El organillo es un instrumento musical inventado por los ingleses hace doscientos años. Para poder tocarlos tampoco debes ser un genio de la música, ya que sólo se necesita girar una manivela que activa un mecanismo para que las cuerdas de piano que hay en su interior comiencen a sonar.
Debido a su facilidad de manejo, en su momento fue muy popular, siendo el instrumento estrella de las verbenas de Madrid. Hoy ha quedado en el olvido, aunque en el número 7 de la Carrera de San Francisco aún se pueden disfrutar de varias de esas piezas únicas, construidas algunas hace más de un siglo.
Hoy es complicado disfrutar de sus inconfundibles melodías por las calles de Madrid, ya que apenas quedan organilleros dándole vueltas a la manivela, a no ser que sea por las castizas Fiestas de San Isidro o las de la la Paloma. De vez en cuando puedes disfrutar de su compañia los domingos en el Rastro, o los fines de semana por Preciados. En ambos casos es una organillera la que nos obsequia con sus chotis y pasodobles.
Sólo le pondría un pero a esta situación, y es que la mujer tiene ya sus años, y siempre que la veo me da por pensar que si está en la calle con su organillo será porque seguramente le hará falta para poder seguir adelante. Espero que esto no sea así, y simplemente salgapara hacernos disfrutar con su música, y hacernos recordar otros tiempos.
Debido a su facilidad de manejo, en su momento fue muy popular, siendo el instrumento estrella de las verbenas de Madrid. Hoy ha quedado en el olvido, aunque en el número 7 de la Carrera de San Francisco aún se pueden disfrutar de varias de esas piezas únicas, construidas algunas hace más de un siglo.
Hoy es complicado disfrutar de sus inconfundibles melodías por las calles de Madrid, ya que apenas quedan organilleros dándole vueltas a la manivela, a no ser que sea por las castizas Fiestas de San Isidro o las de la la Paloma. De vez en cuando puedes disfrutar de su compañia los domingos en el Rastro, o los fines de semana por Preciados. En ambos casos es una organillera la que nos obsequia con sus chotis y pasodobles.
Sólo le pondría un pero a esta situación, y es que la mujer tiene ya sus años, y siempre que la veo me da por pensar que si está en la calle con su organillo será porque seguramente le hará falta para poder seguir adelante. Espero que esto no sea así, y simplemente salgapara hacernos disfrutar con su música, y hacernos recordar otros tiempos.
No pensé que quedara algún organillo por las calles de Madrid. Como bien dices, pensé que sólo hacían su aparición en las fiestas más chulapas de la capital.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué tierna la imagen de esta señora :) Disfrutadlo porque creo que esta estampa sólo se puede ver por Madrid. Preciosa entrada, Miguel. Besisss
ResponderEliminarComo bien decís es algo que ya se está perdiendo.
ResponderEliminarDe hecho, a no ser que te pases por el Rastro es complicado que puedas encontrarte a estas personas por la calle. Cuando llegan las fiestas ya es otra historia.
Esperemos que haya gente que consiga seguir con la tradición ya que es una de las cosas má típicas del Madrid de antes.
Es todo una estampa de otros tiempos, una foto muy evocadora. Me pasa como a ti, disfruto con la imagen pero no dejo de pensar que esa señora puede que esté ahí porque lo necesite para sobrevivir.
ResponderEliminarMuy bueno tu blog, un gran trabajo.
He llegado a tu blog por un comentario que dejaste en otro en el que decías que entraste por casualidad (El Portal de La Gatita). Me alegro mucho de que lo hicieras porque así he descubierto el tuyo. ¡Enhorabuena, un gran blog!
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta, me gusta! :)
ResponderEliminar"tampoco debes ser un genio de la música, ya que sólo se necesita girar una manivela"
Jajaj, qué cachondo!!! :)
Me gusta, me gusta! :)
ResponderEliminar"tampoco debes ser un genio de la música, ya que sólo se necesita girar una manivela"
Jajaj, qué cachondo!!! :)
Ops***
ResponderEliminarMe han resultado muy entrañables los dos “paseos” que has compartido, con nosotros, titulados:
ResponderEliminarAdiós a las castañas
La organillera
Tus “fotos” se han teñido con la nostalgia de otro tiempo tan cercano y distante a la vez…tan “familiar”, tan “de siempre”.
Un abrazo.
Me recuerda tu post a los tiempos de mi infancia cuando tocaba el órgano...
ResponderEliminar=)
saludos
Veremos, sin duda, el retorno del organillo por las calles y plazuelas de nuestra ciudad. La dolce vita que nos regalamos hoy en día promete, según los expertos, no ser más que una burbuja efímera y muy frágil.
ResponderEliminarSe acaba el petróleo...y ya.
Vaticino, por lo tanto, su retorno alegre y melodioso no solo en Madrid, sino en todas partes.
Esperemos que sea para bien.
un auténtico icono de Madrid. No sé si dentro de unos años seguirán existiendo organilleras. Este mundo moderno va acabando con muchas tradiciones. Un abrazo.
ResponderEliminarEra muy agradable ver y oír a los organilleros, ahora, es una lástima, casi no se ven, y es una penita también la señora, he ampliado la foto y no parece ser, a juzgar por la expresión, que lo haga por amor al arte. Muy bonito el cuadro de azulejos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por tu comentario en mi blog:)
ResponderEliminarEstupendas fotos de Madrid, yo soy madrileña aunque no vivo en Madrid capital, pero reconozco que me encanta perderme en sus calles.
Un saludo!
Magnífico este post, el organillo mueve la sensibilidad de los adultos y alborota a los niños.
ResponderEliminarEsta organillera es famosa mundialmente, en Argentina hicieron un sitio en su homenaje
https://www.organillera.com.ar
Excelente tu blog.
me gustaria ponerme en contacto con algo que me de razon de los antiguos organilleros,puesto que mi abuelo se dedicaba a esto. Gracias
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