Abogado, escritor, tahúr, curandero,... Miles de profesiones y adjetivos se le podrían asignar a este aventurero veneciano, célebremente famoso por sus incontables relaciones amorosas. Su biografía daría para cientos de entradas, pero su presencia hoy aquí es para recordar la temporada que pasó por Madrid.En 1767 Giacomo Casanova, a sus 42 años, acaba de ser expulsado por indeseable de Francia, y tras múltiples peripcias llega a Madrid atravesando la Puerta de Alcalá montado en una mula. Su objetivo no es otro que el de estudiar las costumbres del pueblo español.
Durante sus noches en Madrid queda prendado de las bellezas locales por lo que mantiene íntimas relaciones con algunas de ellas, siéndole de gran ayuda en ello el descubrimiento del fandango, baile que según le habían contado inflama el alma. También de esos días, en sus memorias comenta que el castellano es uno de los más agradables y majestuosos lenguajes del mundo aunque no alcance el nivel del italiano, y recuerda los días que estuvo en la cárcel del Buen Retiro.
El tiempo que estuvo en Madrid este seductor se hospedó en una fonda de la calle de la Cruz, esquina con Espoz y Mina. En esta última calle hay una placa que recuerda aquellos días, y curiosamente cuando pasé por allí la última vez capté la imagen que aparece en esta entrada. En ella da la impresión de que aún hoy día algún amante ha tenido que salir por patas de allí huyendo de algún marido celoso.Para acabar dejo esta cita de Casanova refiriéndose al carácter de los españoles: "Los franceses siempre me han gustado por sus modales tan gentiles y corteses; los españoles no porque son repelentemente orgullosos. Sin embargo en más de una ocasión he sido engañado por los franceses. Jamás por los españoles. Desconfiemos pues de nuestros gustos".
Está estupendo eso de desconfiar de nuestros gustos :)
ResponderEliminarMe gustan tus fotos por los buenos recuerdos que me traen. Gracias!!
Besos
Si es que, hasta nosotros mismo nos fallamos alguna vez. Los prejuicios, son simplemente eso, pre-juicios.
ResponderEliminarSaludos!
Para pantalones, los del tenorio.
ResponderEliminarJajaja.
Saludos.
Interesante la percepción siempre de un extranjero en Madrid, sin duda...
ResponderEliminarCuando pase por ahi me fijaré no se me olvidará- Gracias de nuevo por tu lecciones de historia de los rincones de Madrid.
besos
Creo que Casanova tuvo en Madrid una aventura con una joven casada...
ResponderEliminarAl balcon, por cierto, le faltan unas macetas de geranios para parecer verdaderamente madrileño, pero es precioso.
Casanova era, entre otras muchas cosas, un sabio.
ResponderEliminar¡Qué contraste los vaqueros tendidos!
ResponderEliminar¡Y ni digamos en cartel! Me suena a la Casa de las Bravas. Madrid está lleno de contrastes ;-)
Siempre muy interesante tu información.
ResponderEliminarUn abrazo.
Desconfiemos pues, si lo dice Casanova no puedo yo contradecirle
ResponderEliminarNo sabía que había estado por tierras madrileñas mira tu. Cada vez aprendo algo nuevo con tu blog! :o)
Bss
Eso que entro en un burro, que si llega entrar en carroza, ni me lo creo vamos..
ResponderEliminarY para más estuvo solo un año, y lo conoce el mundo entero, si esta el resto de su vida, hay que llevarle flores a la tumba, en cada conmemoración hacia su persona,
anda que personaje..
Adios, y a seguir husmeando por este Gran pueblo que es Madrid.
Una cita estupenda la de Casanova; hay que saber poner bien las cosas en la balanza.
ResponderEliminarUn abrazo
Como no volver? Si me llevas de paseo y de la mano a conocer lo que desconozco de mi cuna, casi como lo hacía mi padre cuando aun era una canija llorona.
ResponderEliminarGentileza y cortesía… no será culpabilidad?
Gracias por descubrirnos historia… Por nuevos paseos a media tarde.
Y gracias por tu cometario Miguel, cada uno tiene su arte; tu juegas con las imágenes y su mundo pasado, yo… me invento uno.
¡Cuánto nos cuesta disimular con falsas sonrisas....!
ResponderEliminarSaludos, Ignacio
Anda, pues no sabía del paso de Casanova por los madriles...jeje. Y eso que me encanta leer todas las placas que me voy encontrando por las calles.
ResponderEliminarInteresante la entrada de este personaje en Madrid...¡¡a mula!! Nada menos glamuroso para un vividor como él. Y en cuanto a su cita, pues muy buena, la verdad. Lo que nos gusta, no siempre es lo que más nos conviene...;-D
Un beso.
Y eso que este curioso personaje no conoció aquellos días de vértigo en Malasaña…entonces seguro que ni hubiera mencionado a los franceses en sus escritos.
ResponderEliminarUn saludo.
Histórico anecdotario y curioso.Me ha encantado.
ResponderEliminarSaludos renovados.
Fuí a tu pueblo, recorrí algunos de los sitios con que disfruté leyéndote, y los ví con ojos nuevos. Ha sido un placer.
ResponderEliminarEste Giacomo, qué buen gusto. Mira que alojarse sobre !Las Bravas!. Imagino un requiebro picantón con una de nuestras atrevidas majas de antaño ...
ResponderEliminarPor un momento pensé, si esos pantalones serían del conquistador Casanova, aunque no creo que en el siglo XVIII existiesen los vaqueros.
ResponderEliminarMe alegro que no se sintiese engañado por los españoles y se llevase esa buena idea, pero no sé, no sé...
Muy curiosa esa parte de su biografía que nos cuentas.
Besos.
Muy sabio Casanova...
ResponderEliminarWho knows where to download XRumer 5.0 Palladium?
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