martes, 8 de julio de 2008

Trampantojo en la Plaza de los Carros

La palabra trampantojo o lo que es lo mismo trampa ante el ojo, procede de la expresión francesa “trompe l’oeil”. Esta técnica pictórica intenta engañar a la vista jugando con la perspectiva y otros efectos ópticos para intentar suplantar la realidad. Estos espejismos pueden ser interiores, representando ventanas, puertas, etc o exteriores, en aquellas medianerías que por una u otra razón han quedado al descubierto.













En la Plaza de los Carros el viandante despistado por un momento no es capaz de distinguir qué balcones son los verdaderos. En el trampantojo destacan dos hombres, conocidos por algunos vecinos como "los Pacos", que asomados al balcón intentan controlar todo aquello que discurre por su calle. Según el autor de la obra, Alberto Pirrongelli, estos dos hombres eran dos vecinos reales del edificio tan entusiasmados por el proyecto que le pidieron ser inmortalidos allí. En este caso la medianería quedó al descubierto debido al derrumbe de un edificio por un bombardeo durante la Guerra Civil. Además de los Pacos, nos encontramos con un gato en actitud expectante.

Originalmente en la parte baja de la fachada estaban pintados tres comercios pertenecientes a las tres entidades que habían patrocinado el mural, pero por desgracia algún grafitero desalmado ha preferido pasar él a la posteridad antes que dejarnos disfrutar plenamente de la obra.

A partir de este primer trampantojo iré poniendo mensualmente aquellos que conozco para compartirlos con los que no los conocen. Si alguien conoce alguno puede indicármelo y ya lo iré colgando.

17 comentarios:

  1. Genial. Me encanta esta sección, Miguel Estoy segura que voy a descrubir muchos que no conocía.

    No voy a decir loque le haría al grafiterito de marras... Bueno sí; Le colgaría de los "güitos". Que manía de estropearlo todo...

    Un abrazo.

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  2. Hola Miguel;
    Te indico donde puedes encontrar uno. Tienes boli?
    Vengaaa, espero...
    Ya?
    Bien, está en la calle San Bernardo, bajandola hacia Gran vía por la acera de la Izquierda, entre las calles de Espiritú Santo y Pez. No es muy grande, pero tiene mucho encanto, hace el esquinazo con una libreria de solera y olor a polvo.
    La verdad es que hace tiempo que no paso por allí, no se en que estado se encontrará, ya que tiene bastantes años, y durante muchos fue respetado por el arte urbano de los "cojo...", pero la última vez que lo vi, ya empezaba a tener marcas de guerra civil...

    Besos

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  3. no sabía que se llamaban así, que bueno, gracias por informarnos, siempre me han gustado esas ilusiones ópticas.

    bessos

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  4. me encantan los trampantojos, este en especial es precioso, y esos vecinos asomados, inmortalizados para siempre, me gustó muchísimo. Un beso, Miguel :)

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  5. Me gustó la historia de "Los Pacos".

    Bueno yo conozco alguno, pero seguro que tú también, pues son los típicos que están por el centro de Madrid.

    Me gusta mucho leer tu blog.
    Bsos!

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  6. Hola, conocía algunos, no todos, pero el de las personas asomadas es estupendo. También me gusta otro que ahora no caigo en la calle exacta que es como unos jardines colgantes pero igualmente pintados. A mi me tienen loca, me gustan mucho.
    saludos

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  7. Como siempre disfrutando de tus fotos, de tanto color madrileño.

    El edificio que aparede tiene tanta belleza como el arbolazo de majestuoso que le acompaña de tanto verdor.

    Me mola la entrada.

    Saludos.

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  8. Qué bien, me paso por aquí y me doy un paseillo por España. Es genial!
    Además me gustan también tus textos.
    Besos

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  9. Muy interesante. No sabía que se llamaba así.
    Genial, como siempre.
    Un abrazo

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  10. Nunca había oído esa palabra, me gusta, debe significar lo mismo que "ilusión óptica"
    He visto esos balcones, es alucinante, tienes que mirarlos mucho para convencerte de que son pintados, son una obra de arte. Preciosas fotos.
    Como parece que salí de mi letargo, esperaré a los próximos y daré una vuelta por tus rincones que me quedan por ver, poquito a poco.
    Un abrazo.

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  11. Aunque tarde unos días en volver por aquí, no quiero perderme ninguna de tus entradas.
    Me encantan los trampantojos... Como bien dices de éste, algunas medianerías que quedan al descubierto por el centro de Madrid cuando el edificio colindante es derruido se adornan tan guapamente de este modo.

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  12. Querido Miguel, hace tiempo que no paso por aquí por andar algo justa de tiempo, pero me estoy intentando poner al día de todo...:-D
    En este post, has dado de lleno con una de mis debilidades, los trampantojos madrileños. Me encanta tu iniciativa de ir trayéndolos por aquí, porque son una delicia. Me encanta el juego que plantean, en la línea de mezclar lo real y lo ficticio.
    Muchos besos.

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  13. Ay que bien!!! me gusta esta sección si señor! porque los tranpantojos son rincones que te sorprenden siempre (o al menos a mi)

    Espero el siguiente... si encuntro alguno ya te aviso :o)

    Un abrazo!

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  14. Y, al final, seducen más las imágenes que son y no-son que... las que no callan.

    Aunque transmute en pantallas grises (que no son mucho) siempre vuelvo a los tejados de Madrid. Que no son los de Margaret.
    Ya no. :-D Creo

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  15. Conocía la técnica por su nombre en francés y siempre me ha encantado -que viene de encanto, ja!-. Estaré a la espera de los próximos.

    Besos

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  16. Que voy a comentar, si es mi querido y precioso barrio. Por cierto, tienes dos muy bonitos en la mismísima plaza de Puerta Cerrada. Aunque supongo que ya lo sabrás, perdona pero soy nuevo en este blog. Un saludo

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