Camina con paso firme entre el gentío dispuesto para una nueva faena. Lleva la muleta apoyada en el brazo izquierdo y la vista fija en su objetivo, no hay duda toca puerta grande. Tras trastear unos instantes se va arrimando con gran temple hasta que siente el aliento de su oponente. Cuando cree tener todo controlado se decide a rematar la suerte, pero entonces una voz grave le sorprende: “Saca esa mano de ahí si no quieres que te la corte”. Tras dos pitidos una puerta salvadora se abre y sale raudo, con las orejas gachas, esquivando el embroque.
MAGNIFICO!!! besos
ResponderEliminarGracias Winnie0, contigo da gusto trabajar.
ResponderEliminarSaludos
Eso es lo que tienen las aglomeraciones, el Metro es rápido y ¿seguro?
ResponderEliminarBueno, el Metro, el autobús, el Rastro, los mercadillos...
Besos, Miguel.
Seguro, seguro no hay nada y por ejemplo el Metro lo es más o menos dependiendo de las líneas en las que te muevas. Pero lo mismo sucede en otro tipo de transportes o lugares.
ResponderEliminarSaludos Irene
Qué lindo conocer Madrid!
ResponderEliminarAl menos así, de lejitos.
Un abrazo y gracias por la visita.