, cabeza-cabezón-cabezota, que había que partírsela de una vez. y la gorda le dio un beso en la monda lironda cabezorra, y allí donde el beso, a pedrada limpia le sacaron sangre los hijos del administrador, esperándole escondidos, detrás de las zarzamoras florecidas."

4 comentarios:

  1. Me voy a dar mi paseo por Madrid Río! bss

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  2. Las fotografies antigues nos cuentan mucho más que las palabras, en todo caso, las complementan. No sabemos la suerte que tenemos de vivir aquí y ahora. Las mujeres, más.

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  3. En este caso los cambios es cierto son para mejor, afortunadamente.
    Me encanta La Matute.

    Besitos

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  4. Winnie0 espero que lo hayas disfrutado.

    Júlia desde luego eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor habría que dejarlo aparcado.

    Elysa afortunadamente es así. A mí me acaban de regalar un libro de ella con una recopilación de cuentos y microrrelatos.

    Saludos para las tres.

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