Con esta entrada comienzo una nueva sección en la que iré publicando algunos artículos de prensa que por un motivo u otro me han gustado, casi todos relacionados con Madrid. Comienzo con una excepción y es "Estar de vuelta" de la escritora colombiana Angela Becerra. El artículo fue publicado en el periódico gratuito ADN el pasado 28 de octubre y el motivo de traerlo hasta aquí es intentar animar a todos aquellos que con la llegada del nuevo año comiencen a "comerse la cabeza" pensando que ya les queda menos para llegar al final de su camino.
Hacía días me rondaba por la cabeza algo que ayer finalmente supe ver.
Iba caminando por la calle y observaba la gran pasarela de la vida por la que desfilaba un grupo heterogéneo de personas. Niños, jóvenes y adultos parecían dirigirse a algún lugar. Como si una voz acabara de gritarles la palabra ACCIÓN, todos cumplían a la perfección el rutinario papel que les había tocado interpretar esa mañana. Todos, salvo una mujer que desentonaba de la escena. Caminaba despacio, mientras los demás casi corrían. Parecía ensimismada en algo que sólo ella veía. Sonreía a pesar de que nada alrededor fuera en absoluto gracioso. Por delante se le cruzó un hombre, y otro, y otro. Dos parejas, y cuatro chicos de patinete que casi la atropellan. Nadie la vio. Entonces caí en la cuenta. Calculé su edad. ¿Cincuenta y cinco? ¿Sesenta?
Hay una edad en la que sin dejar de ir se está de vuelta. Una edad en la que yendo, las ves venir. Una edad en la que dejas de ser visible para muchos y entras en esa invisibilidad en donde ya no tragas sino que saboreas; en la que no jadeas sino que respiras. En la que desde ese nivel, alcanzado a punta de experiencias, puedes otear todo el paisaje en el que ni el negro es tan negro, ni el blanco tan blanco, y en los grises de la vida encuentras el caviar de la convivencia.
Si tienes cincuenta o estás a punto de cumplirlos, bienvenida, bienvenido a la vida: estás de vuelta.
Iba caminando por la calle y observaba la gran pasarela de la vida por la que desfilaba un grupo heterogéneo de personas. Niños, jóvenes y adultos parecían dirigirse a algún lugar. Como si una voz acabara de gritarles la palabra ACCIÓN, todos cumplían a la perfección el rutinario papel que les había tocado interpretar esa mañana. Todos, salvo una mujer que desentonaba de la escena. Caminaba despacio, mientras los demás casi corrían. Parecía ensimismada en algo que sólo ella veía. Sonreía a pesar de que nada alrededor fuera en absoluto gracioso. Por delante se le cruzó un hombre, y otro, y otro. Dos parejas, y cuatro chicos de patinete que casi la atropellan. Nadie la vio. Entonces caí en la cuenta. Calculé su edad. ¿Cincuenta y cinco? ¿Sesenta?
Hay una edad en la que sin dejar de ir se está de vuelta. Una edad en la que yendo, las ves venir. Una edad en la que dejas de ser visible para muchos y entras en esa invisibilidad en donde ya no tragas sino que saboreas; en la que no jadeas sino que respiras. En la que desde ese nivel, alcanzado a punta de experiencias, puedes otear todo el paisaje en el que ni el negro es tan negro, ni el blanco tan blanco, y en los grises de la vida encuentras el caviar de la convivencia.
Si tienes cincuenta o estás a punto de cumplirlos, bienvenida, bienvenido a la vida: estás de vuelta.
Qué excelente columna....Que real como la vida misma...aunque no discuto que para muchos empieza todo a los 50. Me va a encantar esta nueva sección Miguel.
ResponderEliminarBesos
¡¡FELIZ AÑO NUEVO Miguel!!
ResponderEliminarGracias por compartirlo, el relato es excelente.
Yo conozco lo que tan bien escrito está, no por mi, pero sí por mis padres.
Y bueno, larga vida a esta nueva sección, que como todo sea así, le auguro un gran éxito.
¡Un abrazo!
MIGUEL
genial ¿por qué no podremos estar un poco todos de vuelta? la verdad es que deberíamos saborear más, disfrutar más ¿verdad?
ResponderEliminarQue buena columna
Me empieza a pasar y realmente es así...
ResponderEliminarMuy buen comienzo de sección. Será tan buena como las que nos tienes acostumbrados. Enhorabuena Miguel
Excelente idea, y excelente comienzo...
ResponderEliminarCarpe Diem
me encantan los periodistas que ven lo que otros no ven, como haces tú con tus fotografías, Miguel.
ResponderEliminarRe-tomo...
ResponderEliminarEn Madrid se envejece estupendamente.. Me acerqué a este tema, hace poco.
ResponderEliminarEn este post.
Gracias por compartir este relato, abrumador bajo ciertos aspectos.
Me alegra el que os haya gustado el relato. Seguiré buscando.
ResponderEliminarSaludos