Está en la Plaza de San Ildefonso desde que en 1996 Rafael González le diera allí plantón. Las malas lenguas aseguran que es un bicho raro. ¿Por qué? No le gustan las terracitas en las que la gente se sienta más para ver los modelitos del que por allí pasa, que para tomarse una cerveza charlando con el que tiene a su lado.
Tampoco le gusta eso de tomar un cubata tras otro de garito en garito, ni eso de escuchar más al tipo que berrea por los altavoces que al colega que va con ella. Ni tan siquiera le gusta hacer botellón. Está ya demasiado crecidita para pegarse una sentada y tragar, y tragar, ese calimocho de los chinos hasta que el cuerpo diga basta.
Con una mochila a la espalda y sus carpeta siempre bajo el brazo, este "bicho raro" prefiere dedicar parte de su tiempo libre a otras cosas. Está claro que también disfruta tomándose unos vinos con los amigos, pero cree que hay tiempo para todo. Quizás por eso sea siempre el objetivo. Quizás por eso semana sí y semana también aparecen pintarrajeados su pelo, su jersey o toda ella. Es lo que tiene ser diferente.
Está en la Plaza de San Ildefonso desde que en 1996 Rafael González le diera allí plantón. Las malas lenguas aseguran que es un bicho raro. ¿Por qué? No le gustan las terracitas en las que la gente se sienta más para ver los modelitos del que por allí pasa, que para tomarse una cerveza charlando con el que tiene a su lado.
Tampoco le gusta eso de tomar un cubata tras otro de garito en garito, ni eso de escuchar más al tipo que berrea por los altavoces que al colega que va con ella. Ni tan siquiera le gusta hacer botellón. Está ya demasiado crecidita para pegarse una sentada y tragar, y tragar, ese calimocho de los chinos hasta que el cuerpo diga basta.
Con una mochila a la espalda y sus carpeta siempre bajo el brazo, este "bicho raro" prefiere dedicar parte de su tiempo libre a otras cosas. Está claro que también disfruta tomándose unos vinos con los amigos, pero cree que hay tiempo para todo. Quizás por eso sea siempre el objetivo. Quizás por eso semana sí y semana también aparecen pintarrajeados su pelo, su jersey o toda ella. Es lo que tiene ser diferente.
Es una pena que la grafiteen así.
ResponderEliminarNunca he podido entender que impulsa a pintar las cosas... destrozar por destrozar. Quizas porque no son capaces de crear.
ResponderEliminarCarpe Diem
es que en madrid somos unos gilipollas, y los que las pintan en nombre de la libertad a poder pintar más
ResponderEliminarHola!!!!!!!!
ResponderEliminarEs una pena que personas hagan esto, ni te imaginas aquí en Argentina cuantos hay de esas malas personas.
Que el 2010 sea tu mejor año, todo depende de vos, poniéndote metas claras y haciendo todo para cumplirlas…..
Un abrazo de oso.
Si puedes lee hoy mi carta de reyes que...hay un "cariño" para ti. Besos
ResponderEliminarFeliz año nuevo Miguel, ojalá sea mejor que el pasado, si se puede, y ojalá no destrocen los grafiteros el arte de nuestro Madrid.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Ala. Otro obstáculo más en la calle para los minusválidos...
ResponderEliminarPintaran así en su casa, en la pantalla de tu ordenador, en los mandos de la video consola......
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