Tuvo que caminar casi una hora para llegar al trabajo. En el recorrido descubrió el escaparate de una preciosa tienda de decoración y una pastelería con unos bollos de escándalo. Se dio cuenta también de que había aceras con baldosas del año de la pera, muchas en un estado lamentable.
Vio que había alcorques en los árboles que parecían trampas para cazar leones. Se fijó que en las paradas de los autobuses había esquemas con el recorrido de las líneas. Comprobó que hay coches mal aparcados que dificultan la movilidad de discapacitados y carritos de bebé. Y hasta tuvo tiempo alzar la mirada y observar en contrapicado la hermosa planta de algunos edificios.
La huelga en el metro le había hecho la puñeta; pero a cambio descubrió otra ciudad que no se ve ni se vive ni desde un vagón, ni desde un autobús, ni metido en un coche. No hay mal que por bien no venga.
Este artículo, escrito por Jaime Jiménez, fue publicado el lunes en el 20 minutos.
Si pudieramos ir andando a todas partes!!! pero es que Madrid es TAN GRANDE...Besos Miguel y feliz finde
ResponderEliminarme gusta la frase de la pared!
ResponderEliminarMadrid está lleno de cosas aún por descubrir, y por eso, en este caso, la frase de la pared le viene al pelo.
ResponderEliminarSaludos
No hay mal que por bien no venga, caminar, tranquilamente, por las calles de Madrid es una delicia.
ResponderEliminarBesos, Miguel.