Después de unos días sin publicar os dejo hoy con esta Carta al Director publicada en el 20 minutos el pasado lunes en la que un lector nos cuenta su visión personal sobre el enésimo fracaso del Día sin coches.
Ignacio Caballero
FRACASO DEL DÍA SIN COCHES
FRACASO DEL DÍA SIN COCHES
El pasado jueves 22 se celebró el Día sin Coches. La promoción del mismo y los actos para favorecerlo fueron nulos. Lógicamente fue un fracaso estrepitoso, porque ciudades como Madrid están hechas para los conductores, debido a que los políticos que las gobiernan los equiparan a votantes a los que no se debe molestar . Gente como yo nos enteramos del Día sin Coches en las noticias mientras cenábamos. Por favor, que vuelva Benedicto XVI a Madrid. Entonces se producirá el milagro de ver una ciudad amable con los ciudadanos y restrictiva con el contaminante vehículo privado. Quién fuera peregrino...
Pues lo ha dicho muy requetebien!!!! besos Miguel y buen día
ResponderEliminaruy! que se yo... pero el problema es que el respeto solo era si llevabas mochila o complementos... así que no se... Lo que sí esta claro es que es una vergüenza el día sin coches y todo lo que le acompaña. A mi personalmente me da panico ir en bici pero si la ciudad estuviese preparado para ello otro gallo cantaría.
ResponderEliminarBesos...
No sé yo, porque si no llevabas mochila que te identificara creo que tampoco funcionaba la cosa...
ResponderEliminarme he tirado una temporada en una ciudad donde puedes coger una bici todo el día por algo más de un euro. El mantenimiento lo lleva el ayuntamiento con el apoyo económico de un banco que recibe a cambio publicidad. Hay carriles bici, lo que ayuda bastante y el transporte público es aproximadamente tres veces más caro que en Madrid, lo que ayuda aún más.
ResponderEliminarPor cierto, hay un factor importante: en la ciudad de la que hablo no hay cuestas.
Creo que, por desgracia, falta mucho hasta que cambie nuestra mentalidad, y la de nuestros dirigentes, sobre este tema.
ResponderEliminarSaludos.
Yo lo dejé abandonado, literalmente, en una calle de Madrid hace ya muchos años.
ResponderEliminarUn abrazo.