viernes, 5 de febrero de 2010

La monja de las llagas. ¿Farsante o mártir?

María Josefa Dolores Ansatasia de Quiroga y Capopardo "Sor Patrocinio" es otro caso en el que se demuestra que en España el gris no existe, ya que esta mujer despertó en la sociedad de su época amores y odios a partes iguales. Con tendencia a caer con gran frecuencia en éxtasis, era capaz de tener conversaciones de tú a tú con el Diablo, con Cristo Crucificado o con la Virgen María.

De familia de hidalgos nace en 1811, en una época en la que la lucha política entre los partidarios de la infanta Isabel II y Carlos, el hermano de Fernando VII, está en su máximo apogeo. De gran belleza e inteligencia, muy pronto da muestras de ser una gran conocedora de todo lo relacionado con los misterios de la religión.

Su carrera religiosa comienza a los 15 años, cuando tras dar calabazas a Salustiano Olózaga, que años después sería un destacado político, ingresó como educanda en el Convento de las Comendadoras. Dos años después entró, ya como novicia, en la Orden de la Inmaculada Concepción, en Caballero de Gracia, y es entonces cuando comienzan los hechos por los que ha pasado a la historia.

Estando en oración sintió una herida en su costado izquierdo, de la cual comenzó a brotar sangre profusamente. Estamos ante la aparición de la primera de las múltiples llagas que a continuación le aparecerán por pies, manos, e incluso en la frente. A partir de ahí se suceden hechos inexplicables que correrán de boca en boca.

“Si tiene las llagas cerradas, se ve como por un cristal, porque brilla la pielecita que las cubre. Si están abiertas es un pasmo, tiene como un agujero y se ven los tendones o nervios. Desde que se abrieron, raro es el día que no le sale sangre de las llagas.”

Tras uno de sus éxtasis declaró que un Cristo Crucificado presente en un lienzo de su convento se dirigió a ella diciéndole: "cuidame tú porque mis esposas me han abandonado". En otra ocasión recibió de manos de la Virgen una imagen de Nuestra Señora del Olvido, que nadie nunca había visto en el convento: “Me entregó la soberana Reina esta portentísima Imagen, este encanto de los Cielos y la Tierra, y empezó en el cielo una celestial música, entonando la salve y otros sagrados cánticos; todos los cortesanos del cielo se daban parabienes”

Entonces comienza su particular calvario. Acusada de visionaria y falsaria, se abre contra ella un juicio civil, debido a su "impostura artificiosa y fanática", del que finalmente sale culpable. Se dice que uno de los artífices del proceso fue Olózaga, ya gobernador civil de Madrid, que no ha olvidado el despecho recibido años atrás.

Algunas fuentes cuentan que al ver cómo evolucionaban los acontecimientos, Sor Patrocinio declaró ante el tribunal que un padre capuchino le entregó una reliquia que al aplicarla al cuerpo, causaba una llaga que debía mantenerse abierta para seguir padeciendo, y ofrecer a Dios los dolores como penitencia y así alcanzar su perdón. Sus defensores aseguran que esta confesión la hizo bajo amenazas.

Se la condenó a destierro y pasó nueve años de exilio. A la edad de 33 años regresó a Madrid, y desde entonces su vida fue continuo vaivén en el que suceden destierros y perdones. Con sus milagros y profecías se gana a Isabel II, y se asegura que sus consejos pasaron a tener mucho peso en distintos temas de gobierno. Sus confidencias le reportaban donativos con los que Sor Patrocinio se dedicó a reformar y crear conventos, residencias y escuelas para niñas pobres.

“Yo os digo: Hijas mías, amaos las unas a las otras; uníos en perfecta caridad; hablad poco y siempre bien de vuestras hermanas si queréis llegar al reino de los cielos. Tened siempre una piedrecita en la boca para que vuestra lengua no se precipite nunca a decir cosas inconvenientes, sino que se mueva sólo para bendecir a Dios y para hablar de cosas sencillas e inocentes.”

Sor Patrocinio muere a los 80 años, dejando tras de sí un debate abierto que aún hoy continúa. ¿Heridas hechas o regaladas por Dios?, ¿Visiones reales o fruto de su imaginación? Cada uno tendrá su opinión. ¿Cuál es la tuya?


7 comentarios:

  1. Pues una (que soy yo) a veces soy como Santo Tomas que debo verlo para creeerlo....
    En cuestión de fé..yo sé en lo que creo...lo demás lo observo a veces un poco perpleja otras escéptica y las más con la indiferencia de que "ya lo valorarán los que correspondan".
    Besos Miguel y feliz viernes

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  2. Lo que no me perdono es tardar tanto en venir.
    No creo demasiado en esto de monjas, curas y demás, mejor dicho, no creo absolutamente nada, ni siquiera les doy el beneficio de la duda.
    Voy a darme una vueltecita por aquí, en tu arte fotográfico sí creo.
    Besos, Miguel, feliz fin de semana.

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  3. Yo de entrada no creo que se puedan valorar las visiones de una persona, cuya "fe" puede hacerle creer haber visto cosas, que sólo se entienden dentro de ese concepto de su fe, al que dedican toda su vida interior exterior y personal...

    Por tanto, si dijera que se le aparece un dragón o un caballo alado, o un hada madrina, me parecería lo mismo...

    lo importante es si era buena mujer e hizo felices a los demás. En los demás temas, yo no creo...

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  4. Bueno pues no será la primera ni la última que haya en la historia. Creo que fue con San Francisco de Asís que comenzó el problemilla de los estigmas.

    En cuanto a lo de influir en la sociedad ya me contarás cuántos de este tipo de personas nolo ha hecho y lo seguirá haciendo.

    Una veces para bien y otras para mal. Menos mal que buenos ha habido y seguirá habiendo pero malos, buuuueeeeno, pues muchos.

    Tu blog es muy bueno, tanto en fotos como en historias y explicaciones. Me gusta.

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  5. Opino que debían haber investigado quien le pasaba las pastillas... NNo digo que fuera mala mujer, lo que si ha sido mala para este país es que la religión haya tenido siempre tanto peso como para dar voz a este tipo de historias.

    Carpe Diem

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  6. Esto me recuerda la película de Almodovar "Entre tinieblas", cuando Marisa Paredes, en su papel de monja, dice a otras monjas que van de compras, "a ver si me traeis mercancía, que hace un mes que no veo a la virgen"... jajajaja

    Parece mentira que en aquella época, ya se pusieran hasta el culo de pastillas y coca.

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  7. Pues por lo que leo veop que hay unanimidad. Yo también pienso que para creer esto es cuestión de fe, y en estos casos la mía es bastante débil.

    Por cierto Bélok, la entrada la he hecho ya que esta semana he leído el libro de "Entre tinieblas" y me vino esta historia a la cabeza.

    Gracias por vuestros comentarios.

    Saludos

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