Situada en el número 1 de la Plaza del Rey, esta casa, construida entre 1574 y 1577, se distingue por sus siete chimeneas que servían de tiro y respiradero a las distintas estancias. Según las malas lenguas el número de chimeneas tenía que ver con los siete pecados capitales, y quizás al menos uno de ellos, la lujuria tiene que ver mucho en la leyenda negra de esta casa.
En el 1590 un caballero al servicio de Felipe II, la entrega como regalo de bodas a su hija, camarera al servicio del rey. Según las habladurías además el Rey recibía de la joven otro tipo de "servicios". El matrimonio se celebra con un capitán del ejército que por caprichos del destino, a los pocos días de la boda es destinado a Flandes, muriendo en la batalla de San Quintín.
Durante meses la joven se quedó penando la pérdida, hasta que una mañana apareció muerta en su habitación. Los motivos de la muerte nunca se aclararon, ya que misteriosamente el cadáver desapareció. Unos acusaban al mismo Rey, otros hablaban de relaciones incestuosas con el padre. Sea como fuere, el padre apareció a los pocos días colgado de una viga de la casa.
A partir de entonces, tras el toque de ánimas, los vecinos observaban cómo una mujer vestida de blanco con los cabellos al viento caminaba por el tejado de la casa. Con una antorcha en la mano recorría todo el alero en dirección al Alcázar (antiguo Palacio Real), y finalmente tras ponerse de rodillas se golpeaba en el pecho y desaparecía.
Pasados los años, un viejo hacendado de las Indias compró la casa para vivir junto a su futura esposa. En un matrimonio de conveniencia, se casó con una joven, que supuestamente también le hacía "trabajos" a Felipe II. La relación duró poco ya que la misma noche de bodas la joven se suicidó en el sótano. El marido la encontró con un puñal clavado en el pecho y las arras de la ceremonia, regalo del Rey, esparcidas por el suelo. Desde entonces se dice que su fantasma se pasea por el sótano de la casa, haciendo sonar las 13 monedas que el Rey le regaló.
En 1766 la casa fue residencia del marqués de Esquilache, Ministro de Hacienda de Carlos III. Durante el motín provocado por la prohibición del marqués de llevar capas y sombreros, la gente acudió a su casa a quejarse. Al no encontrarse allí el ministro, prendieron fuego a cuantos objetos de valor encontraron.
En 1840 el edificio tuvo que reformarse al construirse el Circo Olímpico (luego Price) en sus inmediaciones. Más tarde, en 1881, el conde de Eleta compró la casa como sede del Banco de Castilla, y al realizarse las obras de acondicionamiento encontraron emparedado en un muro el esqueleto de una mujer que llevaba una bolsa con monedas de la época de Felipe II. Hace poco, en 1960 tras otra reforma, se halló el esqueleto de un hombre emparedado entre los ladrillos de un muro.
Esta es la historia, de esta casa, declarada Monumento Histórico-Artístico en 1948, y Bien de Interés Cultural en 1995. Actualmente es sede del Centro de Información y Atención al Ciudadano del Ministerio de Cultura, y no se han vuelto a tener noticias de más emparedados. Por si acaso, yo recomiendo que las obras las dejen para otros edificios porque visto lo visto allí hay más muertos que paredes.
En el 1590 un caballero al servicio de Felipe II, la entrega como regalo de bodas a su hija, camarera al servicio del rey. Según las habladurías además el Rey recibía de la joven otro tipo de "servicios". El matrimonio se celebra con un capitán del ejército que por caprichos del destino, a los pocos días de la boda es destinado a Flandes, muriendo en la batalla de San Quintín.
Durante meses la joven se quedó penando la pérdida, hasta que una mañana apareció muerta en su habitación. Los motivos de la muerte nunca se aclararon, ya que misteriosamente el cadáver desapareció. Unos acusaban al mismo Rey, otros hablaban de relaciones incestuosas con el padre. Sea como fuere, el padre apareció a los pocos días colgado de una viga de la casa.
A partir de entonces, tras el toque de ánimas, los vecinos observaban cómo una mujer vestida de blanco con los cabellos al viento caminaba por el tejado de la casa. Con una antorcha en la mano recorría todo el alero en dirección al Alcázar (antiguo Palacio Real), y finalmente tras ponerse de rodillas se golpeaba en el pecho y desaparecía.
Pasados los años, un viejo hacendado de las Indias compró la casa para vivir junto a su futura esposa. En un matrimonio de conveniencia, se casó con una joven, que supuestamente también le hacía "trabajos" a Felipe II. La relación duró poco ya que la misma noche de bodas la joven se suicidó en el sótano. El marido la encontró con un puñal clavado en el pecho y las arras de la ceremonia, regalo del Rey, esparcidas por el suelo. Desde entonces se dice que su fantasma se pasea por el sótano de la casa, haciendo sonar las 13 monedas que el Rey le regaló.
En 1766 la casa fue residencia del marqués de Esquilache, Ministro de Hacienda de Carlos III. Durante el motín provocado por la prohibición del marqués de llevar capas y sombreros, la gente acudió a su casa a quejarse. Al no encontrarse allí el ministro, prendieron fuego a cuantos objetos de valor encontraron.
En 1840 el edificio tuvo que reformarse al construirse el Circo Olímpico (luego Price) en sus inmediaciones. Más tarde, en 1881, el conde de Eleta compró la casa como sede del Banco de Castilla, y al realizarse las obras de acondicionamiento encontraron emparedado en un muro el esqueleto de una mujer que llevaba una bolsa con monedas de la época de Felipe II. Hace poco, en 1960 tras otra reforma, se halló el esqueleto de un hombre emparedado entre los ladrillos de un muro.
Esta es la historia, de esta casa, declarada Monumento Histórico-Artístico en 1948, y Bien de Interés Cultural en 1995. Actualmente es sede del Centro de Información y Atención al Ciudadano del Ministerio de Cultura, y no se han vuelto a tener noticias de más emparedados. Por si acaso, yo recomiendo que las obras las dejen para otros edificios porque visto lo visto allí hay más muertos que paredes.
Interesante la historia de esta casa...
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues tiene su em..bru...
ResponderEliminarcxHola
ResponderEliminarGracias por tus visitas,vuelve siempre qe qieras!
Que casa más interesante,me encantan las historias de casas encantadas y sus leyendas!
Se miras en mi otro blog (Mito o realidad),también tengo unas cuantas.
Besitos
Hola Miguel!!
ResponderEliminarHa sido un post muy interesante!! que miedo debe dar entrar en ese edificio!! si hay tantas historias, por algo será...
Un saludo
Me ha parecido tan interesante.. y pensar que he ido tantas veces a Madrid y no lo sabía! cuando vuelva voy a buscar esa casa y no me dará miedo ni nada, y me acordaré de tí;)
ResponderEliminarBuen finde Miguel!
Un abrazo
Vaya, ves no lo sabía.
ResponderEliminarAhora la miraré con otros ojos y me acordaré de ti.
Gracias.
Feliz domingo.
Uy y yo por qué no conozco esto??? ale que me voy a buscarlo primero en la red y ya me daré un paseo por ahí....
ResponderEliminargracias por la información.
Buff, madre mía que historia. La verdad es que la casa parece bonita, pero qué quieres que te diga, yo ahí no entraría sola, qué miedo!! Desde luego, rezuma muertos...
ResponderEliminarBonito blog, no lo conocía, pero me quedo si me dejas. Besitos.
Una noche vi a ese fantasma vestido de blanco y con el cabello al aire... puede que volviese a casa después de toda la noche de fiesta pero que más da...
ResponderEliminarYo le vi.
Begoña (Echando de menos las calles de su ciudad)
Historia interesante digna de aparecer en 4ºMilenio!!!
ResponderEliminarCreo que no me acercare a la atención al ciudadano del Ministerio de Cultura no vaya a ser que me encuentre un esqueleto... :P
Me gustó mucho la última foto.
ResponderEliminar"los vecinos observaban cómo una mujer vestida de blanco con los cabellos al viento caminaba por el tejado de la casa"
'Y sobre las tejas le cantaba una dulce nana... a la luna' :P
¿Qué sería de la Historia si no la tejieran, a veces, con los sueños del vulgo?
Viví unos años cerca de allí; los antiguos vecinos del barrio se sabían de memoria la historia de la casa y te la contaban al menor descuido, cada uno su propia versión, o la parte que más les gustaba si no había tiempo.
ResponderEliminarMadrid tiene muchas leyendas que pocos se preocupan de mantener. Gracias por la estupenda labor que estás haciendo.
No la conozco, pero me ha gustado, tendré que ir a visitarla :)
ResponderEliminarcuando pasé por allí, me fijaré más y recordaré todos los detalles que nos comentas. un abrazo.
ResponderEliminarSiempre que paso por allí, siento que es una zona rara, fría, nunca he sabido como explicarlo. Tampoco me cuadraba el nombre de la Plaza del Rey.
ResponderEliminarAhora lo entiendo...
En cualquier caso, no creo que vaya a informarme al Ministerio de Cultura.
Muchas gracias, Ignacio
Interesante lo que cuentas, dará miedo y todo pasar por ahí, ja,ja!!
ResponderEliminarun saludo!
Estos reyes eran unos caraduras.
ResponderEliminar¡Qué historias tan turbulentas!
Cuando pase delante de la casa de las siete chimeneas, cruzaré a la acera de enfrente, ahí hay fantasmas por todos los sitios, desde el sótano hasta el tejado.
Es bonita la casa, y las fotos, como siempre, preciosas.
Besos.
interesantísima la historia, paso por allí miles de veces, y sólo me fijaba en las columnas tan chulas que tiene en la entrada. Ahora quizás vea algo más. jeje
ResponderEliminarEstoy buscando chisperos para chimeneas. de esa época. Me dedico a coleccionar antiguedades de ese estilo, tendrían información al respecto, gracias!
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