En el año 1874 fue inaugurado el Viaducto. Construido inicialmente en hierro, fue desde muy pronto, y hasta hace pocos años el lugar favorito de los suicidas madrileños.
La leyenda dice que la primera persona que intentó acabar su vida en este lugar fue una joven, de familia bien, enamorada de un aprendiz de zapatero. Sus padres, que esperaban algo más para su hija, se opusieron a esa relación y le impidieron continuar su relación. Fue entonces cuando la joven decidió que prefería acabar con su vida, antes que no poder disfrutar de su amor.
Decidida se lanzó al vacío pero la suerte, o desgracia, hizo que los amplios ropajes que vestía la frenaran parcialmente en su caída por lo que no falleció. Después de esto sus padres decidieron que, visto lo visto, era mejor acceder a los deseos de la muchacha y ésta se casó con su novio. Poco después una sirvienta de la calle de la Bolsa sí consiguió su objetivo. Poco he podido saber sobre esa mujer pero me he animado a escribir un microrrelato, como siempre de 99 palabras, en su recuerdo.
La joven sirvienta de la calle de la Bolsa caminaba pausadamente por Mayor. Al llegar al cruce con Bailén giró y vio aquella inmensa mole de hierros esperando su decisión.
La leyenda dice que la primera persona que intentó acabar su vida en este lugar fue una joven, de familia bien, enamorada de un aprendiz de zapatero. Sus padres, que esperaban algo más para su hija, se opusieron a esa relación y le impidieron continuar su relación. Fue entonces cuando la joven decidió que prefería acabar con su vida, antes que no poder disfrutar de su amor.
Decidida se lanzó al vacío pero la suerte, o desgracia, hizo que los amplios ropajes que vestía la frenaran parcialmente en su caída por lo que no falleció. Después de esto sus padres decidieron que, visto lo visto, era mejor acceder a los deseos de la muchacha y ésta se casó con su novio. Poco después una sirvienta de la calle de la Bolsa sí consiguió su objetivo. Poco he podido saber sobre esa mujer pero me he animado a escribir un microrrelato, como siempre de 99 palabras, en su recuerdo.
La joven sirvienta de la calle de la Bolsa caminaba pausadamente por Mayor. Al llegar al cruce con Bailén giró y vio aquella inmensa mole de hierros esperando su decisión.
Se acabaron las broncas de los señores; su novio del alma, aquel que le prometió amor eterno, ya podía disfrutar de la otra sin temor alguno. Avanzó unos pasos más y se asomó. Observó los interminables tejados de ese Madrid que no supo quererla y comprendió que no había marcha atrás, por una vez sería aquí la primera en algo.
Un segundo después se sintió libre como un pájaro.
Es como mínimo curioso que lo que no consiguió una "señora" lo consiga una "sirvienta".
ResponderEliminarMe encanta la foto!
Besos...
Qué cosas encierra nuestro Madrid. Qué de historias!!! Un beso Miguel y feliz finde
ResponderEliminarCuriosos como sitios que atraen a los suicidas los hay en mucho sitios del mundo, como un vortive de energia que los cogiera y se apoderara de ellos...Un fuerte abarzo.
ResponderEliminarTristes historias, estas y las que siguieron, afortunadamente ya han puesto medidas para evitar los suicidios.
ResponderEliminarBonita foto.
Un beso, Miguel.
Triste y bella historia.
ResponderEliminarBesos de luna
Rezaba el dicho: "Si te quieres suicidar no te tires por el Viaducto, fúmate un Peninsular y morirás más a gusto".
ResponderEliminarPily debe ser que los pobres sólo ganan en cosas de estas. Lástima de vida.
ResponderEliminarWinnie0 todo esto, y lo que nos queda aún por descubrir.
Prometeo cada ciudad tiene el suyo propio. Como tú dices hay algo que les atrae irremisiblemente.
Saludos
Irene, como bien dices, desde que pusieron las mamparas se ha parado la escabechina.
ResponderEliminarGracias Kamra
Romo XIII yo que soy rojiblanco sé otro con un poco de mala leche: "Si te quieres suicidar no te tires por el Viaducto, házte socio del Atleti y te matará a disfustos"
Saludos para todos