En otro tiempo acabaríamos en el campo del honor buscando desagravio. Mientras el revolucionario Ferran Adriá internacionalizó el cuestionable cóctel de tortilla deconstruida –que tiene de tortilla lo que yo de budista–, Harrison Ford parece no haberse enterado del boom mundial de nuestra gastronomía. Mientras el cocinero catalán remata El Bulli buscando el cambio y hasta ofrece «paquetes» de grupo como masivo adiós para un máximo de cincuenta comensales por sesión, Indiana Jones casi mostró respulsión, gesto asqueado y evidente reparo cuando intentaron hacerle probar ese manjar de dioses que mi madre preparaba como nadie. Mis amigos nos llamaban «los tortilleros», por lo experta que era ella haciendo hasta una decena para la masiva comida dominguera –pobre mamá–.
Menos mal que a la exquisita Lourdes Delgado, redactora de «Espejo Público», no se le ocurrió ofrecer al actor una degustación de los huevos estrellados de Lucio cuya fórmula mantiene en secreto el castizo restaurador, tan exquisitos como el cocido de Lhardy, o la gallina en pepitoria de Ciriaca. Por hacer una gracieta y sacarlo de su impenetrabilidad sin gestos, la pizpireta Lourdes le puso delante una suculenta tortilla de la que extrajo un cuarto. Harrison olisqueó, torció el morro, miró de soslayo y su gesto casi provocó un patatús en la decena de empleados de la distribuidora que lo tomaron como agravio. Pusieron gesto de repudio, contribuyendo a la repulsa del casi setentón.
«Mister Ford, es un plato muy típico. Junto a la paella, lo más representativo de la cocina española», insistió Lourdes tortilla en mano . Pero no hubo manera y se tensó el diálogo. «Nosotros hacemos un programa matinal, el de Susanna Griso, similar al que vemos en la película que protagoniza. Mister Ford, también nos levantamos a las cuatro de la mañana y ofrecemos actualidad. Mire –y le mostró una foto del estrellón de Antena 3–: ésta es Susanna.
¿Le gustaría copresentar con ella?», bromeó. Harrison echó otra ojeada de refilón, insistió en el cansino gesto de fastidio y soltó un «no» molesto inexplicable. Le hicieron el coro los que estaban a su servicio y uno entendió cómo ha cambiado Hollywood desde que Orson Welles, Deborah Kerr, Sean Connery y Ava Gardner se extasiaban con nuestro tipismo. Él se lo perdió, porque la racial «omelette» estaba para chuparse los dedos. Igualito que Lourdes. Por cierto, cuánto podría contarnos María José Riscal de las paellas que enloquecían a Sinatra.
Donde esté una rica tortilla de patatas
ResponderEliminarque se quite Indiana Jones....jaja
Un beso miguel
en USA se me pega y hago huevos revueltos con patata...y se chupan los dedos!! Malditos paletos...
ResponderEliminarSupongo que el bueno de Harrison Ford tendría un mal día. Y si no..., pues el se lo pierde.
ResponderEliminarEstará encantado con sus hamburguesas, y otras maravillas de la cocina de su país.
Un abrazo Miguel.
Pobrecito...a veces el olor de nuestro aceite de oliva a los que no están acostumbrados les repugna, tanto como nosotros lo añoramos cuando viajamos al extranjero.
ResponderEliminarUn abrazo
Si no quiere que no coma... más nos toca.
ResponderEliminarBah, yo no miraría el agravio, me comería la tortilla y él que se quede con un te...
ResponderEliminarBesicos
Winnie0 estoy contigo. Además este Indiana ya está un poco "cascao".
ResponderEliminarDidac seguro que si lo conocen no lo desecharían. Tú dales colesterol a manta que ya verás como les gusta.
Lazy Blog para gustos los colroes, pero yo también me quedaría con una tortilla antes que con una hamburguesa. Gracias por pasar.
Saludos para todos, y gracias por vuestros comentarios.
Fortunata el aceite de oliva casi es mejor que ni lo descubran, no vaya a ser que nos dejen sin él. Además segur que no les parece sano ya que no aumenta el colesterol tanto como les gustaría a ellos.
ResponderEliminarGolimar totalmente de acuerdo.
Belén que se quede con un té o con unos de esos cafes aguados que toman.
Saludos, y gracias por comentar.
Aprovecho para plantear una cuestión que desde hace tiempo ronda mi cabeza: ¿cómo es posible que un plato tan suculento y sencillo como la tortilla de patata siga siendo casi exclusivamente español, y no se haya exportado e implantando en las dietas de otros países? Esto de mantener la exclusiva en algo así es un auténtico privilegio.
ResponderEliminarRespecto a Harrison Ford, o tenía un mal díacomo han dicho por ahí o tiene el paladar tan atrofiado con la comida americana que no es capaz de apreciar la mezcla sinigual de aceite, huevo y patata a la española.
Saludos,
Pablo
Sólo he podido hacer la típica "vista de pájaro" a tu blog... y se me queda el paladar caliente...
ResponderEliminarMe he dado cuenta que gracias a él voy a disfrutar bastante.
Me apasiona Madrid, y todo lo que sea poder saber más, y más sobre esta ciudad.
Si he sacado algo en claro de la corta visita a tu página es que ... volveré muy muy pronto, y creo que muy asiduamente.
Un saludo.
Yo pensaba q lo bueno es informar a la gente y no desinformar.
ResponderEliminarLa periodista saco la tortilla de patata envuelta en papel albal y se la dio tan cual. Q esperaba?? q se la comiese??¡¡¡¡¡¡¡
Patetico tu amarillismo
Pablote más vale que no lo copien, que de lo del jamón ya se han enterado fuera y cada vez se llevan más.
ResponderEliminarEntre dos bienvenido, por aquí estaré.
Anónimo lo de "tu amarillismo" supongo que irá para el qeu firma el artículo, yo sólo me limito a transcribirlo para que la gente opine y después yo opinar sobre lo que han dicho los demás. Debe ser que no entras mucho por aquí.
Saludos para todos
pues es raro,ya que creo que Ford tiene un hijo cocinero que incluso se formo con Arzak.
ResponderEliminarOlatz la noticia está puesto como un cotilleo que cuenta un periodista. De ahí a lo que realemnte paso vete a saber.
ResponderEliminarGracias por pasar.
Saludos