Ni Navidad, ni Nochevieja, ni Reyes, su fecha era el siete de enero. Ese día se pintaba, se ponía su mejor abrigo y se lanzaba a las rebajas. Era la que mejor daba los codazos, revolvía la ropa como nadie, comparaba metódicamente los precios con los apuntados en días anteriores y se probaba todo. Al atardecer regresaba orgullosa del conjunto de braga y sujetador comprado por cinco euros. Era suficiente. Desde que su Paco la abandonó sólo le quedaron deudas y soledad; las rebajas eran el único día en el que podía sentirse como una más entre las demás.
Las fotos que cuelgo en este blog son sólo una excusa para mostrar todos aquellos lugares y personajes que por un motivo u otro más me atraen de esta ciudad caótica llamada Madrid. Si quieres seguir leyendo mis historias puedes hacerlo aquí: http://en99palabras.blogspot.com.es/
martes, 10 de enero de 2012
La fiesta de las rebajas
Para los que no tenéis costumbre de visitar mi otro blog os dejo con este microrrelato que me vino a la cabeza tras la entrada anterior relacionada con las rebajas. Como siempre está escrito en 99 palabras. La foto está hecha en la calle La Bolsa, entre las plazas de Jacinto Benavente y Santa Cruz.
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Qué tristeza Miguel....y ¡qué actual con los tiempos que corren! Un abrazo
ResponderEliminarqué triste, pero qué real
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