Esta es la respuesta a la entrada titulada Stairs day.
Situada en la calle Princesa, frente a la Plaza de los cubos, este conjunto escultórico, inaugurado el 15 de mayo de 1950, fue construido para salvar el desnivel existente entre dicha calle y la plaza de Cristino Martos. Para ello se construyó este conjunto compuesto principalmente de una fuente y una doble escalinata.
En él hay varios detalles a destacar: en la parte inferior hay dos peces entrelazados por la cola que que expulsan agua agua por sus bocas, mientras que en la parte superior hay dos esculturas representando una de ellas la abundancia y otra la alegría. Además aparece un escudo de la villa y una placa que nos indica a quien se le dedica todo esto. La inscripción dice: "Al sabio bacteriólogo Doctor Ferrán que tantas vidas salvó con sus experimentos científicos".
El tarraconense Doctor Jaime Ferrán y Clua, nacido en 1851, ha sido uno de los más ilustres investigadores españoles, y sin embargo su figura, atacada furibundamente en su momento, hoy es desconocida para la mayoría de la gente. El que quiera conocer más sobre este personaje puede consultar el siguiente enlace, pero para aquel que no tenga tiempo, simplemente decir que el Doctor Ferrán, a pesar de haber realizado importantes investigaciones en temas como la telefonía y la fotografía, destacó principalmente por sus investigaciones en Medicina.
Descubrió en 1886 de una vacuna para combatir la epidemia de cólera que estaba machacando, y haciendo morir por miles, a la población española. A pesar de comprobarse su efectividad, y salvar muchas vidas, el doctor Ferrán fue objeto de todo tipo de ataques por parte de otros investigadores, entre ellos Ramón y Cajal, que le acusaban de usar un método que no estaba lo suficientemente probado y que podía ser peligroso para la salud. Ante el aluvión de críticas el gobierno paralizó la aplicación de las nuevas vacunas por lo que la sangría de muertes continuó.
Un año después descubrió la vacuna contra el tifus y consiguió mejorar los estudios de Pasteur en el tratamiento contra la rabia por lo que poco a poco las voces contrarias a sus proyectos se iban acallando. En 1897 descubrió una vacuna contra el bacilo de la tuberculosis de nuevo con resultados espectaculares, y también consiguió grandes avances en la lucha contra el tétanos y en la vacuna contra la peste.
A pesar de este dilatado curriculum murió en 1929 sin que sus grandes descubrimientos fueran valorados por la mayoría de los profesionales de la época. En este caso se comprueba una vez más que el pueblo español fue fiel a sus principios despreciando lo que tenía en casa para darle más importancia a lo que nos venía de fuera.
Situada en la calle Princesa, frente a la Plaza de los cubos, este conjunto escultórico, inaugurado el 15 de mayo de 1950, fue construido para salvar el desnivel existente entre dicha calle y la plaza de Cristino Martos. Para ello se construyó este conjunto compuesto principalmente de una fuente y una doble escalinata.
En él hay varios detalles a destacar: en la parte inferior hay dos peces entrelazados por la cola que que expulsan agua agua por sus bocas, mientras que en la parte superior hay dos esculturas representando una de ellas la abundancia y otra la alegría. Además aparece un escudo de la villa y una placa que nos indica a quien se le dedica todo esto. La inscripción dice: "Al sabio bacteriólogo Doctor Ferrán que tantas vidas salvó con sus experimentos científicos".
El tarraconense Doctor Jaime Ferrán y Clua, nacido en 1851, ha sido uno de los más ilustres investigadores españoles, y sin embargo su figura, atacada furibundamente en su momento, hoy es desconocida para la mayoría de la gente. El que quiera conocer más sobre este personaje puede consultar el siguiente enlace, pero para aquel que no tenga tiempo, simplemente decir que el Doctor Ferrán, a pesar de haber realizado importantes investigaciones en temas como la telefonía y la fotografía, destacó principalmente por sus investigaciones en Medicina.
Descubrió en 1886 de una vacuna para combatir la epidemia de cólera que estaba machacando, y haciendo morir por miles, a la población española. A pesar de comprobarse su efectividad, y salvar muchas vidas, el doctor Ferrán fue objeto de todo tipo de ataques por parte de otros investigadores, entre ellos Ramón y Cajal, que le acusaban de usar un método que no estaba lo suficientemente probado y que podía ser peligroso para la salud. Ante el aluvión de críticas el gobierno paralizó la aplicación de las nuevas vacunas por lo que la sangría de muertes continuó.
Un año después descubrió la vacuna contra el tifus y consiguió mejorar los estudios de Pasteur en el tratamiento contra la rabia por lo que poco a poco las voces contrarias a sus proyectos se iban acallando. En 1897 descubrió una vacuna contra el bacilo de la tuberculosis de nuevo con resultados espectaculares, y también consiguió grandes avances en la lucha contra el tétanos y en la vacuna contra la peste.
A pesar de este dilatado curriculum murió en 1929 sin que sus grandes descubrimientos fueran valorados por la mayoría de los profesionales de la época. En este caso se comprueba una vez más que el pueblo español fue fiel a sus principios despreciando lo que tenía en casa para darle más importancia a lo que nos venía de fuera.
Pues tienes toda la razón respecto a que valoramos más lo de fuera...¡y es un tremendo error! Brillante este hombre...eso sin duda...Besos Miguel y gracias por contarnos la historia...
ResponderEliminarFe? Dios? Cabeza?
ResponderEliminarTú has cambiado de idea o de título verdad?
Abrazo
Jajaja, El Futuro bloguero, tienes razón.
ResponderEliminarInicialmente publiqué esta entrada con el título de "El que no tiene fe en Dios es que no tiene cabeza" que es una frase del Doctor Ferrán, pero nada más publicarlo decidí cambiarla por esta.
Gracias a ti Winnie0 por tus comentarios.
Es para echarse a llorar, no tenía ni idea, y no recuerdo haber estudiado esta eminencia en mis años de estudio.
ResponderEliminarCon respecto a valorar más lo de fuera que lo de dentro, pues es asi porque somos muy envidiosos.
¡Feliz fin de semana!
MIGUEL
La próxima vez que pase por delante de esas escaleras, recordaré la historia...
ResponderEliminardirty saludos¡¡¡¡¡
He de reconocer que sabia la primera parte de la respuesta, pero ni idea del resto. Asi que gracias (de nuevo)
ResponderEliminarCarpe Diem
Gracias Miguel, no conocía la historia. Cómo ves, seguimos sin reconocer, ni siquiera conocer, a los pobres investigadores de nuestro país. Siempre hemos sido así!
ResponderEliminarSi os digo la verdad yo he sabido de él hará un par de años así que estamos todos más o menos igual.
ResponderEliminarSaludos
anda, qué cosas. En este país siempore nos hemos caracterizado por detestar a nuestros inventores...pero qué le vamos a hacer.
ResponderEliminarAl menos nuestra ciudad el hizo un precioso monumento, como siempre demasiado tarde
Una pena, dicen que nadie es profeta en su tierra, son admirables estos genios, aunque a veces se les reconozca su valía después de muertos, me parece injusto.
ResponderEliminarBonitas tus fotos, como siempre.
Un beso.