
Nos remontamos al año 1884 cuando Eduardo Todá, cónsul español en Egipto se presenta en la ceremonia inaugural del aula magna del Hospital San Carlos con la momia de una supuesta hija del faraón Ramsés II. Ante el estupor de los presentes Todá abrió el ataúd, le retiró a la momia la máscara funeraria y cortó todas las vendas que le cubrían, que fueron troceadas y repartidas entre los presentes.

Después de tan curiosa presentación, con el paso del tiempo, la momia cae en el olvido. En el año 1976 el egiptólogo Esteban Llagostera que está haciendo un estudio radiológico de las momias del Museo Arqueológico Nacional de Madrid encuentra la ficha de Isis con la anotación "San Carlos" y el apunte de que se halla desparecida. Entonces se lanza a su búsqueda y acaba encontrándola en 1995, sin vendajes y sin elemento alguno de su ajuar funerario, colocada detrás de una pizarra en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.
¿Qué fue de la momia durante todos esos años?
La respuesta a esa pregunta podría dar para muchas entradas pero conociendo como somos, a veces, para determinadas cosas no sería de extrañar que hubiera pasado la mayor del tiempo acumulando polvo y telarañas.
P.D. En este caso la primera y última foto no son mías. La primera es de la supuesta Isis y está tomada de aquí (pinchar enlace), mientras que la última es de Esteban Llagostera y está tomada de aquí (pinchar enlace)