

Meses después el ritual se repite y es ahora Teresa la que abandona para siempre la lucha diaria de las calles, su pecado ha sido el mismo que el de Mariluz, cruzarse con él. Al poco tiempo Araceli está a punto de pasar también a mejor vida pero ella tiene más suerte ya que en el cuchillo jamonero esta vez ha sido más lento de lo habitual.
A los pocos días Santiago decide devolver el mesón a su dueño e intenta iniciar otra vida de la que no podrá echar a todos sus fantasmas. Un año después los nuevos dueños deciden reformar el local y es cuando se descubre la verdad. Una momia en el hueco de la escalera y otra en el sótano es todo lo que queda de las ilusiones y los sueños de dos mujeres que una vez también tuvieron sus sueños con un príncipe azul.
P.D. Las dos fotos en blanco y negro están tomadas de "El País"
Pues me has pusto los pelos de punta....bss
ResponderEliminarCoincido con Winnie, tengo los pelos de punta.
ResponderEliminar¡Feliz día!
Miguel
Caray con el Lobo Feroz!! Hay nombres de lugares que parecen predestinados para la tragedia.
ResponderEliminarSaludos, Jesús
Hay lugares que dan mal rollo... como ese!
ResponderEliminarBesicos
Realemnte el nombrecito se las trae. Supongo que su interior iría acorde al nombre y a lo que por desgracia luego pasó.
ResponderEliminarSaludos
Hay de todo en Madrid, hasta "Jacks"...
ResponderEliminarBuena historia.
Carpe Diem
Pues yo paso algunas veces por allí, espero que no me vea, o que no se fije en mí, jajaja.
ResponderEliminarSé que no tiene ninguna gracia, pero me la ha hecho el nombre de el lobo feroz, terrible, espero que no se reencarne.
Besos, Miguel.
Me parece que este "Jack" como dice "Cosecha" ahora no está para muchos sustos, así que Irene puedes andar tranauila por allí, que al menos éste no va a aparecer. Por cierto el mesón tampoco está ya.
ResponderEliminarSaludos