La mayoría de los que leáis esto, por no decir todos, habéis montado alguna vez cuando eráis pequeños en el tiovivo, esos caballitos que van girando alrededor de un eje. Aunque a alguno la historia que le voy a contar le puede resultar poco creíble, os aseguro que aparece así recogida en muchos textos de la época.
Y es que según dice la leyenda, el nombre de tiovivo está relacionado con Esteban Fernández , un madrileño que tenía una de estas atracciones en el paseo de Delicias. Todo comienza un 16 de julio de 1834, cuando una de las muchas epidemias de cólera que asolaban Madrid, se llevó por delante a unas doscientas personas y la desgracia quiso que entre ellas estuviera el querido Tío Esteban cuya muerte causó gran consternación en el barrio debido al gran cariño que se le tenía.
El día de su entierro varios de sus amigos portaban a hombros su cadáver en dirección al cementerio. Poco antes de llegar a la fosa que le esperaba el Tío Esteban se incorporó y asustado por lo que se encontró empezó a gritar don todas las fuerzas de las que era capaz: ¡Estoy vivo! ¡Estoy vivo!
Lógicamente la noticia corrió como la pólvora por todo Madrid y gente de todos los rincones acudía a ver al "resucitado". Tan popular se hizo el Tio Esteban que poco a poco empezó a ver como su tradicional Tío Esteban era camiado por Tío Vivo, algo que en principio no le gustó al interesado pero que con el tiempo acabó aceptando. Desde entonces la atracción infantil de los caballitos es conocida como el Tío Vivo.
Y es que según dice la leyenda, el nombre de tiovivo está relacionado con Esteban Fernández , un madrileño que tenía una de estas atracciones en el paseo de Delicias. Todo comienza un 16 de julio de 1834, cuando una de las muchas epidemias de cólera que asolaban Madrid, se llevó por delante a unas doscientas personas y la desgracia quiso que entre ellas estuviera el querido Tío Esteban cuya muerte causó gran consternación en el barrio debido al gran cariño que se le tenía.
El día de su entierro varios de sus amigos portaban a hombros su cadáver en dirección al cementerio. Poco antes de llegar a la fosa que le esperaba el Tío Esteban se incorporó y asustado por lo que se encontró empezó a gritar don todas las fuerzas de las que era capaz: ¡Estoy vivo! ¡Estoy vivo!
Lógicamente la noticia corrió como la pólvora por todo Madrid y gente de todos los rincones acudía a ver al "resucitado". Tan popular se hizo el Tio Esteban que poco a poco empezó a ver como su tradicional Tío Esteban era camiado por Tío Vivo, algo que en principio no le gustó al interesado pero que con el tiempo acabó aceptando. Desde entonces la atracción infantil de los caballitos es conocida como el Tío Vivo.
Hoy me estais alegrando el día con historias tan curiosas y bonitas. Nunca había oído esta. Gracias Miguel ah y gracias al "tio vivo"
ResponderEliminarMe encanta coincidir contigo. Saludos.
ResponderEliminarUna curiosidad, y una alegría saber el origen de este nombre.
ResponderEliminarGracias
No conocía la historia, pero supongo que no es tan raro, ya que en las epidemias se solía enterrar a la gente con demasiada prisa, ¿no?
ResponderEliminarUn saludo.
Genial historia...
ResponderEliminarCarpe Diem
Qué buena historia... No te acostarás sin saber nada nuevo...
ResponderEliminardirty saludos¡¡¡¡
Hay otra versión aquí, pero la que cuentas es la mejor.
ResponderEliminarhttp://www.microsiervos.com/archivo/mundoreal/tio-vivo.html
jajaa que diver, cari... es como aquella canción... ¡Y no estaba muerto, no, no... que estaba tomando cañas!" jaja
ResponderEliminarBezos
algo había oído...creo que galdós cuenta algo en algún episodio nacional
ResponderEliminarEn mi caso, primera noticia. Gracias, Miguel!
ResponderEliminarBueniiiiisima la historoa del Tío Esteban!!
ResponderEliminarGracias y un saludo
Sí sí, creo que lo había oído ya alguna vez. Qué clásico es el Tio vivo ¿eh? Aunque no sea nada emocionante siempre hay que montar en él cuando se va al Parque de Atracciones :):):)
ResponderEliminarNo sé si es realidad o leyenda, pero me ha encantado.
ResponderEliminarRecuerdo esos tiovivos con mucho cariño, me encantaba subir a ellos.
Este año hice una foto a uno precioso del año 1900, al menos eso ponía, estaba en una plaza de Jerez de la Frontera.
Besos.
JAJAAAA!!! ¿y por qué no? yo si me la creo, daría dinero por ver las caras de los que asistieron al fueral al ver al Tio Vivo, digo Esteban, JAJAAA!!!!
ResponderEliminarMIGUEL