El día en el que al fin fuimos europeos

Recuerdo que el día de año nuevo de 1986 una de las frases que más se repetía, tomándonoslo bastante a cachondeo, era: ¡Ya somos europeos!. Y es que aquel 1 de enero España se convertía oficialmente en país miembro de pleno derecho de la CEE. El que se tardara tanto en pertencecer a esta organización fue debido en un principio a la ausencia de un régimen democrático en nuestro país. Al finalizar la dictadura se reabrieron las negociaciones, pero numerosas trabas tanto políticas como económicas hicieron que hubiera que esperar hasta el 12 de junio de 1985 (mañana hace 23 años) para conseguir que finalmente se firmara el Tratado de Adhesión a las Comunidades Europeas.

Ahora no entraré en cuáles han sido los aspectos positivos y negativos de aquella adhesión, si queréis podéis opinar vosotros, sino que aprovecho la ocasión para hacer referencia al monumento que ha quedado en nuestras calles para dejar constancia de aquel día. Erigido para conmemorar la fecha de adhesión, se trata de un monumento más bien modesto, de hecho casi pasa desapercibido, que se encuentra ubicado en la plaza de la Provincia, frente al Palacio de Santa Cruz, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores.

En esta plaza de la Provincia, encajonada entre la Plaza Mayor y la de Santa Cruz, también se encuentra la Fuente de Orfeo, erigida en 1629, desmantelada en 1865, e instalada de nuevo en 1998. La fuente que ahora hay allí es una réplica de la que había originalmente, y fue diseñada a partir de dibujos y pinturas de la época, a iniciativa de la Empresa Municipal de la Vivienda . En ella nos encontramos sobre cuatro surtidores a Orfeo, dispuesto creo yo a entonar la "Oda a la Alegría" en homenaje a la nueva unidad europea.