miércoles, 26 de enero de 2011

El Pinar de las de Gómez

A principios del siglo XIX, cuanto Internet era inimaginable, la Gran Vía un sueño a punto de hacerse realidad y Madrid sólo un boceto de lo que es hoy, la vida social de los madrileños se desarrollaba principalmente en la calle Alcalá.

A finales del XIX se plantaron desde las Calatravas a Cibeles dos filas de pinos, formando un paseo, que a algún ingenioso le dio por llamar "El pinar de las de Gómez". Y es que el tramo comprendido entre Virgen de los Peligros y Barquillo se convirtió en el símbolo del madrileñismo cursi del quiero y no puedo. ya que las damas de buen nombre, con ganas de pasar por la vicaría, tomaron la costumbre de transitar, de la mano de mamá, Alcalá arriba, Alcalá abajo, esperando que algún buen mozo fijara sus ojos en ellas.

Hoy, que con un simple golpe de ratón puedes conocer a alguien que esté a miles de kilómetros, estas historias, más cercanas a nosotros de lo que creemos, nos parecen sacadas del Paleolítico. Sin embargo hay que tener en cuenta que, en una época en la que las mujeres pintaban en la sociedad española menos que la Tomasa en los títeres, esa era una de las pocas salidas que encontraban las señoritas con ganas de asegurarse su futuro para intentar enganchar al marido que les arreglara la vida.

5 comentarios:

  1. Jo Miguel ¡qué fuerte la historia! ¿no? desde luego casualidad no será el nombre de la Calle Virgen de los peligros...jaja limitadora del área de El pinar.
    Gracias por tenerme tan al tanto de las historias de los madriles. Un beso

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  2. ¡No puedo por menos que sonreir!

    Me quedo con el buen dato, que aunque todavía falta muuuuuuucho por recorrer, por lo menos algo hemos mejorado en estas cosas.

    ¡Un abrazo!

    Miguel

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  3. me encanta, claro que ahora ni pinares ni nada la hermosa boina y tdos en casa protegidos.
    Por cierto creo que en Salamanca pasaba algo parecido en laPlaza mayor

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  4. A mí éstas son las historias que más me llenan de Madrid. Es un Madrid pueblerino, que creemos olvidado pero que como ya he dicho está ahí, a la vuelta de la esquina.

    Saludos para los tres

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  5. Muy divertido, me encanta, no conocía este nombre del lugar ni su leyenda, pero sí sé que hace años había lugares por todo el país a los que se iba con estas pretensiones, ¡qué tiempos!
    Besos, Miguel.

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