viernes, 14 de agosto de 2009

El hombre del cajero

La entrada de hoy nos llega gracias a Fran Pomares, autor del blog Calle Mayor en el que este periodista nos da su visión del otro Madrid, ese Madrid que se intenta ocultar pero que por desgracia está ahí, vivito y coleando.

Rolando echó el pestillo de la puerta. Era un sitio pequeño, iluminado por una luz blanca que más parecía la de un depósito de cadáveres que la de un cajero automático en el centro de Madrid.

La pantalla del dispensador de billetes mostraba un mensaje en constante parpadeo: "Hipoteca fácil". Rolando sonrió amargamente al leerlo.

Fuera del cajero, la calle era un hervidero de gente camino de casa tras un día duro de trabajo. El sol se había escondido hacía un par de horas tras la Casa de Campo. La ciudad estaba ya a merced de los faros de los coches, neones y farolas.

Rolando echó un último vistazo a través del cristal del habitáculo bancario. Se giró y se tendíó de nuevo sobre el suelo arropándose con una sucia manta a la espera de que de nuevo el sol o la señora de la limpieza de la sucursal le despertaran.

Decenas de personas duermen cada noche en Madrid en cajeros automáticos.

10 comentarios:

  1. La primera foto está tomada en las escaleras de salida de la nueva estación de Renfe de Sol. La segunda está tomada en la zona de Argüelles.

    Saludos

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  2. Triste e irónico duermen al lado de maquinas que tienen muchisimo dinero, pero no es para ellos.

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  3. Encuentro tu blog, sobre el que he comenzado mi "buceo" y me gusta. Voy a continuar en ello! Gracias

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  4. Gracias Miguel, a veces nos olvidamos de personas como la del relato.

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  5. Son tantas las vidas "malvividas"...Besos

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  6. Triste situación. La cruz de la moneda, desde luego.

    Carpe Diem

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  7. Así es Madrid, lleno de contrastes...

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  8. El contraste de la metropoli, donde te venden dinero, para una casa, se convierte en el refugio donde dormir encerrado les da seguridad.

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  9. Nos acostumbramos a ver todos los dias ciertas cosas o personas y no caemos en la cuenta de lo que representan. Nos hemos acostumbrado a ver la pobreza y la desgracia a nuestro lado sin darle importancia.
    Gracias por enseñarnoslo.

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